Hablando de sanación

Escrito por Marié

17 de abril de 2023

El medio, no la sanadora

 

Con ello me refiero, y siempre lo he hecho así, a la responsabilidad real que da lugar a una sanación en cualquier nivel del ser. Estoy hablando de sanación verdadera.

Considero que la sanación y la buena salud es lo natural, es lo que debe ocurrir en cada ser cuando el conjunto está en equilibrio.

Creo que la enfermedad es un desequilibrio, una advertencia para que se vuelva a retomar el equilibrio perdido.

Por eso no me considero sanadora, sino canalizadora. Creo que cuando utilizo mis manos o mis palabras no restablezco nada en nadie, solo sirvo de medio para que la sanación se produzca.

Cuando hablo con personas que se dedican a lo mismo que yo, empleando terapias energéticas, observo que su ego habla por ellas. No siempre, por supuesto.

En esa actitud hay un problema, casi todos me dicen que sus terapias no funcionan, que sus «pacientes» no sienten mejoría, e incluso que no sienten absolutamente nada…

Las personas que se creen sanadoras, ponen por delante su orgullo personal, su ego, y es un error.

Tenemos una inmensa cantidad de energía a nuestro alcance, pero si nuestro deseo es poseerla por el poder y la fama que obtendremos personalmente, esa energía bajará a su mínimo efecto.

Es una energía que debe ser utilizada desinteresadamente y sin desear protagonismo.

Cuando pones tu ego a un lado y canalizas con tu ser al completo, tu cuerpo es sumilar a un generador inmenso de energía, y no me refiero a que tu organismo la genere exclusivamente. Si no a que la puede generar, concentrar y canalizar. Se transforma en un gran canalizador, en una enorme tubería por la que pasa la energía universal, camino de su objetivo.

Y llegados a este punto, el receptor tampoco sana, solamente alcanza un equilibrio tal, que todo su ser se pone en marcha para recuperar la salud, que es lo natural. Estoy hablando, evidentemente, de energías complementarias a la medicina tradicional, no sustitutiva.

Yo creo que en el aprovechamiento correcto de ambas está la respuesta a sanaciones imposibles…

La persona, falta de salud, con su enfoque, puede ayudar de manera perfecta a su retorno a la salud Independientemente del punto en el que se encuentre su deterioro.

Considero que todo o casi todo es reversible. Y he experimentado que en ciertas ocasiones en las que no lo es, es por elección propia, sin tener conciencia de ello.

Lo más importante en estos casos es que el posible sanador se debe quitar de en medio, quiero decir, no debe intervenir, sobre todo emocionalmente.Ni con su ego, ni con su miedo.

El miedo y el ego son los mayores obstáculos, por parte de los dos participantes, pero sobre todo el miedo del receptor.

Los pensamientos limitantes deberían mantenerse alejados, supongo que es muy difícil, pero son la principal causa para obstaculizar el poder intrínseco del cuerpo.

Yo creo que el papel principal de  los sanadores debe ser permanecer presentes durante el huracán que se sucederá dentro de cada receptor, ofreciendo nuestro apoyo y seguridad, y sobre todo ofrececuendo posibles interpretaciones a los efectos del contacto con las intensas y, para la gran mayoría, desconocidas energías.

Debemos apartar nuestro ego de la sanación que se está produciendo, y sobre todo, como principal objetivo, ayudar a entender los procesos que están viviendo.

En ocasiones pueden liberarse emociones incrustadas en sus vidas, que pueden abrumar al receptor, y nuestro deber es acompañar en estos viajes en tiempo y espacio. Explicar adecuadamente y al nivel de comprensión de cada persona, lo que está sucediendo.

Pueden presentarse percepciones dramáticas y suelen presentarse en forma caótica, no en todas las ocasiones, pero si aparecen, es porque en ese momento son necesarias para que el ser completo pueda resetearse y comenzar un nuevo camino de manera purificada.

Además, si profunduzamos un poco en el sendero de la energía y su utilización para la sanación, comprenderemos y podremos mostrar a todos que la cualidad de sanar no es un don especial en manos solo de unas pocas personas, sino que es algo que todos poseemos, pero debemos querer contactar con él.

En mi mente se me representa la sanación como un triángulo en el que forman parte el canalizador, el receptor y la energía…

Cada persona la puede llámar como quiera… amor universal… Dios, Diosa…

Y por supuesto la sanación en sí no es el unico destino. La meta es llegar a equilibrar y revonectar cada parte, y va más allá de los participantes, es restaurar la verdadera naturaleza… La que hace posible una perfecta sanación, sencillamente hermosa, sencilla, y siempre presente.

Cuando estos tres participantes se encuentran, se abre el campo de sanación y es posible su efecto maravilloso.

Y para terminar por hoy, la clave individual de la propia sanación vive en nuestras propias sombras. Por eso en algunos casos la sanación no es posible.

Lo más importante querer hacerlo sinceramente, porque hay personas que eligene star enfermas. Necesitan estar enfermas para obtener atención de quien las rodea.

Sienten que no son válidas y necesitan una razón para sentirse atendidas. En la mayoría de las ocasiones es de manera involuntaria.

El receptor debe preguntarse a sí mismo quien es, conocerse y saber que va a contar consigo mismo para sanar.

Lo normal en algunas personas es que cuando se hagan esta pregunta, reciban un incómodo silencio, miedo o un torbellino de pensamientos caóticos.

Otras veces cuando nos preguntamos si nos conocemos, la respuesta es tan dificil que nuestra mente es similar a un disco duro antiguo que necesita muchísimo tiempo para cargar la información.

La cuestión es que cada uno, normalmente, se refiera a sí mismo como esa imaginaria que ha diseñado y se ha encargado de adornar para mostrar a los demás, incluso a sí mismos en muchas ocasiones.

Esa sombra en la que vive el verdadero yo, es la que se suele desechar por creer que no encaja en el mundo…

Y hasta que no seamos capaces de mostrarnos auténticamente, esa parte verdadera de nosotros no ayudará en la propia sanación.

 

No vivas pensando que este mundo es un asco, cuando no haces nada por cambiar ni siquiera el tuyo propio.

Cuando permitas que tu mente se encuentre con tu corazón comenzará para ti la gran crisis, pero será la crisis que de lugar a la sanación.

 

¡Namasté!

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