Nos llamamos locas

Escrito por Marié

16 de diciembre de 2022

Nos llamamos locas, pero hay quien se puede sentir ofendido u ofendida.

Siempre se dicen estas cosas, pero no nos paramos a pensar en lo que hay detrás de nuestros comportamientos.

Si te preocupas por conocer la palabra locura y su significado, no creo que tenga que ver con quién se bautiza como loca a la ligera… Sin duda, solo hay que preguntar a quién realmente esté pasando por algún proceso emocional, psicológico, mental…

Sobre todo si no lo puede gestionar con las herramientas de las que viene equipada o equipado a esta experiencia de vida.

Si la locura existe, seguramente aún no hay loca o loco que sepa describirla.

Divagar sobre la locura es un lujo que se pueden permitir algunas personas, normalmente los que creen estar lejos de ella.

Aunque lograr una definición de locura debe ser tan complejo como definir cordura.

Realmente creo que no existe una definición exacta de locura, aunque por norma general tengamos la necesidad de definirla como todo lo que no concuerde con nuestro concepto de normalidad. En ese caso yo creo que todos estaríamos locos.

Cuando leo cosillas que se dicen para definir la locura como algo especial y maravilloso, no puedo por menos que pensar en un montón de personas que realmente piensan que están locas con todo el peso de la palabra… en alguna de sus manifestaciones más extrema.

«Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido.» – Sigmund Freud

En terapia escucho muchas vivencias, sentimientos, emociones… Dolores; que no tienen nada que ver con esas frágiles y frívolas definiciones.

En una ocasión alguien llegó a mi sala y entre preocupación y sorpresa me dijo:

– ¿Sabes? Siempre pensé que me conocía, pensé que lo que tenía como cierto sobre mi era solo un personaje. No he comenzado a darme cuenta de ello hasta que he probado tus terapias, he sentido la energía… y ella me ha ayudado a buscarme en mi interior… En mis vivencias, en mi infancia, y en todos mis comportamientos.

 

– Y ¿Sabes que he descubierto? ¿Quieres conocer lo que encontré? Pues allí, en un rincón profundo, allí me vi de pronto y todos mis problemas y antiguos dolores rebosaban por el borde de mi bañera, como le ocurrió a Arquímedes.

 

– Aparecí de manera sorpresiva, de pronto. Todo se me representó de manera clara en la mente, como aparecen las cosas sorprendentes. Fue increíble e inesperado. De un momento a otro, sin esperarlo me di cuenta de mi existencia.

Es una pena que la vida, sobre todo la vida infantil y juvenil transcurra así, hay que ayudar a nuestra juventud e infancia a vivir más intensamente y más enfocados, para que no tengan que enfrentar un cumulo de problemas almacenados, e intentar solucionar todos en el futuro.

Siguió diciéndome:

– Al darme cuenta de ello, también de manera sorpresiva cayó sobre mi como un jarro de agua fría… ¿Quién era entonces hasta ese momento?

 

-¿Quién había experimentado mi vida hasta ese instante?… Ufff qué vértigo…

 

– Sobre todo me impactó darme cuenta de la brevedad de la existencia y del desperdicio que supone percibir que no has vivido.

 

– Me resulta sumamente difícil recordar momentos felices, o cualquier otro momento. Solamente me reconozco en fotografías, pero incluso así me parece ver a una persona extraña…

La verdad, estás conversaciones son realmente educativas.

Son grandes descubrimientos en lo que respecta al mundo interno de cada uno, esto hace pensar que habrá millones de personas, sobre todo personas jóvenes que todavía no se han descubierto, que no se conocen.

Y hay veces que me pregunto ¿A qué esperan para hacerlo? ¿Igualmente a que llegue el día en que no se reconozcan? Quizás no sepan la manera de hacerlo, por eso hay que intentar desde los hogares y desde los colegios detectar este tipo de coportamientos. Se debería centrar la educación un poco más en la parte emocional y en la afectiva.

Esto es un problema. Yo pregunto a los jóvenes: ¿Esperáis a no reconoceros para empezar a hacerlo? Porque puede que lo que encontréis no os guste, y es una lástima. La vida debe cimentarse en un buen equilibrio sobre lo que pensamos acerca de nosotros mismos.

Si se deja pasar el tiempo sin mirar de frente cualquier situación que parezca dolorosa puede ocurrir que de pronto aparezcan frente a tus ojos todos los dolores que no has enfrentado anteriormente.

Si están sin sanar, tienen que ser observados, experimentados y restablecidos antes de continuar acumulándose.

Cada persona tiene una parte de vital importancia para la salud mental. Una parte que hay que traer a la consciencia diariamente para un saludable autoconocimiento.

¿Qué persona quieres ser? ¿La que sale con su barca a pescar en el lago del autoconocimiento o la que permanece en la orilla observando al resto de pescadores?

«Podrás hacerte viejo y tembloroso, podrás permanecer despierto de noche escuchando el desorden en tus venas, podrás añorar tu único amor, podrás ver el mundo a tu alrededor devastado por maníacos malvados, o tu honor pisoteado en las cloacas de las mentes simples.

 

Solamente queda una cosa entonces: aprender. Aprender por qué el mundo se mueve y qué lo mueve. Es la única cosa que la mente nunca puede agotar, alienar, ni ser torturada por ello, ni temer ni desconfiar, ni soñar con lamentarlo.»

 

T. H. WHITE, El único y futuro rey

He tenido la costumbre de hacer examen de conciencia diariamente mientras mis hijos eran pequeños y creo que es importante para que reconociesen las cosas que les hacían bien y las diferenciasen de las que no.

Pero hay un periodo en el que ya no se comunican tanto con nosotros y este es el más peligroso para su salud emocional y afectiva.

Además, como coincide precisamente con ese cambio crucial en todas las personas, es difícil de detectar porque se puede enmascarar con el resto de comportamientos cambiantes.

Cuando son capaces de evaluarse y ver que existe en ellos una parte estratégica y la hacen presente en sus vidas, pueden darse cuenta de que su persona es lo más importante, y desde ahí deben continuar.

Lo más decisivo es que realmente puedan percibir y aceptar sin sentimiento de culpa o egoismo, que no existe nada más importante que ellos mismos. Cuando tengan la capacidad de verlo claro es cuando sus vidas realmente comenzarán. Si tu no estás bien, nada está bien.

Verdaderamente, si llegas a este punto sin excesiva carga, podrás comenzar a ver qué también eres realmente importante para un puñado de personas que forman parte de tu entorno cercano. Cosa que seguramente no percibías al estar metido en ese mundo oscuro e irreal.

Al llegar a este punto, podrás en realidad, ser el protagonista de tu vida, tal y como observas y crees que muchas personas hacen.

Puede que, al tener que enfrentar esta situación de desconocimiento de ti misma o de ti mismo, te encuentres tan perdida o perdido que no sepas por donde comenzar.

Por lo tanto, aunque suene repetitivo, creo que es muy importante, así que lo repito de nuevo: lo primero y sumamente decisivo es mirar y reconocer cada problema. Y además, hacerlo de uno en uno, para que no se acumulen, porque en ese caso, cuando te des cuenta deberás enfrentarte a un peso difícil de levantar.

Puedes comenzar por enfrentar cada nueva situación que vaya presentándose en adelante y reconocer si ha habido algo similar en tu vida anterior, de esta forma, al corregir esta nueva cuestión puedes dar solución también a la que estaba pendiente.

En consecuencia, cuando ya estés decidido a  vivir más en el presente, lo más adecuado es vivir observándote, cuidándote y amándote a cada instante. En todos los ámbitos: familia, amigos, trabajos, gustos, actividades o descansos, alimentación… en tus tiempos.

También observar lo que con tus palabras ofreces, lo que ofreces también con tus actos, lo que queda en tus pensamientos y lo que ellos te hacen sentir. Así que también observa tus pensamientos y lo que con ellos sientes.

Con ellos puedes crear armonía, y aprender a través de las turbulencias a llegar a la felicidad y a la prosperidad.

De esta forma podrás decirle al mundo que te amas y te aceptas, que eres feliz a pesar de los intensos movimientos diarios.

Podrás mostrar a los demás que ya has aprendido a vivir en compañía de tus partes dolorosas y doloridas y que vas sanándolas caminando sin detenerte. Las personas que aparezcan en tu vida percibirán y aprenderán de ti, y a la vez que tu te recompones, ayudarás también a los demás… viviendo y aceptando cada turbulencia.

Cualquier destino a partir de entonces será una recompensa.

Ya has llegado al punto de reconocer que una turbulencia o movimiento emocional interno no es señal de fracaso, como las turbulencias reales de un avión no son señales de que el rumbo esté equivocado, o de que exista una avería, o de que el piloto haya perdido el control, sino de que aunque el destino sea incierto, es posible de alcanzar.

A pesar de que la intensidad de las emociones te haga sentir inseguridad, es señal de que puedes confiar plenamente en tu cuerpo y en que su principal objetivo es sobrevivir aún teniendo que enfrentar las peores condiciones.

La intensidad de lo que sientas, no es el peligro real, estamos fabricados para soportar las más extremas turbulencias, el peligro está en olvidarlo. Estos contratiempos son simplemente vivir.

Solo en la actividad querrás vivir cien años. – Proverbio Japonés.

La madurez llega cuando aprendes a respirar a través de las incomodidades y resuelves como continuar sirviéndote de cada crudeza para apoyarte. Así llega la conclusión de que hasta el trauma más profundo tiene su sanación a través de tu amor, de tu aceptación y sin perder la ilusión y la esperanza.

Y ese otro tipo de locura a la que yo prefiero llamar personalidad intensa, se le suele atrubuir a todo aquel que siente, piensa y actúa de forma distinta a la gran mayoría de los habitantes del planeta.

Aquel que decide ir más allá de lo que otros pudieron ver a simple vista.

Todo aquel que confía en sí mismo. Que se lanza a la conquista de su propio mundo sin el beneplácito de nadie.

Aquel que, aún sabiendo de donde viene, de cuales son sus heridas, decide emprender el camino de la sanación y, con él, el de su clan.

Todo aquel que siente el amor como la expresión de la unidad con el Todo.

Aquél que dejó de buscar la divinidad en todas las religiones para empezar a sentirla en su interior promoviendo así, la unidad de todos los seres humanos y los no humanos por medio de la auténtica espiritualidad.

Si te sientes loca, el mundo está de suerte, porque esa locura es la cordura que el mundo necesita, expresión de la libertad del Alma, libre de todo pensamiento…

Así que, gracias por ser una loca y apostar por tu bienestar y el del otro…aunque sepas que a veces te verás sola.

 

¡Bienvenidas al manicomio llamado vida!

¡A vivir las turbulencias compañeras, que estámos volando!

 

¡Namasté!

 

 

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