Las palabras son palabras. Pero todavía hoy, con tantos avances en cualquier ámbito, hay palabras que asustan. Sobre todo si son pronunciadas o vienen de personas de más de cierta edad. Erotismo, sensualidad… sexualidad.
Parece que solo son válidas cuando eres joven, pero no es así, aunque a algunos jóvenes les pese.
Es algo de todos y para todos, si así se decide.
Ante todo, y por supuesto, para mí, son palabras que denotan belleza, amor, comunicación, contacto profundo, respeto.
Y considero que esas palabras y lo que significan, no deberían desaparecer de la vida de nadie aunque los años vayan pasando.
Sexualidad, erotismo o sensualidad forman parte de nosotros, de todos, no solo como palabras, independientemente de la edad que tengamos.
Sobre todo cuando las une a nuestra vida, la más importante, el amor.
Me causa bastante tristeza que se tenga este concepto tan equivocado de que cuando vas cumpliendo años, no vas teniendo edad para lo relacionado con el sexo.
La juventud es la que debe observar estas cuestiones con otros ojos.
Cuando eres joven, o incluso adolescente, cuando se está iniciando la actividad sexual, estamos en un estado de ebullición hormonal que pone al sexo por encima de todo… y creo que no es lo correcto aunque entrase dentro de lo normal.
En esas edades hay quien se siente demasiado empoderado con respecto a la sexualidad, a su cuerpo, a la sensualidad y al erotismo. Sientes tal poder que puede confundir a tu mente.
Sobre todo por qué hay jóvenes que se sienten por encima de todo a través del sexo, utilizándolo equivocadamente.
Por ejemplo, para sentir superioridad, seguridad, poder… y en muchos casos se utiliza como método de masturbación.
Pero todo eso no significa que estos temas tengan que desaparecer o no sean correctos en otras edades más avanzadas.
Lo que si es cierto es que cuando van pasando los años, ya has pasado por todas las edades anteriores y has vivido la sexualidad en todas ellas. Por lo tanto, conoces los cambios que van aconteciendo.
Y no va desapareciendo, como piensa la juventud al mirar a parejas de personas con cierta edad. Va evolucionando, y yo diría que se va enriqueciendo.
Quizás en sexualidad ya no se busque la explosión de un orgasmo, y menos aún de un orgasmo genital.
Probablemente, te vas centrando en placeres más lentos y más intensos, sí, más intensos, porque aprendes a sentir con todo el cuerpo, hasta llegar a abandonarte y sentir desde el alma.
Así que yo no menospreciaría estos temas en la madurez, ni en la ancianidad.
¿Por qué hay personas que piensan que con la edad esto desaparece? Bueno, llegarán a comprobar, como todos, que no es así.
Personalmente, admiro y me dejó acompañar siempre por una cierta sensualidad y pienso que toda persona debería mantenerla presente.
Me encanta observar a personas mayores que yo que mantienen esa sensualidad activa. Cómo buenos estrategas del amor.
Para mí, todo está relacionado con la energía, pues todo es energía, por lo tanto, también observo el conjunto de erotismo y sensualidad dentro de otro conjunto mayor, junto con la sexualidad, el arte, la creatividad, la vitalidad, como energías puras de toda persona, incluso de cada ser vivo.
No hay más que observar la naturaleza para verificar que está envuelta en sensualidad.
Incluso las plantas y muchos animales, con sus danzas de cortejo y sus despliegues llenos de erotismo antes del apareamiento.
Siempre digo que deberíamos aprender más de todo ello.
De cualquier forma, todo es mantener la juventud en el alma y si algo no sale como esperas, no volverte loco.
Supongo que en mi caso es como escribir o pintar un cuadro, todo no le gusta a todo el mundo o no termina siendo publicado o vendido, pero eso no significa que sea malo.
Cada cosa que hacemos, y en eso incluyo el sexo, es tiempo, es ponerte en situación con antelación. Es pensar en ello durante un tiempo antes, como los bocetos o los intentos de escribir un poema, o de hacer una buena fotografía.
Primero hay que imaginarlo todo, y así no caeremos en el error de tirar todo a medias.
Mirarnos, escuchar a nuestro cuerpo, aceptarnos, mimarnos y ver nuestra propia belleza.
Cuando aprecias la belleza en ti, y siempre la hay, ofreces belleza hacia el exterior. Y cuando otros ojos aprecian tu belleza acercan a la vez esa belleza a ti. Es como todo. Entrar en ese círculo y mantenerlo.
La edad nos muestra que hay que mantener una actividad saludable y mientras más activo estés más saludable estarás.
Con respecto al erotismo sucede igual, el sexo es actividad y movimiento, así que es rejuvenecedor.
Son sensaciones y actitudes que mantienen el cuerpo y las emociones joviales, nos hacen sentir vivos y alegres.
Pero sobre todo sube nuestra autoestima y nuestro amor propio.
No podemos evitar que nuestro cuerpo refleje el paso del tiempo o que muestre las cicatrices y marcas que en cada uno deja la vida. Pero desde mi propia experiencia como portadora de bastantes cicatrices, las siento hermosas, siento que tengo algo que agradecerles, y es mi propia vida.
Al fin y al cabo sigo siendo la misma, la misma adolescente, la misma joven, la misma mujer madura, la misma mujer que fue madre de dos hombres.
Y mirándome a través de los ojos de mi compañero sigo viéndome hermosa, erótica, sensual y por supuesto sexual.
Además de seguir sintiéndome divertida y con ganas de divertirme, de reír, de aumentar mi energía, y de seguir mirándome con buenos ojos.
Sinceramente, los ojos propios son los más críticos, y debemos entrenarlos para que sean más indulgentes.
Sigue ilusionándome una mirada llena deseo, de amor, de picardía y unos ojos que siguen siendo los mismos que me miraban así en mi adolescencia.
Un beso apasionado, un abrazo fuerte que me mantiene joven y viva.
Cuando hablo sobre estos temas, muchas veces mis hijos se unen a mis conversaciones. Alguna vez sienten algo de pudor, pero saben y entienden que siempre se trata de enseñanzas de amor y desde el amor.
Mostrar una sexualidad y un amor puro abiertamente, considero que es un buen legado del que aprender.
Se puede disfrutar de la vida y de todo lo que la rodea más allá de la edad que tengas, la edad no es un límite, sino una manera de evolucionar sin perder la propia esencia.
Es evidente para mí, y hay muchas personas que con mi edad e incluso bastante más jóvenes me dicen en terapia que ya no tienen ganas. Esto me hace preguntarme que les habrá sucedido, y también me muestra lo afortunada que soy. Mi flujo vital y sexual sigue como siempre, vivo.
Y mi consejo del día. Tengas la edad que tengas, si hay algo que te apetece, pero no has hecho por qué no te has atrevido… ¡Hazlo! Es hora de cumplir lo que sientes, no te arrepientas de algo que has dejado de hacer, es absurdo.
No necesitas ni siquiera compañía, y mucho menos, aprobación de nadie.
¡Hay que vivir y para ello crear, expresar… sentir!
Adelante amigos maduros.
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