Lavanda, Espliego, Alhucema, Cantueso…
¿Lavanda? La cara recién lavada de mi abuela Esperanza en mi infancia, y el aroma de su agua de colonia de lavanda, inundando la casa cuando ella pasaba todas las mañanas. Hermoso regalo.
¿Alhucema? Preciosos recuerdos tambien de la infancia, cuando mi abuela Carmen echaba un puñadito en la antigua estufa de hierro, en el rio, inundando todo el ambiente con ese aroma especial.
Por supuesto el mejor ambientador que pude disfrutar (ademas de cuando echaba a las brasas un puñadito de azucar…). Ella la llamaba alhucema, un precioso nombre de origen árabe; en otras zonas se la llama espliego o cantueso.
El mes de marzo va acercandose a su fin, es tiempo de comenzar la siembra de gran variedad de plantas y hoy quiero rendir un homenaje a la alhucema, una preciosa planta que crece en forma de espigas. Tiene una amplia gama de colores, y como los colores tambien son una des mis pasiones utilizo su nombre para el precioso “color lavanda”.
Dentro de la terminología andaluza aparece la forma alhucema con variantes fonéticas, entre la que encontramos la aspiración de la h y en pueblos de Granada con j aljucema.
En el centro y occidente andaluz, cuenca del Almanzora y Sierra de Filabres, Los Vélez (Almería) y Huéscar (Granada), se la llama espliego.
Y en la andalucía oriental, espligo, azucema en Berja y lucema en Alboluduy.
Reciben estos nombres autóctonos varias plantas del género “Lavándula” (Lavandula latifolia, Lavandula multifida, y Lavandula lanata).
– Fuentes: academiadelperfume, plantea tu vida en verde, guiaverde, elespiritudelasplantas, infojardín.
– Fuente de la entrada: mi gran amiga Sonia Urdillo.
Etimológicamente
El término latín lavaré que hace referencia a la costumbre ya desde la antigüedad de usar la lavanda para lavar el cuerpo y la ropa y otorgarle su aroma.
Del italiano lavanda o el francés lavande, probablemente abreviatura del latín medieval lavandula, lavendula, livendula, de origen incierto.
La forma parece apuntar al gerundivo de lavare («lavar»).
Y las citas más tempranas emplean la variante livendula, que sugiere la posibilidad de una derivación de lividula, de lividus («azulado»).
Se pueden comparar el catalán lavanda, el inglés lavender o el occitano alebandro.
Características del espliego
No solo es un placer para los sentidos presenciar las aromáticas flores en los campos, sino que es un componente imprescindible para el mundo de los perfumes y por sus propiedades medicinales.
Sus matas son labiadas y alcanzan una altura de treinta a cuarenta centímetros, de tallos leñosos que terminan en espiga y hojas vellosas con un tomento (Conjunto de pelos que cubren la superficie de los órganos de algunas plantas).
En especial la L. lanata, que tiene un tono blanco lanado; las flores tienen color azul en espiga, con pedúnculo (Tallo de una hoja, fruto o flor por el cual se une al tallo de la planta) muy largo y delgado:
La lavanda simboliza la pureza y la calma, y desde hace siglos se utiliza en la creación de sustancias aromáticas, esencias, aceites, perfumes o jabones, que actualmente se siguen utilizando.
Curiosidades sobre la lavanda
De la lavanda se han descrito más de 60 variedades a lo largo de la región macaronésica (cinco archipiélagos del Atlántico Norte, más o menos cercanos al continente africano: Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira y las islas Salvajes).
En la cuenca mediterránea, el norte de África, la península árabe, el sur del continente asiático y la India.
Hoy en día se la cultiva en muchas partes del mundo gracias a su facilidad de supervivencia en diferentes suelos y temperaturas.
En el lenguaje de las flores, se empezaron a regalar flores a manera de mensajes secretos y la lavanda adoptó su propio significado. De éste modo al obsequiar sus flores podía significar: Paz, suerte, devoción y pureza.
Un mensaje con lavandas podía decirle a la mujer que las recibía que es considerada pura, virtuosa, virginal. Que es amada aun cuando quien regala las flores no merezca su reciprocidad. Y que será amada sin condiciones y sin importar lo que pase.
Es también una forma de intentar brindarle paz, quietud y silencio a alguien que lo necesita.
Y por último es una manera sencilla de pedir o desear suerte en las empresas que se quieren realizar.
Por otro lado la planta de lavanda era usada en hechizos y pócimas de magia blanca para: Pedir salud física, mental y espiritual. Llenarse de paciencia, tranquilidad y calma en situaciones críticas. Liberar bloqueos mentales. Afrontar miedos. Retrasar el envejecimiento. Seducir a un amor. Aumentar la sexualidad y la feminidad.
En Elche, Alicante (España) elaboran desde 1867 el licor de cantueso. Su fabricación se lleva a cabo a partir de la flor y el pedúnculo del cantueso y está regulada por la Denominación de Origen Licores de Alicante.
Historia de la lavanda
Desde hace 5.000 años la lavanda ha tenido diferentes usos populares, con tradiciones que han traspasado generaciones, un ejemplo los reconfortantes saquitos de lavanda, que consiguen aromatizar armarios y hogares con su agradable olor a limpio, a la vez que ahuyentan polillas e insectos.
Hay numerosos testimonios a lo largo de los siglos en diferentes libros sobre sus empleos en medicina natural, aseo, perfumeria, belleza, incluso en cocina.
Los registros más antiguos de la lavanda nos llevan hasta el antiguo Egipto donde la planta era usada con motivos cosméticos y como un producto de embalsamamiento.
En ese sentido adopta el concepto de eternidad y belleza.
Los griegos por su lado fueron los primeros en usar las flores de lavanda para perfumarse.
Desde esta época la lavanda empieza a simbolizar la feminidad y el refinamiento.
Y llegaron los Romanos
Fue en la época del Imperio Romano, que la flor recibe el nombre de “lavanda”. Desde entonces además de los usos cosméticos y agua de baño, se la empieza a tomar en cuenta por sus propiedades curativas y repelente de insectos. Era una práctica romana común beber infusiones de lavanda o comer sus flores, de forma rutinaria. También se asociaba al dios Mercurio, el dios de la comunicación. Según los antiguos Mercurio rige el lenguaje y la necesidad de comunicación del ser humano y en el plano físico rige también el sistema nervioso. Por este motivo, desde la antigüedad, la lavanda ha sido una de las plantas más utilizadas para calmar y relajar el sistema nervioso.
Como vemos, los antiguos, en ambas tradiciones, relacionaban esta planta con el elemento aire, el elemento del mundo de las ideas, los pensamientos, las ilusiones y los sueños. Decían que aportaba calma a la mente, sosiego al pensamiento y ayudaba a que la persona que la tomara se sintiera más feliz y en armonía.
Cultura celta
En Irlanda se dice que la Lavanda era la flor favorita de la Diosa Áine, reina de las hadas y promotora de la fertilidad, hija del Dios del Mar Manannán Mac Lir. Los rituales celtas para pedir por atributos físicos y mentales, o ayuda para cumplir una meta, eran dirigidos a ésta Diosa. En ellos la lavanda era una ofrenda común para satisfacer a la Diosa. Tradicionalmente se invocaba a estos seres para que nos aportaran inspiración, ideas nuevas y nos aclararan los pensamientos. También para lograr nuestros sueños e ilusiones.
En la Edad Media, se empieza a cultivar la planta de lavanda, siendo los templos de los monjes en dónde más la utilizaban a manera de hierba curativa. Es por eso que uno de los significados de la lavanda es la salud y la curación.
Durante el reinado de Enrique Octavo, la lavanda se convirtió en la hierba de moda, por lo que empezó a usarse para darle un mejor aroma a las piezas de lencería, y añadir olor a la cera de muebles. Es a partir de ésta época que se empieza a asociar a la lavanda con la realeza y el lujo.
Epoca Victoriana
Al llegar la época victoriana los perfumes con esencia de lavanda se hicieron sumamente populares entre las mujeres.
El uso de la lavanda tuvo un punto álgido durante el Barroco. En los siglos XVII y XVIII los guanteros y perfumistas eran ya profesiones reguladas y los guanteros de Grasse (capital internacional de los perfumes. Situada en la Provenza-Alpes-Costa Azul), la solían usar para dotar de un aroma más agradable al cuero con el que trabajaban.
La leyenda cuenta que les ayudó a librarse de la peste y que ellos mismos sugerían al resto de ciudadanos que llevaran siempre consigo ramas de lavanda para que les protegieran de la enfermedad.
Hasta el siglo XIX, la lavanda se recogía y destilaba de forma tradicional en Francia. Pero desde principios del siglo XX se realizan pruebas y plantaciones controladas para aumentar su producción ante la demanda creciente de la perfumería y la expansión de Grasse. Se aumenta notablemente la superficie cultivada, hay datos que muestran que en 1960 se llegaron a destilar 150 toneladas.
Hoy por hoy se cultiva principalmente en Europa: Francia (Alpes, Vaucluse y Dròme), España, Inglaterra y la antigua Unión Soviética. Se encuentra principalmente en las regiones más cálidas del Mediterráneo en tierras alcalinas. Y, en menor medida, en América.
La Provenza española
En la actualidad, se cultiva lavanda en los campos de Brihuega (Guadalajara, España).
Varios años de creciente importancia, propician que personas de todo el mundo viajen para visitarlos durante su floración:
Esta zona se conoce ya como la Provenza española por sus condiciones tan similares a las de la Provenza francesa.
Se considera ”el jardín de la Alcarria” por sus singulares campos con las plantas en flor antes de su recolección. Sus tallos mecidos al viento recrean fragantes e hipnóticas mareas, admiradas por miles de visitantes en directo y por espectadores de los reportajes que proliferan con su mágico escenario de fondo.
– Fotografía: Sonia Urdillo.
Es zona de encuentro de perfumistas, cocineros y profesionales de los diferentes sectores relacionados con la lavanda y sus usos. Desde hace varios años se celebra el mítico “Festival de la Lavanda” al que asisten personas de todo el mundo.
Los campos esta localidad de Guadalajara (España) son el resultado de más de 30 años de investigación y desarrollo de la flor de la lavanda y lavandín, décadas de esfuerzo y dedicación que han convertido a la comarca de Brihuega en el centro neurálgico en la explotación agraria de la flor de la lavanda.
En la zona se cultivan más de 1.000 hectáreas, cifra que podría representar en torno a un 10% de la producción mundial.
Principios activos de la alhucema
Hoy en día, muchos siglos después y tras la evolución de la ciencia sabemos que la lavanda contiene principios activos que actúan relajando el sistema nervioso.
Es rica en linalol (antiséptico, ansiolítico, anti-inflamatorio, antifúngico, antimicrobiano), linalino (relajante, antimicrobiano y tónico cutáneo) , limoneno (antiinflamatorio, antioxidante, antiestrés), taninos (cardiosaludable, astringente, antioxidante, cicatrizante, antiseptico) y boreol (sedante, antifatiga, antiestres) , curaminas (antiinsectos, antiradiacion UV), saponinas (expectorante, diurética, depurativa, tónico-venosa y de disminución del colesterol) Y esencia (uno de los rasgos que más destaca de la lavanda es su aroma, un aroma inconfundible que hace que el perfume de lavanda esté presente constantemente en ambientadores, geles, champús, sales de bañó, etc…), geraniol o citronelol (Antioxidante y protector de la piel), borneol (sedante), eucaliptol (expectorante y antitusivo, hipoglucemiante, antipiréticos y antitérmicos, repelente de insectos), acetato de linalol, alfapìneno (ansiedad, antimicrobiano), acetato de gerinilo (saborizante, aromatizante), terpineol (gastroprotector, vias respiratorias), lavandulol (calmante, aromático,somnifero), nerol y alcanfor ( calmante y antiinflamatorio).
Estos principios hacen de la lavanda un remedio magnifico para tratar el nerviosismo, el estrés, la ansiedad y el desasosiego, pero no solo actúan sobre el sistema nervios, la lavanda es un gran remedio también para la piel, y para calmar los dolores.
Propiedades de esta polifacética planta
La lavanda es un gran regenerador celular, favorece la cicatrización y la regeneración de la epidermis, por este motivo es un remedio maravilloso para tratar los eccemas, quemaduras y las erupciones.
Además la lavanda es una potente antiséptica, no es de extrañar que se utilizara para limpiar y como remedio para tratar la difteria, la fiebre tifoidea, los neumococos, y estreptococos.
Y repelente de insectos.
La lavanda aporta bienestar y calma a nuestro sistema emocional, se hacen muchos tratamientos a nivel emocional con el aroma de lavanda.
Basta imaginarnos paseando por un campo de lavanda para poder descubrir el efecto que la lavanda es capaz de causar en nosotros: paz, armonía, bienestar, felicidad,…
Un gran remedio seria hacer inmersiones respiratorias tres o cuatro veces al día con el aceite esencial de lavanda, notaremos que nuestro estado de ánimo mejora y nos sentimos más serenos y felices. Calma la tos, la neumonía, amigdalitis y laringitis. Evita el contagios por los virus de gripe.
Es un potente equilibrador del sistema nervioso, muy indicado para casos de ansiedad, estrés, preocupaciones, notaremos que nos calma y reconforta.
La lavanda resulta muy útil también para molestias digestivas, especialmente aquellas causadas o agravadas por los nervios.
También puede ser un gran aliado para las jaquecas o cualquier otro trastorno ocasionado por el sistema nervioso. En los casos de asma ayuda a que el espasmo bronquial ceda y se relaje.
Usos y preparaciones caseras
En las cálidas noches de verano podemos poner unas gotas de aceite esencial de espliego o bien un ramillete de flores de lavanda y serán el más agradable de los repelentes de mosquitos e insectos que podamos imaginar.
También podemos diluir 30 gotas de aceite esencial de espliego en 30 ml de aceite vegetal y aplicarlo sobre el cuerpo para evitar que los mosquitos se acerquen a nosotros.
Nada más fácil, podemos elaborar nuestra propia cosmética: para ambientar armarios o cajones podemos hacer saquitos de tela y rellenarlos con flores de lavanda. Aromatizarán maravillosamente nuestra ropa y evitarán que entren polillas o cualquier otro insecto en los armarios.
Infusiones, tinturas…
Podemos combinar la lavanda con manzanilla o una mezcla digestiva y nos ayudará a calmas los espasmos y retortijones digestivos.
Para ansiedad, estres y preocupaciones podemos tomarla en infusión, pero es más potente en tintura.
Podemos tomar 30 gotas de tintura de lavanda al día y notaremos en 10, 15 días como nuestro estrés y ansiedad mejoran y nos sentimos más serenos y calmados. Puede ser muy útil en casos de insomnio por inquietudes, y nerviosismo.
Podemos usar la lavanda en recetas de cocina, especialmente las flores en ensaladas y otros platos fríos y templados.
Así como en postres e incluso en bebidas, como por ejemplo hacer una limonada y añadir una cucharada por cada litro y medio.
Podemos diluir unas gotas del aceite esencial de lavanda en aceite vegetal y aplicarlo directamente sobre la zona afectada con (eccema, quemaduras, erupciones). O bien podemos hacer una infusión de lavanda y aplicarla con un algodón varias veces al día sobre la zona afectada. Para eccemas secos es preferible el aceite y para eccemas húmedos mejor la infusión.
O podemos elaborar bálsamos o ungüentos para los dolores con espliego: Poniendo en una botella 30 ml aceite vegetal y 50 gotas de espliego macho (variedad de aceite esencial más potente en alcanfor) y si queremos 50 más de Gauteria y tendremos un aceite maravillosos para calmar los dolores, musculares, óseos y articulares.
Cosmetica
También hacer jabones de glicerina o sosa con aceite esencial de lavanda.
Si queremos hacernos un perfume, podemos usar directamente dos gotitas de aceite esencial de lavanda tras las orejas y en el cuello o bien podemos diluir 10 gotas de aceite esencial de lavanda en 50 ml de agua y rociarnos todos los días con esta agua de colonia natural.
Para hacer unas sales de baño, basta con añadir aceite esencial de lavanda a sal gorda y si queremos podemos añadirle unas gotas de tinte morado natural y así serán perfectas.
Si queremos una crema corporal, gel o el champú, basta con añadir gotas de aceite esencial a una crema base o a un champú o gel neutros, saldremos del baño perfectamente perfumador y relajados.
Cultivo casero
La Lavanda es una de las plantas aromáticas por excelencia, perfecta para tener en casa. Los cuidados de la lavanda no son demasiado complicados.
Es una planta de carácter rústico que no requerirá mucho de nuestra parte para florecer en los meses de verano.
Es más: es importante saber que esta planta es incluso capaz de crecer en zonas rocosas y a pleno sol, por lo que esto nos da una buena pista de sus pocas necesidades.
Para cultivar lavanda hace falta un espacio más o menos amplio (necesitará tener un diámetro de entre 30 y 40 centímetros), que reciba mucho sol y calor, bien protegida de vientos fríos. Si siembras en bancales o macetas, comprueba que tenga un buen sistema de drenaje y que la tierra tenga un Ph poco alcalino.
Trasplanta las lavandas cavando un hoyo lo suficientemente amplio para que quepan cómodamente las raíces y luego tengan espacio suficiente para seguir creciendo.
Riego
Puedes abonar la tierra para garantizarle mejores nutrientes a la planta, pero tienes que tener mucho cuidado con el agua, el exceso de humedad las puede ahogar. Además el agua les baja la temperatura y éstas no soportan muy bien el frio.
Por ello, endremos que prestarle atención a su pauta de riego especialmente en los meses de crecimiento en los que tendremos que dispensarle un riego moderado. Es importante que la reguemos evitando siempre mojar sus ramas y flores. Ya que de hacerlo corremos el riesgo de que en la planta proliferen hongos.
Durante los meses de frío, espaciaremos los riegos y los concentraremos en las horas centrales del día para evitar que, con la llegada de la noche, sus raíces todavía puedan guardar humedad. En los meses de calor, lo ideal es un riego regular una vez a la semana y siempre que el sustrato esté seco antes de hacerlo (si todavía conserva humedad, esperaremos un poco más antes de volver a regar).
No es demasiado exigente en cuanto a la calidad del suelo y un exceso de fertilización puede provocar que su floración pierda su potente aroma característico. Pero si el suelo en el que está plantada es muy pobre o para aquellos ejemplares en maceta, es recomendable aplicar antes de la época de floración una disolución mínima de fertilizante.
Con el comienzo de la primavera o la llegada del otoño (siempre antes o después de la época de floración), lo más recomendable es realizar una pequeña poda que nunca superará la mitad del tamaño de la planta. Gracias a ella, estaremos estimulando el crecimiento de nuevas ramas pero también de sus flores.
Leyenda
Cuenta la leyenda que la hermosa Hada de ojos turquesas y cabello rubio, Lavándula, que quiso elegir el lugar para detenerse y vivir para siempre.
Compuso un libro mágico de paisajes y cierto día mirándolo, recorrió diversos lugares, hermosos parajes llenos de flores, coloridos y sobre todo, inundados de aromas.
¡Pero qué sufrimiento, cuando llegó a la hoja de un paisaje de Francia!
¡Era La Provence!!
¡Qué yermo, pardo y desolado se veía ese paisaje!
El hadita se entristeció y lloró porque el paisaje resultó ser estéril y árido.
Cuando comenzó a llorar, sus lágrimas caían sobre su libro de Paisajes.
Ellas lo tiñeron de colores que iban del azul al morado y al violeta, estaban manchando toda la hoja, cada gotita de sus lágrimas dejaba una manchita violeta muy oscuro.
El hada, para arreglar el daño en el libro, tomó un pañuelo del cielo y lo colocó sobre él. Hasta que ese paisaje tan frío se convirtió en un hermoso campo con flores violetas.
La Leyenda dice que desde aquel remoto día, el paisaje de esa zona de Francia, La Provence, se cubrió de flores de Lavándula, en honor al nombre del hada de lágrimas color violeta.
Y desde entonces el hada Lavándula se convirtió en el Hada de la flor de la Lavanda.
¿Has tenido un día duro? Relájate con un baño caliente añadiendo un par de puñados de lavanda. Otra opción es echar dos cucharadas de lavanda en un barreño grande y añadir agua caliente. Metemos los pies y también notaremos mejoría.
¡La Naturaleza es sabia!
¡nosotros por mucho que lo intentemos, nunca podremos igualarla!
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