Musas mías

Escrito por Marié

30 de enero de 2023

Cuando estoy despierta duermo y cuando duermo viajo y vivo. Musa, musa, musas mías… escondidas en mi alma inmortal.

Si despierto del profundo sueño al que me hacéis viajar, todo carece de sentido. Despierta estoy perdida y mi cuerpo deambula en el vacío. ¡Todo carece de sentido!. Musa, musa, musas, si no venís a mi encuentro, mi mente no puede dar rumbo a mis emociones.

Mis eternas confidentes, os necesito para alejarme de la orilla en la que nace la infelicidad. Ayudadme a viajar lejos de lo no artístico, donde mis pasiones se desequilibran. Ayudadme a mostrar vuestros consejos sin elegir el sufrimiento como condición.

Nada puede rozar tan de cerca la hebra más fina del corazón como el arte en cualquiera de sus formas.

Y ellas, mis musas maravillosas y valientes, ellas me acercan los dolores para que a través de ellos pueda construir un nuevo mundo, y de nuevo les suplico que no, ¡no a través del dolor!… por favor ¡regaladme vuestra bella y fértil compañía a través del amor!.

Os recuerdo cuando de niña pensaba que erais espíritus, veía vuestros rostros acercarse a mí mientras bordaba en el cuartito último del piso donde dormían mis abuelos.

Yo no gobernaba mi mente, ni sabía poner un rumbo exacto a mis emociones. Todavía estaba en la orilla de la vida, y no me atrevía a tomar vuestras manos para que me ayudaseis a vadear el profundo arroyo que tenía por delante.

Aún no era consciente de la oportunidad que me estabais ofreciendo, estabais esperando por mí, y yo solo necesitaba poner en pie mi entusiasmo.

Pero solo os veía desde una perspectiva, y para cada acto artístico es necesaria una mirada diferente, además de poseer un auténtico fervor por crear.

Musa, musa, musas mías, ayudad a que siga escuchando los latidos de mi esencia, para poder exprimir al máximo mi visita fugaz a esta tierra.

Musas mías, mis más amados ángeles. Los amores que me visten de oro, que me sedan y me cuidan, que me acompañan y me empujan hacia el lugar en el que desaparezco.

Cuando os sentáis junto a mí no sé si estoy dentro o fuera de mi cuerpo. No sé si vosotras sois yo, no sé que soy, no sé si formo parte del cuadro que pinto, no sé si lo que observo está fuera de mí o solo vive en mi imaginación, y se encarga de darle vida.

Sois los sonidos silenciosos de las historias que imagino, los colores de las flores que encuentro al caminar, sois los perfumes que me hacen dibujar las siguientes rocas que delimitarán mi sendero.

Provocáis tantas cosas en mi vida que no sé ya si vivo o sueño. Me sobrecojo de placer si os acercáis y me susurráis lo que estaba esperando oír, si sopláis sobre mi lienzo, si a vuestro paso os da la bienvenida la melodía necesaria para que se dispare mi pasión creativa.

Cuando no sabía si este era mi mundo, os encargasteis de construirlo susurro a susurro para mí. Vuestra sola presencia hace desaparecer todo a mi alrededor.

Aunque un día pensé que erais fantasmas, sois las encargadas de alejar los fantasmas invisibles de los miedos más profundos, los miedos al fracaso artístico.

También os agradezco los momentos en los que no os encuentro, momentos de oscuridad, pero también de descanso y de recapacitación.

En vuestra compañía mi vida es infinita, porque del infinito venís a mi presencia.

Desde vuestra primera visita en aquella luminosa habitación, mi vida es una montaña rusa. ¿Aparecisteis en mi vida en aquel entonces o ya estabais esperándome eternamente?

Muchas veces os he pedido poder mirar vuestro aspecto, pero entiendo que no es posible. O no estoy preparada para ver vuestros rostros, o sois vosotras las que no lo estáis. Me conformo con que siga vuestra eterna danza en torno a mi vida.

Sé que vuestra presencia a mi lado no depende de mí, no he encontrado una explicación lógica a vuestra presencia. Y lo que sé con total seguridad es que cuando no estáis me consumo en un vacío profundo, y no me queda otro remedio que descansar en él y posponer mi actividad hasta vuestro regreso.

Musas mías, sois mis permanentes compañeras y podría utilizar infinitas definiciones para precisar lo que sois para mí.

Puedo intentar definiros como mis más sublimes amigas, las que ayudan a eliminar las cadenas que aprisionan mis pensamientos. Las que los liberan para que vuelen y muestren un conocimiento que no me pertenece. Sois las que me utilizan para revelar al mundo la libertad más sublime, la de seguir soñando infinitas historias, y la de crear todo lo que mi corazón quiera mostrar.

Cuando mis dedos acarician las teclas, sé que mi corazón está lleno con vuestra presencia, escucho los silencios de vuestras voces. Ellas muestran a través de mí, los sentimientos más puros posibles.

Si son mis pinceles los que quiero usar, aparecéis como un océano en calma que hace posible que no naufrague mi imaginación. Siempre tenéis la llave que puede abrir las más difíciles cerraduras. Abrís mis puertas para poder bucear en el interior de mis adentros, y posibilitáis que logre encontrar en esos rincones alejados todas las inspiraciones que duermen allí desde el principio de los tiempos.

Cuando a mi mente llegan apelotonadas un montón de ideas, suelen explotar en mil pedazos antes de que pueda escribirlas o ponerlas en marcha, y allí estáis vosotras, como el candil que alumbra mi laberinto interno para poner orden a todo este caos.

Sois ese brillo intenso necesario para mis momentos de oscuridad, en ocasiones aparecéis y os sentáis junto a mí en una noche silenciosa y oscura, así que os abrazo y dejo que me acompañéis hasta entrada la madrugada, cuando ya he vaciado la copa de vuestra inspiración. Acompañáis estos silencios nocturnos, alejando la soledad e infundiendo vida en cada imagen que aparece en mi interior.

Sois mi cuadro preferido, mi libro favorito. La melodía que suena y hace brincar mi sangre. Sois la película que me empuja a escribir a continuación y que no me importa volver a ver mañana. Sois el beso que espero antes de irme a dormir y la taza de café en la mejor de las compañías.

Y yo gracias a vosotras soy los sentimientos más puros, las lágrimas contemplando lo que tenía guardado y logro mostrar.

Soy gracias a mis musas las más inocentes alegrías, pura felicidad, una explosión íntima por lograr el final que creo esperar y necesito mostrar. La inspiración de vuestra presencia es la más pura poesía.

 

¡Y soy todo aquello que hice, no soy de donde vengo, soy a donde voy y todo lo que queda por hacer…!

 

 

 

¡Namasté!

 

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