Nada puede velar mi momento de felicidad

Escrito por Marié

18 de abril de 2022

¡Buenos días mundo!

Qué significa SOÑAR con LLUVIA - Interpretación de los sueñosSoy feliz, en este momento soy feliz, estoy disfrutando de este día lluvioso de abril. La lluvia me parece de lo más romántica y en este momento nada puede velar mi momento de felicidad.

Aunque el viento me da escalofríos, oigo sus murmullos en mi chimenea y me estremezco. Me trae recuerdos de cosas antiguas, cosas de otros mundos, de otros tiempos. 

Hay circunstancias tristes, alegres, más o menos llevaderas. Pero si busco en mi mente, no encuentro nada para ser infeliz. Aunque intentaron doblegar esa felicidad, solo encontraron mis lágrimas, una gran tristeza, pero eso no significa infelicidad.

Suelo mencionar habitualmente a mi padre, (precisamente lleva varias noches apareciendo en mis sueños y teniendo largas conversaciones conmigo, después de bastante tiempo la verdad). El fue y sigue siendo, a traves de estas conversaciones, mi mayor maestro. Es inevitable para mi pensar en él cuándo en mi vida aparecen diariamente todas sus enseñanzas.

 

Varias cosas llegan hoy a mi mente de las muchas que me decía:

 

Eres demasiado grande para malgastar tu tiempo en preocuparte, si puedes hacer algo, hazlo, pero si no hay respuesta déjalo ir, no es para ti. No hay que preocuparse por lo que no tiene solución, ocúpate de lo que si la tiene. (Por ello me gusta recordarle, pensar en él me hace sentir mi propia grandeza).

 

Que tu nobleza sea tan grande que te impida enfadarte por cuestiones o personas que no merezcan tu tristeza (… aunque él siempre estaba enfadado por las injusticias, siempre luchando por los demás, un gran ejemplo).

 

Quiero que seas lo suficientemente fuerte para no asustarte ante nada. Que cualquier cuestión en esta vida te sirva solo para hacerte mas fuerte. Enfrenta todo con firmeza, tu puedes con cualquier contratiempo, con cualquier perdida, con cualquier problema, estamos preparados para ello.

 

Tienes unas manos maravillosas, usa tus manos, en ellas hay un gran potencial, y las tuyas te servirán para mostrarte al mundo, creelo por que es la verdad. (esto me lo dijo estando bastante enfermito).

 

– Pero una cosa que me decía, y que pesa sobre todo lo demás, es que quería que fuese lo suficientemente feliz como para evitar que cualquier cosa negativa entrase en mi vida.

 

Así que intento que nada me impida tener algún momento de felicidad, por triste que pueda estar.

 

Procuro tener momentos felices diarios, y si no aparecen, los busco y los creo.

 

De manera que cuando alguna cuestión o persona provoca que me aleje de mi momento de felicidad, es preocupante.

Pero no por mí, aunque esté contrariada, mi felicidad sigue intacta. Puede que en algunas ocasiones deje manifestarse un poco de tristeza. Sobre todo porque cuando permito que mis lágrimas afloren, mi alma se refresca y me da las gracias. Ellas me ayudan a valorar aún más los momentos felices, por pequeños que sean.

La alerta es por las circunstancias que me provocan. No hay por qué temer, aunque se ha contrariado mi fuerza interna, no suelo reaccionar, pero me resulta complejo volver a encauzarla.

La energía generada, si no la enfoco y dirijo conscientemente hacia un lugar donde no pueda dañar, una vez activada, tiene la capacidad de viajar, hacer y deshacer. Lo sé, porque lo he visto.

Soy una mezcla, como el resto de seres vivos, de todos los elementos, y ellos van despertando y actuando según las vivencias que me ocurran.

Soy muy intensa y los elementos que me componen logran alcanzar cotas muy altas. De forma voluntaria los uso constructivamente siempre.

Y en circunstancias extremas, me habitan todos, despiertan todos a la vez.

– Cuando es el fuego quien accede a mi ser, mi sangre se incendia, arde. Mi fluido componente provoca llamas apasionadas en mis emociones.

En este caso hay motivos para temer a este fuego, tenemos fuerzas sobrenaturales desconocidas y a veces incontrolables a causa del desconocimiento.

Pero tengo que explicar que si se dan ciertos acontecimientos, probablemente no haya nada que temer, aunque la energía haya salido de mi control, el universo mismo se hará cargo. Él es el encargado de mantener el equilibrio y lo hará de una forma u otra.

Lo que si es cierto es que cuado no puedo apaciguar esta pasión visceral que forma parte de mi ser, igual que del de muchas personas; mis profundas impresiones pueden volar y calcinar todo lo que encuentren a su paso.

Así es el fuego que nos conforma.

Más yo nunca ofendo voluntariamente, ni en presencia de nadie, ni en su ausencia. Es más, si alguien insulta a alguien en mi presencia, eternamente defenderé a los ausentes, como siempre he hecho.

Mi propósito de ningún modo y en ninguna ocasión, es dañar.

No obstante, aunque mi serenidad se sienta vulnerada, nada tiene efectividad para eliminar mis momentos diarios de felicidad.

– Mi elemento aire, ese que tanto me asusta cuando aúlla en mi chimenea, se convierte en un vendaval interior, me transformo en temporal que arrolla a su paso.

Mi aliento resuella sobre todo, hace desaparecer todo, eliminando las ideas dañinas y peligrosas, llevándolas lejos, donde no hagan daño a nadie, pero seguirán haciéndolo en tu soledad. Más si enfrentas los miedos, las falsedades, comprenderás y evolucionarás, y si hay suerte puede que valga la pena lo que dejes tras tu paso.

Así es el aire que nos conforma.

Mi huracán ha traído consigo toda la energía que mi fuerza es capaz de absorber de la naturaleza, y asimismo despierta mi elemento tierra.

– Ella se puede enfriar como una piedra volcánica cuando el viento sopla sobre la lava que corre por mis venas. Mi objetivo no es lastimar, pero las voluntades malintencionadas pueden estrellarse contra mi volcán y él dispersará su lava ardiente.

Esa voluntad tenaz que fue mi ejemplo, me impide doblegarme. Hay destrucción en el intento de detener mis principios, recrudeciendo su propósito. El dolor es tan profundo que acaba con todo.

Así es la tierra que nos conforma.

Si es otro de mis elementos el que se activa, en este caso el agua, podrá elevarse en gigantes olas agitadas que arrasan todo a su paso, similar a un tsunami.

Puede ser que el agua que me compone, se deshaga primero en lágrimas, ellas se ocuparán de purificar mi aire, de limpiar mi tierra y de refrescar mi fuego, quedando interiormente intacta. Y una vez depurado el dolor, puede que esas aguas transporten lo que arrancaron de mí, a la presencia de quien me importuna. Sentirán su pasión al ser vertidas, y quizás logren entender lo que queda tras de sus acciones.

Así es el agua que nos conforma.

Más todos mis elementos tienen un corazón puro, un corazón mágico que puedes elegir afrontar.

Esa elección tiene fecha de caducidad, porque mi corazón no conoce el rencor, pero sí la indiferencia y ya jamás podrá volver a ser lo mismo.

Las ocasiones en las que el incremento de energía que se genera en mi ser es tal que provoca que la verdad no tenga donde esconderse, ella se hará presente para cualquier espectador.

Si algo puedo decir es mi verdad, la verdad que se muestra al mirarse en mi espejo. En él que al observar y, como en cualquier otro espejo que muestre las verdades, puede que no guste lo que se contemple. Los espejos no suelen mentir, si observas con mirada limpia.

Las energías puras y genuinas muestran de frente y sin dobleces el sentir de su portador y este puede avergonzar a quien ve su propio reflejo distorsionado.

Así son los elementos que nos conforman.

Pero déjame decir que todo es un regalo, el mejor y más grande obsequio que nadie hará jamás.

Nuestras energías se han conocido y si te mantienes fuera de su línea de acción, el obsequio de la energía universal compartida, continuará su camino y seguirás sin saber que estás siendo hiriente. En este caso, puede que te sea devuelta en forma de rechazo.

Aparece un temporal de miedos, de dolores reprimidos por tus abordajes. Toca contemplar, entonces, la inseguridad, la fragilidad, la levedad y la muerte. Si se controla el odio, la opción es nadar sobre sus olas, pero quizás en la confusión, la elección puede ser dejarte hundir por ellas.

Afortunadamente, puedo decir con orgullo que no conozco el odio, no me lo enseñaron, vi este sentimiento en alguna ocasión lejana, pero nunca lo quise acoger en mi corazón. No podrá ocultar mis instantes de felicidad. Gracias por no dejarme llevar por este destructivo sentimiento.

No hay nada que temer en mí, vuelvo a recalcar que no sé odiar, jamás voy a maldecir ni a perseguir. Ni hacer daño, al menos conscientemente, nunca lo haría. Valemos más que eso.

Prefiero bendecir, porque bendecida me siento.

Y eternamente elevaré plegarias al Universo por ello.

¡Con amor y magia todo se puede y todo se crea!

¡He dado tanto que mi recuerdo permanecerá mientras quede conciencia!

¡Voy tejiendo nuevas esperanzas con quien elige el lado creativo de la vida!

 

¡Namasté!

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