Otras Terapias

Otras terapias energéticas

Sanación reconectiva

En todas las culturas de la historia, desde las civilizaciones pre-bíblicas hasta los antiguos griegos, se narran relatos sobre un mundo antiguo más perfecto, en el que teníamos una total conexión con el resto de la creación. Las civilizaciones eran muy evolucionadas y vivían en más unión con el universo.

Poco a poco fuimos cambiando, ha habido un largo periodo de separación y olvido de la unidad que somos, con respecto al resto del universo y también a nuestras diferentes partes: emocional, espiritual, mental…física.

Este alejamiento dió lugar a una ruptura entre estas partes y una gran dificultad para volver a unirlas.

Dejamos de percibir la luz, la energía, la información a través de nuestros cuerpos.

Olvidamos la comunicación entre lo grande y lo pequeño, el macrocosmos y el microcosmos, el Universo y la Humanidad.

Llevar tanto tiempo desconectados de la energía que nos envuelve, rompe la armonía que permite la conexión con nuestras diferentes partes, con los campos de fuerza que nos rodean, con la naturaleza, con la tierra y con el universo.

Durante la sanación reconectiva, el terapeuta coloca sus manos a cierta distancia del cuerpo de la persona, sin tocarla en ningún momento, y a partir de ese instante se produce un intercambio de energías de luz e información.

Esto produce una limpieza de cada meridiano, dando como resultado una armonización de las funciones del cuerpo, equilibrando y uniendo nuestras partes: emocional, mental, espiritual y física, además de una alineación y expansión de nuestros chacras.

«Una persona va donde está su atención. Si tu atención está en otras personas y en lo que hacen, no te focalizas en tu propia evolución. Cuando nos enfocamos en nuestro propio cambio, nos convertimos en espejos donde los otros pueden mirarse. Así, existen dos opciones: convertirnos en un reflejo del mundo que tenemos alrededor o convertirnos en la luz y el espejo desde el que otras personas pueden empezar a mirarse a sí mismas. Es nuestra decisión. Es como las personas que abrazan árboles para curar la tierra; muchas de ellas lo hacen para evitar la interacción con otras personas. Sin embargo, es la interacción entre los seres humanos lo que trae la curación. La Tierra, sencillamente refleja nuestro grado de sanación y evolución como personas» – Una Sanación Reconectiva (Eric Pearl)

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Limpieza energética

Yo creo que la energía no es negativa o positiva como tal, solo son puntos opuestos de una misma energía y lo que la define es la densidad que la compone. Más o menos densa sería el equivalente a lo que denominamos positiva o negativa.

Cualquier espacio: habitación, casa, trabajo, o negocio en el que se produzcan discusiones frecuentes, desavenencias, desacuerdos o disparidad de opiniones, queda inmerso en energía de baja frecuencia, energía densa, de forma tal, que se puede percibir claramente cierta incomodidad al estar en ese lugar.

Tu energía también puede decaer: además de al entrar en estos sitios cargados de energías densas, cuando estás en contacto con ciertas personas, cuando escuchas en tus conversaciones muchas críticas, juicios que provocan tu mal humor. Dejarte llevar por la tristeza, tener dificultades o pérdidas también hacen difícil restablecer el equilibrio energético.

Incluso podemos arrastrar con nosotr@s parte de esa energía que nos provoque ciertas dificultades en nuestra vida diaria: a la hora de dormir (descaso/recuperación), mala concentración, desubicación, cansancio, mareos, dolores y pesadez de cabeza, espalda o piernas, desgana, apatía para realizar las tareas cotidianas, irritabilidad. Estas circunstancias pueden influir en nuestra propia casa y familia: mascotas tristes, plantas marchitas, falta de vitalidad y energía.

Estos sentimientos y emociones pueden ser muy perjudiciales y debemos detectarlas antes de que produzcan un daño mayor.

 

Debemos ocuparnos de nuestra energía, de nuestro bienestar físico y mental para mantener equilibrio y armonía en nuestra vida.

Si no lo hacemos, nuestra energía se puede ir debilitando dando lugar a cada vez más síntomas, tanto físicos, como emocionales. Pudiendo estos ser leves o ir agravándose a lo largo del tiempo.

Si has tenido circunstancias como las que he descrito, debes plantearte si estás en una situación que requiere una limpieza personal o externa.

Si te encuentras en alguna de estas circunstancias, puedo ayudarte a sentirte mejor. A veces con unas normas básicas es suficiente y si no lo fuera, déjame sacarte de ese círculo realizando una limpieza.

¿Cómo puedes saber el momento adecuado para hacerla? Las circunstancias que rodean tu vida van a mostrarte si lo necesitas.

Además ante cualquier situación incierta también viene bien una limpieza, por ejemplo al comenzar un nuevo proyecto personal, profesional o de estudios, un nuevo reto, un cambio de vivienda, etc.

Una limpieza energética permite equilibrar nuestra propia energía y/o la energía de un lugar, optimizando nuestro bienestar.

Los efectos de una limpieza se pueden experimentar entre doce-cuarenta y ocho horas tras su realización, hay quien nota efectos incluso antes, inmediatamente.

Estos cambios se manifiestan principalmente como más ligereza, más claridad mental, percepciones diferentes, sensación de estar más anclad@ al presente. Los resultados pueden ser espectaculares.

Hay varios métodos para realizar las purificaciones y limpiezas.
Háblame de lo que te ocurre y utilizaré el más adecuado para ti o para el lugar que necesites.

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Mal de ojo

Seguro que has oído hablar de mal de ojo, aojamiento, ojeo.
Aunque es algo que no nos solemos plantear, desde antaño se conoce este mal.

Probablemente en la infancia has escuchado a algún familiar alertarte para que te cuides de ciertas miradas o ciertos deseos que podrían causarte daño.

Los malos deseos y energías densas, pueden transmitirse y debilitar al receptor.

Y al contrario, tener emociones fuertes de amor, o estar menstruando en caso de las mujeres aumenta la seguridad.

Yo oía decir que el daño puede realizarse a través de la mirada, pero también por medio de halagos, pensamientos o por contacto físico.

Muchas veces me han dicho que el amor y el cariño también puede dar lugar a un aojamiento. Este tipo de mal de ojo suele ser involuntario.

Cuando la causa es la envidia y aunque también pueda ser involuntario, solamente con el sentimiento no sería suficiente, si así fuera estaríamos todos aojados la mayor parte del tiempo. Para que suceda la persona envidiada tiene que estar, en ese momento, débil energéticamente.

Los niños son más vulnerables a este mal por qué no tienen su máximo desarrollo físico y espiritual.

La mayor parte de los adultos tienen un mayor control de su energía y protección por lo tanto están menos expuestos.

Por el contrario, hay condiciones que aumentan la vulnerabilidad como el estrés, una bajada de defensas, cambios bruscos de humor con tendencia a la ira, enfados, impresiones fuertes.

Los síntomas del mal de ojo varían de acuerdo a la edad, y la causa que lo provoca. Sin embargo, en todas las edades se presentan síntomas físicos o emocionales que debilitan a quien lo padece.

Los más habituales: poca energía vital, poco apetito, menor fuerza, insomnio, fatiga, dolor o pesadez de cabeza, tristeza, ansiedad, angustia.

En los niños puede manifestarse como defensas bajas, llanto inexplicable y constante, descomposición, vómitos, falta de apetito, sueño irregular, infecciones, alergias.

Evita pensar en alguien para juzgar o criticar, sentir envidias o celos sin control, enfados y enfrentamientos con duros pensamientos, por qué podrías provocar un aojamiento involuntario sin saber que puedes perjudicar a la persona que te provoca esos sentimientos.

Es cierto que a veces, en la vida de muchas personas, parece que fuerzas superiores ponen a prueba la paciencia y energía.

Pero, al menos, nunca permitas que nadie domine tus pensamientos.

Nadie podrá dañarte si tú no lo permites.

Mantente siempre atento a las influencias de tu entorno, vive tu vida desde el amor y recuerda:

El rostro es el espejo del alma, y los ojos sus delatores”. Cicerón.

Si crees que alguien te ha aojado. Si reconoces en tu vida algún síntoma, puedo ayudarte a saber si estás en lo cierto y eliminarlo.

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