Cuento del ángel de la carretera de Extremadura

Escrito por Marié

2 de diciembre de 2022

Voy a escribiros un cuento, el cuento mágico del ángel de la carretera de Extremadura.

 

Todo sucedió en una noche lluviosa cerca de Madrid.

 

Una joven mamá conducía acompañada de sus hijos, venia de recogerlos del colegio y regresaban a casa, cuando se vieron envueltos en un gran accidente con varios coches.

 

Cuando quiso darse cuenta, estaba atrapada dentro de su vehiculo y comenzó a gritar:

 

– ¡Por favor que se salven mis hijos! ¡Por favor que no les ocurra nada malo!.

 

Cuando giró su cabeza aterrorizada hacia el asiento trasero de su coche, donde supuestamente estaban sus hijos, todo lo que alcanzó a observar fue un monton de cristales rotos y dos sillas infantiles totalemente destrozadas.

 

No lograba ver a sus dos gemelos por ningún sitio. No se les escuchaba, ni hablar ni llorar, nada. Rogó que hubiesen sido despedidos del vehiculo indemnes y volvio a suplicar:

 

– ¡Por favor que no les ocurra nada, no quiero que mueran!

 

Cuando llegaron los bomberos y el resto de agentes de seguridad, buscaron en la parte trasera sin encontrr a los niños. Los cinturones estaban intactos.

 

Todos los presentes pensaron que la mujer se encontraba en sock y realmente sus hijitos no viajaban con ella.

 

Cuando iban a proceder a tomarle declaración se percataron de que habia desaparecido.

 

Varios de los agentes que se encargaban del suceso, la vieron pasar corriendo sin rumbo.

 

Sus gritos y voces se escuchaban por encima del fuerte ruido, suplicando desesperadamente:

 

– ¡Por favor que alguien me ayude a encontrar a mis hijos! Son muy pequeños, solo tienen cuatro años. Van vestidos iguales. Una camiseta azul y pantalón vaquero.

 

Un policía que la escuchó, comenzó a correr hacia ella diciendo:

 

– Tranquila señora, tranquila, están en mi coche y no tienen ni un rasguño. Me han dicho que su papá les llevó hasta el. También que les dió a cada uno una golosina y les dijo que esperasen a mamá para regresar a casa.

 

– He estado buscando al papá por todos lados, pero no logro encontrarle. Probablemente se marchó pero me resulta muy extraño.

 

La mamá abrazó a sus gemelos y limpiandose las lagrimas le dijo al policía:

 

– Su papá no pudo haber abandonado la zona, ya que falleció un año atrás.

 

El agente muy confundido pregunto:

 

– ¿Como es posible? Cuando los niños la vieron venir corriendo exclamaron: – ¡Mami, Papi vino y nos pidió que te diesemos un beso de su parte. Tambien que estuviesemos tranquilos que tu estabas bien y nos trajo a este coche de luces brillantes.

 

– Queríamos que el se quedara con nosotros porque lo hechamos mucho de menos, pero el solo nos abrazó muy fuerte y nos dijo que se tenía que marchar.

 

– También nos dijo que algún dia lo entenderíamos y nos pidió que nos portemos bien. Que te digamos que el siempre está cuidando de todos nosotros.

 

La mamá dudaba de las palabras de sus hijos, no sabía si decían la verdad, pero se acordó de algo que le dijo su esposo antes de marchar: «Yo os cuidaré».

 

Cuando tuvieron que redactar los informes, los bomberos no podían explicar como con el coche totalmente destruido los tres ocupantes salieran sin siquiera una cicatriz.

 

Pero el informe de la policia tenia un precioso titular: «Un Angel estuvo anoche en la carretera de extremadura».

 

– Adaptación.

Yo creo que todos hemos tenido alguna experiencia en la que nos hemos sentido ayudados. Quizás no en algo tan extremo, o quizás sí.

Personalmente, durante las cirugías que he tenido que realizarme siempre he visto a personas queridas que ya están al otro lado del velo, acompañándome y tranquilizándome. También me he sentido acompañada por mis ángeles en otras ocasiones importantes para mí, así que creo firmemente que nos ayudan desde donde están y dentro de sus posibilidades.

 

¡Namasté!

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