Con la reflexión de hoy recibo este nuevo día, y con él te deseo que este día sea perfecto. Mis comentarios de hoy van a ir enfocados en muchas de mis lectoras, amigas y compañeras en este mundo energético. Así que hoy quiero intentar ayudar a sanar el linaje femenino.
Es para todas las que me habéis hablado y en las que he percibido bloqueos energéticos en este campo.
Algo que considero importante y que procuro decir muchas veces a mis hijos a pesar de resultar pesada, es que no podemos vivir siendo irrespetuosos, es muy muy importante para mi. Sin importar como sean con nosotros. Sin importar lo que veamos. Las falsas noticias, las peleas, los desencuentros, las mentiras, la falta de madurez y de integridad actual en todos los ámbitos.
Creo que debemos ser respetuosos, debemos mirar por el bien común, no solo por el propio, es injusto y va en contra de nuestra naturaleza, de ahí la insatisfacción generalizada.
Llegar a entender algo así, supongo que no debe ser fácil, pues a mi me ha costado muchos años.
No obstante, cuando toca educar a otros y prepararlos para la vida, se necesita mucha auto evaluación. ¡Vamos a dejar todo este lio mejor que lo encontramos! ¿No? Y sobre todo a nosotros mismos.
Sera mas importante partir de aquí a un sito mejor, creo yo, y te lo dice alguien que ha visitado sitios muy oscuros… ¡sorpresa para muchos, cuando toque dejar esto atrás!. ¡Cosas que no se conocen pero que están, se crea o no en ellas!
También les he dicho siempre que es mas gratificante dar que recibir, es mas emotivo, mueve cosas internas y recoloca engranajes que creíamos oxidados. Prueba y lo comprobarás. Es desesperanzador darte cuenta de como la pobreza mental no deja entender estos preciosos mensajes.
Humildad, humildad y mas de lo mismo, pero sin silencio ni falta de autoestima. Ella, sumada al respeto son la base de un buen comienzo para vivir. Sin perjuicios y decididamente abiertos a los cambios que la vida siempre trae consigo.
Y después de este preámbulo, quiero escribir sobre lo que he decidido hoy, los ancestros, en este caso las ancestras.
Se que hay muchas cosas escritas sobre todo esto, y se puede encontrar mucha información sobre ello en cualquier lugar, así que te invito a que leas todo lo que encuentres y que uses lo que sea necesario para encontrarte mejor, para perdonar, y para sentirte perdonada.
Concibiendo lo necesario para intentar averiguar las razones de los comportamientos, sin obstaculizar el camino, de nuevo. Proyectando en tu interior lo necesario que te haga sentir libre. Indispensable todo ello para desligarte de los comportamientos de esa persona de tu linaje femenino que te hace sentir cosas que realmente no son tu.
Supongo que hablar siempre es mas fácil que hacer, y se proponen patrones que en ocasiones son complicados de materializar, pero lo que no se intenta no se consigue.
Hay abundantes e intensos escritos sobre estas cuestiones, todos nos llegan a traves de personas muy cualificadas, doctores, o doctoras, psicólogos o psiquiatras, coach, y muchos mas. ¡Busca y encontrarás!. Cada individuo tiene diferentes botones, y según quien los toque, así suenan.
Lo importante es que ayuden a fortalecer y aumentar nuestro poder interno, ofreciendo, compartiendo, generando tranquilidad. Conectando todo nuestro ser con nuestras ancestras, desde lo emocional de cada una a lo social, que también cada una haya tenido que vivir. Completando la unión de estas características al nivel de evolución y a las elecciones que el libre albedrío nos permite.
El principal inconveniente es que esas ancestras, de las que estamos todas rodeadas, ahora saben lo que no hicieron bien, al menos muchas de ellas. Las que no podemos ver… Aun así hay muchas que nos siguen acompañando y son maravillosas, pero no lo saben, y como no lo saben, no lo muestran, con el perjuicio que esto supone en sus descendientes.
Quiero aclarar que esta reflexión no solo es para mujeres que no han sanado su linaje femenino, también es para hombres que no lo hayan hecho.
Supongo que muchas de esas ancestras estaban confundidas, vivían sin saber que sus elecciones tendrían consecuencias, y sin saber que su forma de amar y demostrar el amor también las tendría.
Muchas de ellas pasaron su vida con hambre de poder, frenadas en un mundo patriarcal en el que se sentían impotentes, con una sed insaciable de eliminar limites impuestos.
Esta falta de libertad puede ser que generara insatisfacción y unos comportamientos que no eran fieles a lo que realmente ellas sentían, pero era inevitable.
En otros tiempos no se podía ayudar a las mujeres como hoy, dándoles el pequeño empujón que necesitan, hubiera sido infructuoso.
Algunas de ellas vivían en zonas tan oscuras y con vivencias tan duras que no entendían siquiera que necesitasen de luz en sus vidas.
Incluso a pesar de todo ello, un numero fructífero de esas mujeres no podían dejar de brillar ni siquiera en esas duras circunstancias. Pero, como la historia nos ha ido contando, la mayoría de ellas terminaba su vida en la hoguera o flotando en pozos profundos.
Que injusta la vida para las mujeres en casi todos los momentos de la historia. Estas circunstancias son las responsables de tantos problemas con el linaje materno. Ellas y el abandono impuesto por tener que perder a sus hombres debido a las guerras.
Las mujeres son las que se han encargado, casi en cualquier momento histórico, de sacar adelante todo desde la sombra.
No obstante, no estaba permitido deslumbrar a los demás con su brillo, eso no podía suceder en un mundo masculino.
Ahora bien, realmente venían a ser luciérnagas en el camino de los demás, sin embargo eran tachadas de «animales nocturnos»…
Se hallaban rodeadas de personas a las que no les interesaba que sus acciones, sus apoyos, sus actos, su amor por los demás, por y para todos, fuese visto.
Esas mujeres brillantes eran peligrosas, porque hacían brillar a mas personas que no debían de brillar. Así que era preferible mantenerlas en el miedo, en convencerlas de que no podían llegar a donde pensaban que podían. Miedo a no poder sacar adelante lo que en el fondo sabían que podían, o miedo a cambiar…
Cosas como estas quedan grabadas en la sangre, pasan de linaje en linaje, y viven en el ADN.
Una frase muy reveladora del genetista Bryan Sykes: “He descubierto con asombro que todos estamos emparentados por vía materna con un pequeño grupo de mujeres que vivieron hace decenas de miles de años”, del libro: Las siete hijas de Eva.
Como siempre y a mi pesar, volvemos a lo patriarcal. A lo largo de la historia, la genealogía ha estado basada en la linea paterna. Pero afortunadamente, y para mi placer, aunque la historia la haya escrito el enfoque patriarcal, la memoria celular, inevitablemente y sin lugar a dudas la escribe el linaje femenino.
No sin razón dijo un hombre: “Una Madre es la que puede tomar el lugar de todos los demás, pero cuyo lugar nadie más puede tomar.” – Gaspard Mermillod
Quizás por eso mi sensación, cada día mas intensa, de que todos somos uno, porque realmente lo somos, tenemos una fuente común atrás en el tiempo, brotamos de una misma fuente.
Y ahora para vosotras, para las que me preguntáis, las que queréis sanar esos bloqueos femeninos, va dedicada esta reflexión. También para vosotros, para los que necesitáis sanarla igualmente.
Todos de igual manera, recibimos herencias emocionales de nuestras ancestras, sobre todo de las mas cercanas, que son reflejadas en forma de conflictos y en nuestra relación con la vida y con los demás.
Ellas nos han heredado creencias, pensamientos o ideas que nos limitan. Principalmente las que no podemos recordar, así que el trabajo consistirá en intentar recordar lo máximo de nuestra infancia. Máxime de nuestra infancia en relación con nuestras madres y con las abuelas maternas que hayamos conocido.
Para, así mismo, intentar llegar a los procesos limitantes imitados y heredados que debemos cortar. Ya sea perdonando, pidiendo perdón o regalando amor.
Debemos sanar el contexto de nuestra infancia mas temprana. Por eso, como madre, siempre me he sentido muy responsable de lo que sientan o puedan heredar de mis comportamientos, mis hijos.
Lo bueno que puede permanecer en nosotros y hacernos sentir mejor en relación con nuestro linaje materno, es que somos el resultado final de siglos de sabiduría femenina, a pesar de muchas opiniones.
A lo largo de mi vida he ido escuchando de boca de familiares, algunos secretos que han podido influir en mi vida y creo que mi deber es perdonar.
Se que en cualquier familia los puede haber, tenemos infinidad de ancestras con vidas dispares, fáciles o difíciles. Con infidelidades, abusos, maltratos, violaciones, odios, uniones frustradas. Rodeadas de desamores, deudas, perdidas, adicciones, abortos, entierro de hijos, pero también de todas las alegrías posibles.
De la mezcla de todos ellos y de los sentimientos que generaron nos hemos alimentado. Debemos estar preparados para aceptar lo que llegue como información real y de lo que no llegará por ser imposible de comprobar.
Así que una de las misiones es estar dispuestos a aceptar todo ello. Y sobre todo hablar acerca de lo que consideremos necesario para sanar.
Podemos comenzar la terapia de sanación de nuestro linaje femenino reconociendo que probablemente nuestras madres estaban heridas.
Pueden haberse sentido heridas en muchas cosas que tampoco han logrado sanar, incluso por no haber sabido verlo. Pero no por ello son menos responsables, por sus heridas y por su dolor transmitido.
¿En que madre ves mas representada a la tuya?, cualquier comportamiento genera bloqueos en nosotros: comportamientos que hoy llamamos tóxicos, pero que prefiero llamar equivocados: frustraciones, conflictos, negligencias, inestabilidades emocionales, ausencias emocionales, sobreprotecciones, miedo excesivo, perdidas económicas, juego, y un largo etcétera.
Son legados heredados y yo creo que el proceso pasa por soltar la lealtad que creemos deber a nuestra progenitora. Porque si no nos desligamos de esa supuesta lealtad seguiremos viendo la vida a traves de su dolor.
Si no reconoces esto tendrás una dependencia y te quedarás en el papel de salvador o salvadora de una madre herida, olvidándote de lo que realmente sientes y necesitas tu.
Aunque nos cueste, tenemos que serle infieles a esta herencia, desmarcarnos de eso que hemos vivido o nos han dicho que era lo correcto. Incluso diciéndoselo a nuestras madres… ellas ya tuvieron su momento y su oportunidad. Ello no debe significar que dejemos de hacer lo que nos hace felices a nosotros, debemos romper con esos prejuicios aprendidos.
Tenemos que armarnos con lo que tengamos a mano, abrazar lo que nos hace diferentes, ver realmente la belleza de esa diferencia. Esas características únicas que nos hace mejores, que nos hace distintos de nuestros hermanos, y totalmente validos. Aunque no seamos reconocidos o aceptados ni por madre, ni por hermanos.
Hemos venido a romper esos roles caducos. Esas características que debemos atrevernos a instaurar en nuestra vida, si no queremos que nuestros hijos paguen por nuestros «pecados, o los pecados» de nuestras madres o abuelas, o bisabuelas…
A las que queden vivas en nuestra vida, hay que mostrarles y demostrarles que tenemos una manera diferente, valida y hermosa de enfrentarnos a los retos que nos traiga la vida.
Todo pasa por reconocer lo que ellas hicieron, si lo hicieron desde el amor, o desde el dolor. Reconocer el desconocimiento o la incultura, desde todo ello surgimos nosotros, así que hay que honrarlo para perdonarlo.
Ellas fueron niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y madres… No pudieron, no supieron o no quisieron hacer las cosas de forma diferente, perpetuando equivocaciones. Pero para eso estamos nosotros, para decir ¡hasta aquí!, en ese momento todo cambiará. De esta manera nuestros deseos se podrán manifestar.
Pero todo pasa por el respeto. Del respeto hacia ellas nace el respeto por nosotros, por lo que queremos, por lo que luchamos, para dirigirnos hacia lo que queremos conseguir por encima de todo lo demás.
Ademas de respeto, debe pasar los filtros del perdón y la aceptación. No por darles lo que quieren, porque sería anclarnos en ello de nuevo. Sino por hacerles saber que no pensamos igual y que no por ello hacemos nada malo. Por decirles que las perdonamos, perdonamos eso que han pensado sobre nuestra manera de vivir y de ver la vida, tan diferente a ellas.
También por hacerles saber que nosotros tenemos herramientas que ellas no tenían y que el mundo es distinto. Jamás funcionaría haciendo las mismas cosas, todo forma parte de la evolución.
De lograr su respeto y de respetar sus formas, viene la sanación. Por aceptar nuestro derecho a existir, a seguir nuestro propio camino de vida y continuar con nuestro desarrollo espiritual.
La parte mas importante pasa por honrar la sanación del vinculo con nuestra madre y con nuestras abuelas vivas, también con las ausentes, pero con nuestra madre es lo primordial. En ocasiones lo que estamos viviendo es responsabilidad de una ancestra que no es nuestra madre, pero ella no ha cortado los nudos necesarios para que no tengamos que pagar por ello.
Igualmente, la parte mas importante de esta honra dedicada a nuestro clan familiar es la sanación del vínculo con nuestra madre.
Nuestra relación común es mas estrecha que nada en el mundo, y marca la vida desde la infancia.
Vivimos en ella, nos nutrimos de ella desde el comienzo embrionario. Sentimos su dolor, sus sensaciones corporales, ellas condicionaron todos nuestros aspectos, todas nuestras relaciones, el sexo, la fortuna, la suerte, la autoridad, nuestra relación con nuestros propios embarazos y con nuestros descendientes…
Si al pensar en ella tenemos sentimientos contradictorias, a veces, responsabilizándola de lo que nos hizo infeliz, es primordial sanarlo. Trabajando sobre el vinculo herido, abriéndonos al amor y a la aceptación de lo que le toco vivir, desde nuestra fuerza interna. Le debemos la puerta a la vida, no podemos negarsela. Sea o no equivocado, es nuestro primer referente femenino y es de obligada gratitud.
Si nos ponemos sus zapatos, ella antes de ser madre, fue hija, uniéndonos al linaje femenino desde su infancia.Tuvo sus propios desafíos, desamores, limitaciones, patrones repetidos, cosas sin resolver, traumas y miedos. Como mujer se formó en ellos y los vació en nosotros al ser madre. Todo influyó en cada aspecto.
¿Has sido madre? ¿No lo has sido?
¿Vive tu madre? Hazte las preguntas que corresponda.
¿Como ha experimentado tu madre tu embarazo?
¿Tu parto y el suyo se parecen en algo?
¿Te contó su embarazo de ti?
¿Fuiste criada o criado por ella o estuvo ausente, voluntaria o involuntariamente?
¿Te sentiste cuidada, cuidado?
¿Sentías cariño, besos, abrazos, escucha?
¿Estaba sometida a su pareja, o era matriarcal? ambas posturas son negativas.
Si se hubiese enterado de algún abuso hacia ti, ¿te hubiese protegido, o te hubiese culpado?
¿Te dedicó el tiempo suficiente? ¿Te dedico excesivo tiempo? Ambas son negativas.
Son preguntas que me hago y que me respondo. Son mis preguntas, son mi verdad, pero me han servido para ser libre, para soltar, perdonar y amar. Por eso te las ofrezco, para que te sirvas de las que puedan ayudarte. Añade las necesarias en tu caso, estas son algunas de las que recuerdo.
A mi me ayudaron a analizar mis emociones hacia mi madre, hacia mi abuela materna, hacia mi bisabuela ausente en su vida, y lo que supuso en mi infancia todo ello.
Mis sensaciones, mi sentimiento de inferioridad, o de tristeza o de enfado fueron entendidos.
Aceptarlo todo esta dentro de todos nosotros y es el primer paso a dar.
Cada niña interna desea ser mimada y abrazada en su inocencia. Es necesario sacarla de su escondite, pregúntale y sanar juntas lo necesario.
Entendí que ella solo me pudo amar como aprendió a hacerlo, si ella no se amaba lo suficiente no sabia hacerlo, pero, en mi caso, creo que lo hizo a la perfección. Me tocó sanar de ella hacia atrás.
Igualmente, cualquier deficiencia fue perdonada y comprendida, sus creencias aceptadas y sus carencias entendidas.
Desde mi posición hoy, como madre, honro su proceso y su imagen. La amo profundamente y nunca destrozaré las cadenas que nos unen. Nuestra relación es totalmente sana.
Escúchame, hoy tu eres su representante, vuestra historia es única. Como tú, como todo lo que eres, cuerpo y alma, y espíritu. Toda tú eres su suma, la suma de todas, las virtudes, capacidades, las sombras, la parte material también, igual que la humana.
Para ser lo que has venido a ser, no lo rechaces, es tu historia, eres tu. Solamente sana, perdona todo lo que consideras que te daña y que tú no harías.
Hoy tú eres quien representa toda esa historia sagrada y única. Y así como tu cuerpo, mente y espíritu absorbieron el aprendizaje que fue su suma, ella te brindó las virtudes que tienes con todas tus capacidades. También las sombras que forman parte de tu ser, que te hacen humana y te permiten ver el mundo de la forma en la que lo haces.
Así que, para que puedas trascender en tu camino hacia la mejor versión de ti misma y no te estanques en el rechazo de tu propia historia como mujer, hoy quiero que sanes tu linaje femenino.
Si realizas los auto conocimientos necesarios, pueden generarse muchos cambios a tu alrededor. Ellos son generados por los cambios que has hecho dentro de ti. Puede que dejes atrás amigos que pensabas que iban a estar siempre en tu vida y entren otros que estaban esperando para hacerlo.
Puedes revivir duelos sin cerrar, aparecerán pensamientos que te ayuden en el proceso, ellos siempre han estado pero estaban bloqueados por el dolor heredado.
Entrará nueva luz en tu vida, cambios, respuestas distintas. Dejarás de funcionar en automático para hacerlo desde tu autenticidad.
También puedes tener una crisis de sanación física en la que puedes sentirte enferma, con malestares que son procesos de cambio. Es el aumento de tu consciencia.
Después de todo ello podrás ver a tu madre y a tu parte femenina desde la aceptación y la honra de ser su descendiente, porque tu eres gracias a ellas. Tu linaje femenino.
Podrás al fin agradecer.
Habla con ella, consulta con ella cosas que no recuerdes, pregúntale a ver si entre las dos conseguís llegar a conclusiones que os sirvan aunque el proceso sea doloroso. Y si no quiere hablar, respeta su dolor, su vergüenza o cualquier otro sentimiento que no sea capaz de reconocer, pero perdónalo igualmente y corta el lazo traumático ofreciéndole tu amor. Ofrece amor a todas ellas hasta el origen.
No la hieras, no lo hagas desde el reproche, hazlo desde la comprensión y el amor, pero inténtalo mientras la tengas, cuando todavía pueda explicarte lo que pueda y quiera.
Es un proceso que una vez concluido te llenará de poder, empoderamiento como se dice ahora, donde se abrirá paso lo necesario para crear la vida que realmente quieres.
Solamente tú, en plena consciencia, amor hacia ti y sanando con amor tu vínculo materno, podrás hacerlo.
Agradece desde tu alma, a las almas que te precedieron. Ello es sanar y abrazar lo que hoy eres, siente orgullo de donde vienes por doloroso que te resulte aun.
Ten la seguridad de que no estás sola, no estamos solos, tenemos alrededor a mujeres valientes, trabajadoras, bondadosas, fuertes o todo lo contrario, pero que forman lo que somos y acompañarán por siempre nuestro caminar.
¿Alguna herramienta?:
Puedes usar mantras que encuentres en la red para sanar tu linaje materno, hay muchos, te dejo dos:
Hoy limpio, sano y bendigo mi linaje femenino.
A mi madre, a mis abuelas y a todas las mujeres
que precedieron mi camino.
Las perdono por no amarse, por no sentirse,
por no ser fuertes y atreverse a cambiar su destino.
Las libero de sus ataduras y sus anclajes y me uno
a ellas con un sagrado hilo que nos vincula en amor,
en perdón, en sabiduría y en equilibrio.
Hoy borro de mi espíritu las memorias de dolor
que mi linaje trajo consigo y las reemplazo por la energíay el poder combinado de mis ancestras femeninas.
– Desconozco la autoría.
Otro encontrado en la web:
Amadas madres, abuelas, hermanas, hoy y para siempre,
soltamos los recuerdos dolorosos que nos unen en aquellos actos,
pensamientos y sentimientos,
presentes en nuestro linaje femenino.
Donde están involucrados el linaje masculino mal entendido,
por el maltrato hacia nuestra esencia femenina
en palabras, actos, pensamientos y sentimientos.
Lo Siento, Perdóname, Te Amo, Gracias…
Donde la obligación estaba por encima del amor.
Donde la indiferencia era aceptada como algo “lógico”
en nuestra tarea cotidiana.
Lo Siento, Perdóname, Te Amo, Gracias…
Cuando el descanso casi no existía, pues nuestro
ritmo iba más allá de la salida y puesta del sol.
Lo Siento, Perdóname, Gracias, Te Amo.
Cuando el amor del hombre hacia nuestra esencia femenina
era un acto para su satisfacción personal,
olvidando nuestro sentir profundos de amor,nuestra entrega cotidiana, nuestro amor en silencio a pesar de la
desvalorización, la indiferencia y la falta de amor.
Lo siento, Perdóname, Gracias, te Amo.
Por las memorias ancestrales de todo el linaje femenino,
familiar y más allá de él.
Lo siento, Perdóname, Gracias, Te amo.
Por la sanación total, por la liberación total,
de toda herida de ayer y de hoy.
Lo siento, Perdóname, Gracias, Te amo.
Hoy y para siempre, nos perdonamos, nos amamos,
en el respeto absoluto de nuestra esencia Divina Femenina.
Para ser Fuente viva de amor ilimitado,
sanando todo resentimiento,
perdonando toda herida recibida,
amando a todos por igual.
Lo Siento, Perdóname, Gracias, Te Amo.
Hoy y para siempre, renacemos en nosotras mismas en
un nuevo linaje Divino Femenino donde
la Paz, el amor, la compasión y la misericordia,
como lazos de sanación unen lo separado, cicatriza lo lastimado,
suelta el rencor y la ira, renace en equilibrio perfecto.
Donde lo Femenino y lo Masculino
son libres, sanos, complementarios,
amantes del Amor Ilimitado.
Hecho está.
¡Abrazos al corazón!
– Ashamel Lemagsa hoponopono
Libero el dolor y el miedo del útero y me conecto con mi poder creativo, honro mi linaje y tomo su fuerza para vivir en plenitud mi vida.
Puedes grabarlos para escucharlos las veces necesarias, con una música de fondo de tu elección.
O también puedes crear un mantra para repetir diariamente hasta sentir que no tienes nada que te haga daño desde tu linaje femenino:
Hoy observo mi entorno y siento a mi alrededor a todas mis ancestras, a mi madre y mis abuelas, a todas ellas, y veo sus vestidos diferentes, sus arrugas, su fuerza.
Puedo notar que ellas son mis protectoras, me tranquilizan con sus roces, con sus consejos, con sus nanas, me acunan en momentos de dolor.
Hoy todas ellas me rodean para decirme que todo va a salir bien, que cada suceso vivido tiene un porqué y el objetivo lo conoceré en su momento.
Sus susurros me mecen diciéndome que aunque, a veces, no encuentre salida, siempre la hay.
Hoy me dejo llevar por ellas, siento su calor, y tomo su fuerza para seguir mi camino.
Tomo de ellas los ejemplos necesarios para crecer, para amar, para seguir y dejar un legado que solo me confiarán a mi y sabré utilizar cuando sea necesario.
– Marié
Reconciliate con tu feminidad y haz este precioso puzzle que forma tu linaje femenino, ello te permitirá recuperar esa parte escondida y aprender una nueva manera de danzar.
¡Somos una! ¡Dame la mano!
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