Hablemos de las propiedades de los árboles
El arte sanador de los árboles. Los árboles son una de las mejores fuentes de energía de sanación. Son grandes maestros que simbolizan como vivir la vida con elegancia, enraizamiento y conexión. Ayudan a mover la energía conectando con la tierra y actuando de canal para esa energía.
– Blasting news España
Para que un árbol sobreviva tiene que tener unas fuertes y sólidas raíces, bien insertadas en la tierra mientras que sus ramas y hojas crecen para alcanzar el cielo y el sol. Si no está bien enraizado, cualquier viento fuerte puede hacer que se tambalee y caiga. Pero si está fuertemente anclado, y a la vez es flexible, podrá soportar cualquier inclemencia. Si tomas como ejemplo este comportamiento ante las inclemencias de la vida te mantendrás firme y flexible.
Los árboles han tenido una importancia especial a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Tradicionalmente, los maestros taoístas y otra multitud de culturas, consideraban a los árboles como el eje vertical de toda la vida en la tierra. Muchas antiguas civilizaciones les otorgaban carácter sagrado e incluso propiedades sanadoras y revitalizantes.
Observaron que los árboles son plantas tremendamente poderosas.
Sensibilizarnos con esa energía, despertar nuestro cuerpo y nuestra conciencia hacia ellos es un aprendizaje y una práctica sanadora que nos lleva a encontrarnos con nuestra energía primigenia y nos conecta con una sensación vibrante de limpieza interna. Muchos de los trastornos de los seres humanos que viven en ciudades desaparecerían con un simple paseo por la naturaleza.
Antiguamente se creía que cada árbol poseía un espíritu propio con una energía especial que es capaz de transmitir a su alrededor y las personas buscaban esta energía para lograr el equilibrio. Los beneficios de abrazarse a un árbol son incontables, misteriosos, pero fáciles de verificar si les prestamos atención. Si los observamos y nos comunicamos con ellos mirándolos en silencio.
Nos cargan de buenas vibraciones y nos dan su energía de manera natural. Los árboles nos ayudan a establecer contacto con el poder de la naturaleza de manera fácil y bella, nos relajan y nos llenan de una energía pura.
Remedios taoístas
Los libros del Tao llamados Mantak Chia y Maneewan Chia hablan, entre otras muchas cosas interesantes, de que a lo largo de la historia, los seres humanos han usado todas las partes del árbol como remedio para curar. Y llegaron a algunas conclusiones respecto a los distintos árboles y su capacidad de sanar a los humanos. Los árboles grandes son los que contienen más energía. Entre los más poderosos se encuentran los árboles que crecen junto al agua corriente. Algunos son más cálidos o fríos que otros. Hay que practicar para distinguir las diversas propiedades de los diferentes árboles.
En muchas culturas antiguas se entiende que los árboles son el pilar fundamental de la vida en la tierra. Si tenemos en cuenta que nosotros no podríamos subsistir sin los árboles, pero que ellos, si nosotros desapareciésemos, continuarían imperturbables con su existencia, pensaríamos mejor el trato que injustamente ejercemos sobre la naturaleza.
Todavía existe alguna tradición popular que mantiene sus creencias en la sacralidad de los árboles y en su aporte de buena energía. Un ejemplo de ello es el sauce, de hecho la expresión «tocar madera» está fundamentada en esta creencia; atribuía buena suerte a quien se acercase a tocar su madera.
Existen estudios sobre el efecto positivo de la naturaleza sobre la recarga de energía y vitalidad. Aunque con algunos detractores, está creciendo la costumbre, con una corriente nueva de personas que se autodenominan «abrazadores de árboles»
De ello siempre han sido muy conscientes los koalas, que abrazan a sus queridos eucaliptos o acacias para refrescarse durante los calientes veranos de Australia. Estos animales combaten el calor poniendo la mayor superficie posible del cuerpo en contacto con el tronco, así se refrescan sin tener que bajar a beber.
Abrazarse a un árbol parece una ridiculez, pero si lo es, bienvenida sea esta bendita locura que, así, a voz de pronto, aunque solo sea por pensar que es una bobería, está ayudándonos a ser más felices y a sentirnos más cerca de la naturaleza que nos rodea.
Lejos de serlo, la costumbre de abrazar un árbol tiene algo mágico, de comunión con la naturaleza. Se remonta a la noche de los tiempos y está vinculada a los beneficios que puede proporcionarnos interactuar con el entorno verde.
En este sentido, abrazar un árbol es una bonita y beneficiosa manera de finalizar un paseo por el campo o, por qué no, de iniciarlo. Cualquier momento es «el momento», ese instante perfecto para rodear un árbol con nuestros brazos.
Los árboles están fuertemente conectados con la tierra, y cuanto más arraigado el árbol, más alto se puede extender hacia el cielo. Los árboles aparentemente están muy quietos, y son maestros absorbiendo la energía de la tierra y la fuerza universal desde el cosmos, y esta energía es la que se comparte al interactuar con ellos.
Si lo has probado podrás afirmar lo que sientes y lo que cada árbol puede transmitirte, aunque es personal, no puedes demostrarlo y para el resto del mundo resulta intangible. Es una experiencia única y difícil de explicar y de entender para quien no ha logrado sentirlo nunca.
O quien no se ha sentido enormemente relajado solo con sentarse tranquilamente al pie de un árbol, sintiendo su frescor, oyendo sus susurros, el viento en sus hojas, el sol colándose por entre sus ramas… pura magia.
La arboterapia sostiene que el aire de los bosques es beneficioso, ya que contiene grandes cantidades de iones negativos de oxígeno, que ayudan a estimular y armonizar los procesos vitales, la esfera psíquica y emocional. Las moléculas de oxígeno con exceso de carga negativa son llamadas también “vitaminas del aire” y en presencia de estos iones, el sistema inmune se refuerza, la circulación se activa y los procesos de recuperación son estimulados. Sus iones negativos:
Limpian el aire de bacterias e impurezas.
Disminuyen la presencia de partículas de polvo o polen, lo que ayuda a mejorar vías respiratorias.
Ayudan a mejorar estados de depresión, ansiedad y síntomas asociados como dolores de cabeza.
Disminuyen la fatiga y dolores musculares.
Bajan los niveles de agresividad.
Ayudan en la memoria.
Pueden rejuvenecer o detener el envejecimiento tanto físico como mental.
Mejoran las funciones cognitivas, es decir el proceso de pensamiento para la toma de decisiones.
Puedes entrar en contacto con la energía arbórea con diferentes partes de tu cuerpo: mediante un respetuoso abrazo, poniendo en contacto tu corazón y tu frente con su tronco, captando en plenitud la energía que fluye por él, como ser vivo que es y ofreciéndole la tuya propia.
También puedes hacer contacto a través de tus manos, absorbiendo en el contacto esa energía viva que fluye en su interior, respetando su forma, acariciando sus grietas y su corteza.
Otra bonita forma de compartir energía es a través de tu columna vertebral, hogar de tu canal central de energía. Puedes hacerlo colocando tu mano principal sobre tu plexo solar y tu otra mano en contacto con el tronco y a ser posible sin calzado.
Incluso solamente permaneciendo bajo la protección de sus hojas, sentiremos el beneficio que nos puede aportar. Prueba a pasear por un bosque, caminar entre sus árboles transmite una paz y una tranquilidad muy gratificantes, mientras más antiguo el bosque y más añosos los árboles mejor.
El mundo celta y la naturaleza, terapias con raíces ancestrales
Los orígenes de esta terapia están vinculados a prácticas y creencias antiguas, muy presentes en el mundo celta, que atribuían funciones mágicas y religiosas a bosques y forestas, con los cuales se entraba en profunda relación espiritual. Por tanto, en la antigüedad la arboterapia ya existía y estaba relacionada con las fuerzas y energías que los hombres podían buscar y encontrar en el bosque, sin decir que en el pasado la naturaleza era la verdadera y única farmacia disponible.
El médico griego Galeno aconsejaba a sus pacientes pasar más tiempo en los bosques de laurel. Su colega, Paulino, recomendaba a los enfermos de epilepsia de dormir a la sombra de los tilos en flor, mientras que Plinio el Viejo prohibía acostarse a la sombra de un nogal, debido a que su fuerte olor podía causar dolores de cabeza.
La conexión con la naturaleza y con la tierra es un elemento común también en muchas creencias paganas modernas. La religión naturalista más extendida en el mundo es la Wicca, que muchos confunden con el ocultismo o el satanismo.
La Wicca se centra en realidad en el culto de la naturaleza, de sus ciclos y de la vida misma y no existen reglas impuestas por los dioses. Se basa principalmente en antiguos cultos chamánicos, antiguas religiones animistas y creencias druídicas, con algunas referencias a las filosofías y religiones orientales.
Para los wiccanos lo divino es inmanente en el mundo natural y se resume en dos principios opuestos y complementarios: La Diosa y el Dios. La variación y el intercambio entre las dos fuerzas, masculina y femenina, son la base de la evolución del mundo.
– Resumen de diferentes fuentes…
– Fuente de la foto de entrada: La ruta de dulcinea
Meditación arbórea
Absorber la energía terrestre y la energia divina inteactuando con un arbol:
– Sal a dar un paseo tranquilo por un parque apartado, por un bosque, por el campo, por un sendero: lo que te sea mas accesible.
– Acercate al arbol que más llame tu atencion, mientras más grande mejor.
– Visualiza calidez en tu ombligo, e imagina como entra energia de tu arbol por tu corona. Imagina como compartís la misma energía, formando un circulo que os une.
– Proyectar el chi en la parte superior de la copa del árbol. Entra en el árbol y siente que tienes una conexión con ella.
– Durante este proceso se puede estar más lejos del árbol (de tres a diez metros). A medida que tu práctica continúa, puedes proyectar tu energía fácilmente, desde muy lejos, en el árbol de tu elección. Deja que el árbol tome tu energía negativa. La energía que recibes de vuelta estará equilibrada y te sanará. Y la energía que absorbe el árbol será transmutada sin hacer daño a nada, pues quedará equilibrada con la tierra.
– Deja que tu energía fluya por el tronco del árbol a sus raíces y a la tierra. Deja que la energía de la tierra purifique tu energía. Trae esta energía combinada a través de la planta de tus pies hacia el periné, luego a través de los canales internos impulsores o canal central, corriendo por la columna vertebral. Deja que la energía fluya hacia la corona y proyectala hacia fuera de nuevo. Repite el proceso nueve, dieciocho, o 36 veces.
Cuanto más repitas el proceso, más se refinará y aumentará tu energia. Te darás cuenta de que el canal central está más limpio y más brillante. Una vez que hayas establecido una buena conexión con el árbol, puedes enviar tu energía negativa al árbol desde una distancia muy lejana para refinar tu energía o mejorar tu bienestar fisico.
– Cuando seas capaz de hacer esta meditacion habitualmente podrás pasar a la siguiente meditaión:
– Medita mientras te sientas debajo de un árbol. Una vez que has desarrollado la capacidad de sentir el chi del árbol, puedes sentarte bajo el árbol y meditar. Dibuja la energía del árbol en ti a través de los chakras principales en tu canal central.
– Puedes devolver energia al árbol o a los arboles que te han ayudado. Esta tecnica debes hacerla temprano por la mañana o al atardecer, cuando el sol no sea intenso. Sientate frente al árbol que te ha ayudado y visualiza la energia que lo envuelve, mirale con los ojos entornados hasta que percibas la energía que le rodea. Cuando seas capaz de ver esta energia visualiza como aumenta, como se expande y como se vuelve mas luminosa. Agradece al árbol su ayuda y despídete de el.
La naturaleza y, en particular, los árboles entrelazan con los seres humanos vínculos muy estrechos y antiguos.
Miguel Herrero Uceda, escritor y naturalista, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de “El alma de los Árboles” recalca que “los árboles son los únicos seres vivos que han sido testigos de diferentes eras geológicas y de todas nuestras transformaciones”.
¡Te envío una invitación directa para que busques un ratito y te desplaces a un parque, sendero o bosque donde puedas entrar en contacto con árboles y permitas un intercambio energético profundo con ellos!
¡Los árboles son las columnas del mundo, cuando se hayan cortado los últimos árboles, el cielo caerá sobre nosotros!
– Proverbio nativo americano
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