¿Y si cambiásemos nuestras creencias?
¿Qué seriamos capaces de hacer para provocar un cambio en nuestras creencias?
Un día dejé de creer que era enfermo y sané.
Dejé de creer que no merecía nada y la abundancia me abrazó.
Otro dia, dejé de creer que no merecía amor y me amé.
Dejé de darle poder a lo que me sometía, y ese día fui libre.
Entendí que todo lo que mi mente cree, es lo que en mi realidad se convierte.
Entendí que todo estaba en mí, en mi actitud, en mi manera de pensar, de sentir, de hablar…y que todo lo de fuera era fiel reflejo de lo de dentro, entonces cambié… dejé de hacerle caso a los demás y empecé a hacerle caso a mi corazón.
¡¡¡Comprendí que el único ser que puede cambiar mi vida…siempre fui yo!!!
Y desde entonces mi vida se convirtió en un constante milagro.
Una realización divina llena de armonía, de paz y sobre todo de aceptación.
Y por fin pude ser feliz, no por lo de fuera… sino por lo que yo decidí pensar, sentir y hacer.
¿Y si cambiamos nuestras creencias?
Después de todo, como hemos visto, estamos viviendo en un mundo en el que hacemos lo que creemos. Y para hacer algo diferente debemos creer algo diferente.
Piensa en las múltiples realidades alternativas que podrían surgir si nos deshiciéramos de nuestras creencias convencionales: solo importa lo material, lo que impera es la ley de la selva, somos frágiles e impotentes esclavos de nuestros genes y estamos aquí debido a una azarosa disposición de los dados evolutivos.
No solo debemos desmantelar la antigua historia y reemplazarla por otra más viable, sino también curar las heridas que la vieja historia nos ha producido durante siglos.
La reprogramación y la curación deben tener lugar tanto a nivel individual como colectivo.
En una realidad fractal (lo que está arriba es como lo que está abajo), no puede existir un organismo evolucionado sin que primero existan células evolucionadas.
– Del libro La biología de la transformación. Dr. Bruce Lipton y Steve Bhaerman.
Aunque el mundo nos engloba a todos, realmente todos vemos y vivimos un mundo diferente. Vivimos una misma realidad, pero cada persona la percibe de muy diferente manera. Aunque respecto de las cosas físicas puede ser muy difícil tener desacuerdos, para otras cuestiones las opiniones pueden ser muy diferentes.
Las diferencias en las opiniones o en las diferentes realidades se pueden deber a varias cuestiones, nuestro propio conocimiento unido a pensamientos sobre el devenir, sobre el mundo, sobre el resto de personas y nuestra forma de interactuar con todo ello. En cada persona es distinto y es lo que construye nuestras creencias. ¿Y quién investiga las creencias?.
Nuestra realidad somos nosotros, es lo que conocemos sobre nosotros mismos, es ese libro que vamos escribiendo para conocernos. Un libro que puede servirnos en el futuro como libro de instrucciones para manejar mejor nuestros comportamientos si nos encontramos en situaciones similares.
Las realidades que vamos escribiendo definirán lo que iremos haciendo en el futuro.
Ya nos hemos dado cuenta de que el mundo es muy complejo al ponernos a analizar toda la información que nos llega, a través de nuestras experiencias y de las experiencias que observamos. Así que nuestra mente debe separar lo importante para nosotros, eso que apuntaremos en nuestro libro.
Hay cosas que son tan sencillas, claras y demostrables que no hace falta que estén escritas para que sepamos como reaccionar. Cuando hay tormenta, cuando tiramos algo por el balcón…
Cambiar nuestras creencias yo creo que no es algo sencillo, porque muchas veces ni las conocemos, no es algo que este conscientemente presente, ni habitualmente en nuestros pensamientos. Lo único que está claro en todos, es que cuando algo nos hace daño, nos pone tristes o nos enfada, reaccionamos a ello o lo interpretamos según nuestras creencias. Pero, ¿qué ocurre cuando nuestras creencias no son convincentes?.
Si nuestras creencias tienen bases inconsistentes y no son firmes y sólidas, las respuestas a cualquier situación pueden ser ambiguas. Hay que ponerse en marcha para hacer un cambio en ellas. Tenemos que coger nuestro libro, leer y reescribir otros posibles significados de las situaciones vividas.
Como muchos de ellos son hipótesis porque están basados solo en nuestra experiencia, la forma de reescribir las respuestas es abriendo nuestra mente e intentando interpretar lo sucedido desde otro punto de vista que nos haga menos daño.
Quizás nuestra interpretación anterior no sea la correcta.
Como no somos infalibles podríamos comenzar con preguntas, como estas: ¿Hay otras posibles explicaciones para lo que me está ocurriendo?, ¿qué haría… tal persona en mi lugar… y tal otra? Para poder darnos unas cuantas explicaciones alternativas y tener la posibilidad de elegir la que mejor nos haga sentir. Saber decir que no, saber decir que sí… tener menos dudas.
Abrir nuestra mente porque cuanto más creemos en algo, más cosas hacemos que refuercen esa creencia, creando un círculo difícil de romper. Esta es una causa que hace complicado modificar nuestras creencias, pero no lo hace imposible. Ve allí de donde vienen las creencias.
Imposible sería para las personas que voluntariamente no quieren cambiar, pese a vivir en situaciones que les causen dolor. Por querer seguir viviendo en un modelo de conducta cómodo, o no tener mentes abiertas al cambio.
Pero si ya has decidido que deseas ese cambio, porque tus creencias son un poco limitantes, por miedo, rabia, dolor… Yo creo que lo primero sería buscar posibles alternativas. Después cambiar el comportamiento, que en caso de ser frente a algo que nos hace daño, seguramente lo hagamos incluso sin darnos cuenta.
«En mi caso, mi forma de ser, muy activa, no me dejaba descansar, me faltaban horas en el día para hacer todo lo que quería hacer y aprender: terapias diarias, deporte, leer, escribir, estudiar, pintar, ayudar a mi familia… y como consecuencia un deterioro en la salud de mi columna… yo decidí voluntariamente no cambiar estas creencias, me mantuve en una actividad excesiva hasta que mi cuerpo se rompió. Tuve que parar obligatoriamente».
«Esa situación fue la que me hizo entrar en un estado en el que me hallaba dispuesta a escuchar y probar otras alternativas, mi salud y mi bienestar debía encontrarse por encima de mis gustos, aficiones y dedicaciones. Si te detienes a examinar tu vida seguramente descubras algo similar».
Es nuestra percepción la que controla nuestra biología, dirige nuestros comportamientos e influye profundamente en nuestra salud.- Bruce Lipton
Pero, pese a que la mayoría de las veces los cambios en las creencias tienen lugar por momentos duros, como los que yo viví, insatisfacción, dolor, no creo que debamos dejar que llegue a ese extremo. Creo que no deberíamos esperar a pasarlo mal, ni que el universo nos dé una patada en el culo, para cambiar nuestras creencias.
Yo creo que el secreto está en la humildad, en intentar darnos cuenta de que las creencias o los propios pensamientos no son verdades universales e inamovibles, sino lo que creemos que nos puede funcionar.
«Comprobé que mis creencias ni eran perfectas ni válidas, la vida es más compleja y a la vez más sencilla de lo que yo la hacia».
«No me avergüenzo de lo que me ocurrió. Estaba equivocada y tuve que pasar por una cirugía de columna y dos años de esfuerzo para intentar recuperar mi forma física paso a paso, despacio, deseando poder hacer de todo, pero conformándome con lo que podía hacer. Pero hoy me siento afortunada, porque gracias a ello mi realidad actual es más positiva y sé que mi cuerpo no es algo que tenga que forzar al máximo, sino lo que me ayuda a realizarme, y si no lo cuido, no podré hacer lo que me gusta. Hay veces que es necesario parar por mucho que nos cueste».
Crea nuevas creencias para desempolvar tus estereotipos de existencia y de esta manera favorecer tus resultados.
«Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto» – Henry Ford
Escribe en tu libro de instrucciones:
¿Puede el mundo funcionar de otra forma a como yo pensaba?
¿Las cosas pueden suceder de otra forma?
Contesta con posibles alternativas:
Puedo aprender de mi propia experiencia.
Quizás de una experiencia leída o vista en algún medio.
También me puede servir la experiencia de algún conocido.
Patrones que repito y de los que saco conclusiones.
… Y cualquiera de ellas debe asegurarte los mejores resultados, al menos mejores que los que habías obtenido hasta ahora. Porque si no no sería una nueva creencia que permanecerá en tu vida a largo plazo.
Y por supuesto, que sean compatibles con tus valores, que te permitan mantener tu vida con un sentido válido para tu personalidad. Y que te prueben que lo que estabas realizando hasta el momento no funcionaba.
Para un cambio de creencias se deben utilizar diferentes técnicas, el fondo de la cuestión es llegar al subconsciente, que maneja nuestro cerebro, acciones y comportamientos.
Continúa identificando los pensamientos que están arraigados allí en lo profundo de tu mente, para poder conseguir cambiarlos. No creas que si lo haces te vas a defraudar, no te engañes, no te desmotives, cuídate y busca recursos que te hagan sentir bien en tus cambios. Piensa que son buenos para ti, aunque ahora no te satisfagan.
Durante nuestra vida, nadie nos dijo como conocernos mejor, ni como funciona nuestra mente y nuestros pensamientos. Las creencias van formándose inconscientemente mediante muchos maestros. Son el resultado de acciones, sentimientos, vivencias…
Y son esas mismas creencias las que nos ponen difícil el cambio por pensar que no es posible que suceda. Pero cuando ves que es lo mejor para ti, ese transformación tendrá un gran impacto en tu vida.
«Para mí no fue sencillo, pero lo conseguí».
«Fue a fuerza de tiempo, esfuerzo y voluntad, pero mereció la pena».
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