Un tema muy debatido en todos los tiempos es el dual femenino masculino, matriarcado y patriarcado. Es un gran tema.
Es un tema cambiante y distinto en cada cultura, sociedad y en cada hogar.
Yo escribo hoy sobre ello para intentar sanar las diferencias, sanar la relación masculino femenino.
Quiero empezar mi reflexión intentando definir lo que yo entiendo e intentaré utilizar términos que sean comprensibles.
Es un análisis particular, pero puede utilizarse como debate.
No me gusta discutir, pero de los debates, sin alteraciones, se aprende mucho.
Lo primero, decir que al hablar de femenino no me voy a referir a las mujeres en particular, sino al principio femenino o a la feminidad venga de quién venga, e igualmente al hablar de lo masculino. Así que estos términos de hoy no son exclusivos para los hombres ni para las mujeres, ambos son compartidos en diferentes medidas por los dos.
Digo esto porque conozco hombres que tienen características muy femeninas, incluso más que algunas mujeres muy femeninas. Sin que ello influya en su identidad de género.
Conozco gays muy masculinos y gays muy femeninos, heteros y lesbianas con las mismas diferencias, así que no me refiero a todo ello.
Todos, aunque alguien no quiera verlo ni reconocerlo, estamos compuestos por características de ambos sexos, y las utilizamos cuando son necesarias, incluso pueden aparecer en momentos muy problemáticos, por necesidad.
Hay quien no quiere ni saberlo, pero es inevitable. Existen en nosotros.
Por eso también hay mujeres con rasgos particularmente masculinos, igualmente por necesidad, incluso más que algunos hombres.
Para mí personalmente, son características fascinantes que hacen de cada persona un mundo único e irrepetible, por eso las comparaciones me parecen odiosas, en este y en cualquier otro ámbito, además de imposibles.
El verano y sobre todo las enormes lunas o superlunas que nos acompañan en él, potencian mucho la sexualidad en todos los géneros, por eso me parece la estación más sexual.
El calor, la música, las vacaciones, alternar con amigos, risas, desenfreno y sexo.
Disfrute, en pocas palabras.
Sin tabúes, no son necesarios, son limitantes y nos han hecho la vida difícil en todas las épocas.
Me gusta hablar francamente, sin dobleces, sin filtros, sin mentiras, desde la frescura, la naturalidad y la autenticidad.
Puede sentirse como un tópico, pero son procesos generalizados, y mientras menos vergüenza mejor. Somos mayores para esto.
Mientras más rápido dejemos atrás estás limitaciones mejor podremos hablar y con más libertad.
Creo que el tiempo para todo es ahora, nunca nos debemos permitir perder tiempo, no vuelve.
El calor, la ropa fresca, el roce de la piel, hacen el resto, son trampolines para que salten chispas.
Fuera tabúes, vamos a rasgar la superficie que tienes, para destapar lo que todo el mundo siente. Aunque tu superficie sea enorme. Da un gran tirón y siente la libertad.
Quizás te abrume la intensidad, pero las cosas se viven así, con claridad, intensamente, aunque muchas personas sientan que su mente reacciona de formas diferentes. Simplemente, no reacciones, déjate llevar, sin prejuicios.
Disfruta del calor, y no lo veas como algo malo, el calor trae muchas cosas buenas, igual que el frío. Siempre es bonita la dualidad.
Intenta decodificar eso que sientes nacer en tus entrañas, no lo reprimas, de cualquier manera va a salir y es mejor disfrutar que discutir.
Yo te aconsejaría no dejarte tocar esos puntos sensibles y controversiales que todos tenemos, es mejor amar.
Amar, amor es lo mejor de la vida, amar la vida, amar todo, vivir amando. Y a nivel de masculino y femenino, en esencia lo femenino ama lo masculino y lo masculino ama lo femenino. Igualmente, lo femenino ama profundamente lo femenino y lo masculino asimismo.
¿Por qué? Van íntimamente unidos, por eso tantas maneras diferentes y totalmente respetables de amar.
Esa esencia que nos compone no nos opone, ambas son necesarias y han existido desde que existimos.
Y sin poder evitarlo, hablando espiritualmente, en espíritu somos iguales y solo somos vistos como diferentes por la loca de la casa, la de la azotea.
Nuestra mente nos sabotea, como loca perpetua, y de ella se sirve el ego, siempre escondido, para engañarnos con respecto a nuestra feminidad o masculinidad. Nos provoca para que pensemos que debemos estar en pie de guerra y ¡No!, no debe haber oposición o siempre estarán separados y en diferencia de entendimiento.
Me opongo a ello, nunca defenderé a nadie que diga: no entiendo a los hombres o no entiendo a las mujeres, normalmente quien lo dice, no se entiende a sí mismo. ¡Y chistes los podemos hacer todos!
Hubo un día en que me volvía loca al escuchar esto, pero no merece nada de mi tiempo, además puede servir para algún tipo de violencia.
Creo que la personalidad debe estar más anclada, sin reforzar ninguna separación de género, si no es así las relaciones jamás podrán ser sanas.
Por otro lado, la mente egocéntrica no quiere esta complicidad.
¿No estás de acuerdo? Es normal, somos diferentes.
Si quieres, continúa leyendo y si no te gusta el tema, hasta la próxima.
Siempre puedes encontrar excepciones en mis reflexiones, no me considero excepcional, pero sí libre.
No me gusta la mentalidad cerrada, abre tu conciencia hasta el final del texto. Guarda tu trabuco, tu cinturón o tu espada, también tu escudo, aquí no son necesarios.
La sinceridad y la mente clara y abierta es lo ideal.
Al menos conmigo.
Cuando dos personas, independientemente de su cuerpo o su género, se sienten separadas por ello, aparece una pequeña semilla, que si se continúa regando surge la desconfianza, y pienso que esto crea una potencial violencia.
Cuando la violencia se siente, puede generar reacción, ataque, defensa, aun sin causa. ¡Error!
Por eso hoy se ve, se siente en muchos ambientes… ¡Guerra de sexos!
¡No quiero guerra, pero sí sexo! Ja ja ja.
La solución creo que no está en la separación, la feminidad y la masculinidad no deben caminar por separado. ¡Entendedlo, antes de que sea tarde!
“Separa y vencerás”, no dejes que suceda esto, une y vencerás, juntos somos más fuertes, ¡Todos!
Los problemas no se basan en eso, en hacer las líneas cada vez más separadas. Lo apropiado es común.
Las mujeres son más poderosas que los hombres, pues sí, en algunos casos.
Más duras y resistentes. Más orgásmicas.
El sagrado masculino, en algunas ocasiones y según que identidad de género se tenga, está desesperadamente enamorado del sagrado femenino, pero los hombres están a la vez, furiosos con las mujeres, por esta facilidad multiorgásmica.
Desde antiguo el hombre se dedicaba a cazar y para cazar no podía perder energía sexual, o no podría dar todo en la pradera.
La mujer podía dar todo en su labor energizándose a través del sexo.
El sexo es muy diferente en ambos, para nosotras es energía y para vosotros es pérdida de ella.
Espiritualmente hablando el sexo femenino es alimento para el espíritu, por ello somos más espirituales y vosotros más físicos y materiales.
Muchos hombres no superan esta supuesta superioridad, por eso nos han querido negar siempre esta preciosa sexualidad.
Los hombres son más poderosos que las mujeres, pues sí, en algunas cosas.
Yo creo que muchos hombres se crean tal cantidad de obligaciones para intentar engañar a su mente, que les hace pensar imprescindibles.
Su potencial lo crean, en muchas ocasiones, de la ira, y ella es tambien el potencial separador de los sexos.
¿Por qué algunos hombres son tan violentos con algunas mujeres?, ¿por qué sienten que deben dominarlas?, ¿o golpearlas, o violarlas o faltarles al respeto?
Yo opino que algunos piensan que si dejasen al principio femenino, cambiaría el mundo. ¿Tenéis miedo de sentiros como nos habéis hecho sentir por siglos de historia? A las feminas en general, ademas de al principio masculino con alta parte femenina y al principio femenino con alta parte masculina. Lo femenino siempre inferior en cualquier genero.
¿O es miedo a la libertad que os han dado estos siglos? Miedo a perder esa libertad.
La respuesta es que lo masculino necesita indiscutiblemente a lo femenino, y viceversa. No es tan difícil.
¿Por qué en la naturaleza existen los bailes sexuales para atraer a las hembras? Formas de llamar su atención, la diferencia es que en la naturaleza se acepta el descarte, para la perpetuación de una especie más fuerte. ¡Y lo hacen las hembras!
Un baile nupcial lleno de cornamentas, empujones, plumas, danzas, melodías, trinos…
Es un juego en el que la parte femenina es la ganadora del mejor premio. Un juego sutil que busca aprobación, amor, deseo y aceptación.
El problema es cuando la feminidad se siente rechazada o criticada de manera continuada hasta creerse merecedora y adicta a estos juicios.
Este tipo de mujer perpetúa en el lado masculino el poder para seguir tratándola así. Esto es lo que transforma comportamientos aislados en realidades habituales. Al menos es lo que yo creo.
Falta personalidad en todos los ámbitos, suficiente como para mantener alejados comportamientos inaceptables.
De este modo los sexos viven enfurecidos entre ellos, llegando a una violencia hacia ellas basada en el miedo, pero no solo en el miedo femenino, sino también en el masculino, por temor al rechazo, puro reflejo de la naturaleza. Existen casos a la inversa, pero son ínfimos en comparación y siglos de historia, como ya he dicho.
Se crea un círculo vicioso en el que la mujer cree ser merecedora del maltrato y el hombre, que se siente insatisfecho por situaciones de desamor personal y de pareja, piensa lo mismo y lo ofrece.
No siempre es así, pero es un ejemplo de muchos casos.
También a nivel sexual hay agresividad pasiva, sin ir más lejos, en el momento de la gestación.
Es una lucha pura y dura en la que sale vencedor el que ataca más rápidamente y más salvajemente al óvulo que espera tranquilamente que esto suceda.
Mientras más fuerte y agresivo sea el espermatozoide más probabilidades de atravesar la meta.
Lo que ocurre es que esto debería suceder siempre dentro de un marco de amor, amistad y respeto mutuos.
Biología salvaje y agresiva guiada por una relación de amor.
¿Divertido? Solo real.
La personalidad débil en cualquiera de los casos está dirigida al fracaso, con terribles consecuencias, agresiones sexuales, desvalorización y poco amor propio.
Debido a la biología y a los años viviendo una perpetua dominación se sigue arriesgando la libertad femenina.
Aunque, en esencia, cualquier unión esté interesada en el amor y en su máxima expresión.
¿Conclusiones? Sanar el sagrado equilibrio masculino femenino.
Primero, la masculinidad debe exigirse menos, no es necesario. También eliminar el miedo al rechazo, que puede convertirse en agresividad.
Creo que esto puede servir para cualquier identidad de género, siendo la base masculina.
Su cuerpo ante la supervivencia es similar a un viejo samurái que lucha por su perpetuación.
Lo ideal es ser paciente, y controlar al agresor violador (natural) que vive en las células, y esperar una aceptación por amor, aprobación e invitación. Esto les relaja permitiendo una apertura al amor a sí mismos y a la posible pareja.
Cuando la parte femenina de la ecuación siente esto, queda sanada la relación y siente atracción por esa posible pareja.
También es necesario que esa parte femenina se ame profundamente para que todo sea posible.
Es un trabajo conjunto y continuado, sin culpas, en el que todos son responsables.
No intentes tener razón, disfruta.
Si eres hombre, ama con todo tu corazón de una forma saludable y si eres mujer, ama con todo tu corazón de manera saludable. Esto significa que no tienes que necesitar, y tampoco aferrarte, sino amar la libertad de escoger.
Ha llegado el momento de unir fuerzas, en cualquier nivel, remar juntos. Diosa y Dios de la mano, sumar capacidades, virtudes y atributos hasta lograr el equilibrio perfecto.
Compasión y creatividad, junto con fuerza poder y voluntad.
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