Ikigai o la felicidad de estar siempre ocupada

Escrito por Marié

20 de octubre de 2023

Digo ocupada porque soy mujer, pero lo puedes leer igual diciendo ocupado. Yo creo que la insatisfacción y la falta de felicidad tienen que ver con no tener una ocupación placentera. No ocupar el tiempo con calidad da lugar a espíritus desafortunados. Por eso hoy voy a defender una palabra: Ikigai o la felicidad de estar siempre ocupada.

Ocupar el tiempo dándole sentido a nuestra vida debería ser la primera motivación personal. El camino más sencillo a la felicidad.

Cada persona necesita descubrir ese sentido íntimo e incondicional para vivir. Es reconocido porque no es fijo, puede ser distinto en cada diferente vivencia y variar de una persona a otra y no depende de nada.

Para reconocerlo debemos hacer examen de conciencia. Pasar un tiempo meditando y respondiéndonos a unas pocas preguntas. Podrían ser: ¿qué puede necesitar el mundo de mí? ¿Me gusta? ¿Sería feliz haciéndolo? ¿Sería buena en ello? Esto puede llevar un tiempo, así que no tires la toalla en la primera conversación contigo.

Merece la pena el tiempo invertido, al fin y al cabo es tu vida y tu felicidad lo que está en juego.

Mi consejo: Sé muy sincera, y si no llegas a las conclusiones que necesitas, sigue preguntándote.

¿Tengo cosas actualmente que me hacen feliz, o solo me dan tranquilidad? ¿Qué me motiva a levantarme? ¿Hay situaciones felices del pasado que hayan provocado un cambio positivo? ¿Hay algo que me gustaría que cambiase en el mundo, o en mi mundo más cercano?

Realmente dar sentido profundo a cada vida no es solo basarse en buscar la felicidad como la solemos explicar, sino de una forma más honda y más extensa. Es cimentarnos en un panorama de la vida que provoque que merezca la pena vivirla. No es necesario que ese ámbito sea algo desmesurado.

Es suficiente con que sirva de brújula tanto en lo profesional como en la vida. Las preguntas anteriores nos pueden servir de ayuda, pero no se puede averiguar en un día.

“La palabra Ikigai resulta de la combinación de ‘iki’ (del verbo ‘ikuru’ vida diaria) y ‘gai’ (valor), suele traducirse como “la felicidad de estar siempre ocupado” o hacer lo necesario para que la vida valga la pena ser vivida. O tener un propósito satisfactorio.

Es una palabra y un concepto japoneses. Y creo que la diferencia de culturas puede hacer que no se comprenda en su totalidad. Considero que lo que menos significa es llenar la vida de tareas y actividades sin sentido.

Hay personas que llenan sus vidas de actividades por diferentes razones, y cuando no se basan en su realidad y en sus valores, finalmente terminan desanimándose y viendo una perdida de tiempo y de vida.

Una de ellas es resignarse a actividades que dan dinero o un acercamiento a otra sociedad que no es la nuestra, y que finalmente no es satisfactorio. Normalmente, porque nos alejan de cosas que realmente son más importantes.

Desafortunadamente, nos damos cuenta de estas cosas cuando ya hemos perdido las importantes y esto suele ser tarde.

He escuchado a un puñado de personas en sus últimos momentos de vida y suelen coincidir en esto.

Además, creo que poner por delante exclusivamente la propia felicidad puede causar a la larga una sensación de decepción personal y de ser insuficiente.

He encontrado un libro que está basado en este estilo de vida. Su título “Ikigai”, por supuesto. Ha sido escrito por Héctor García y Francesc Miralles.

Y voy a resumir sus diez reglas para encontrar nuestro Ikigai.

Los secretos de Japón para una vida larga y feliz (Urano, 2016).

Para escribirlo, los autores entrevistaron a los residentes de Ōgimi, un pueblo en la isla japonesa de Okinawa, que tiene una de las tasas de centenarios más altas del mundo.

El resultado de ese estudio dio lugar a una serie de patrones. “Nuestro ikigai está oculto en lo más profundo de cada uno de nosotros”, afirman los autores en el libro. “Encontrarlo requiere una búsqueda paciente”. Aquí os desgloso las diez reglas que pueden ayudar a cualquier persona a encontrar su propio ikigai:

 

Mantente activo y no te retires.
Deja atrás la urgencia y adopta un ritmo de vida más pausado.
Solo come hasta que estés lleno al 80 por ciento.
Rodéate de buenos amigos.
Ponte en forma a través del ejercicio diario y suave.
Sonríe y reconoce a las personas que te rodean.
Reconecta con la naturaleza.
Sé agradecido por todo, especialmente por las cosas que nos alegran el día y te hacen sentir vivo.
Vivir el momento.
Sigue tu ikigai.

 

Tener un ikigai, tal y como se vive en Okinawa, “claramente trae satisfacción, felicidad y sentido a nuestras vidas”.

“La vida no es un problema a resolver. Solo recuerda tener algo que te mantenga ocupado haciendo lo que amas mientras estás rodeado de las personas que te aman”.

Parece ser una de las razones que explica la extraordinaria longevidad de los japoneses, sobre todo en la isla de Okinawa.

Allí el número de centenarios por cada 100.000 habitantes es de 24,55, muy superior a la media mundial.

Otros remedios japoneses para mantenerte joven.

Date un baño durante más tiempo del normal, escuchando música mientras te relajas. Utiliza sales de baño que promueven la distensión muscular.

Ten la mesa de trabajo, la casa, la habitación y todo a tu alrededor limpio y ordenado. Si te notas estresado, quizás lo primero
que tengas que hacer es poner orden en tu entorno.

Haz ejercicio, estiramientos y respiraciones profundas.

Lleva una dieta equilibrada.

Masajear la cabeza haciendo presión con los dedos.

Meditación de cualquier tipo. Se recomienda ir a un templo a hacerlo en un grupo de meditaciones guiadas, porque es más probable seguir meditando durante largos periodos de tiempo que si lo haces en solitario.

 

¡Que el tiempo sea respetuoso contigo!

 

¡Namasté!

 

 

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