Pensamientos y costumbres Celtas
Los misterios de la sabiduría celta pueden ser entendidos.
Me apasiona la cultura celta y terminó de enamorarme hace más de una década al leer un libro basado en Anam Cara (Amigos del alma), escrito por J. O´Donohue, actualmente en la eternidad.
«Que el día en que el peso se abata sobre tus hombros y tropieces,
baile el barro para equilibrarte.
Y cuando tus ojos se hielen detrás de la ventana gris,
y de ti se apodere el espectro de lo perdido,
que una legión de colores, índigo, rojo, verde y azul heráldico,
despierte en ti un vergel deleitoso.
Cuando se gaste la lona de la barca del pensamiento,
y una mancha de océano se forme debajo de ti,
surque las aguas un largo sendero de luna por donde volver sano y salvo.
Sea tuyo el alimento de la tierra, sea tuya la claridad de la luz, sea tuyo el fluir del océano,
sea tuya la protección de los antepasados.
Y así, que un lento viento te envuelva en estas palabras de amor,
un manto invisible para velar por tu vida».
– Beannacht
Anam Cara, una bella palabra
La tradición celta posee una hermosa concepción del amor y la amistad.
Porque una de sus ideas fascinantes es la del amor del alma, que en gaélico antiguo es Anam Cara, Anam significa alma en gaélico, y Cara es amistad. De manera que Anam Cara en el mundo celta es el amigo espiritual.
En la tradición celta primitiva se llamaba anam cara a un maestro, compañero o guía espiritual.
En su origen era un confesor a quien se le revelaba lo más íntimo y oculto de tu vida. Debido a ello, al anam cara se le podía revelar el yo interior, la mente y el corazón.
Esta amistad era un acto de reconocimiento y arraigo.
Cuando tenías un anam cara, esa amistad trascendía las convenciones, la moral y las categorías.
Estabas unido de manera antigua y eterna con el amigo espiritual.
Esta concepción celta no imponía al alma limitaciones de espacio ni tiempo. El alma no conocía jaulas.
Se puede describir como una luz divina que penetra en ti y en tu otro.
Este nexo despertaba y fomentaba una camaradería profunda y especial.
Vínculo indisoluble
Juan Casiano dice en sus Colaciones que este vínculo entre amigos es indisoluble:
Esto, digo, es lo que no puede romper ningún azar, lo que no puede cortar ni destruir ninguna porción de tiempo o de espacio; ni siquiera la muerte puede dividirlo.
En la vida todos tenemos necesidad de un anam cara, un amigo espiritual.
En este amor eres comprendido tal como eres, sin máscaras ni pretensiones.
El amor permite que nazca la comprensión, y esta es un tesoro invalorable.
Allí donde te comprenden está tu casa.
La comprensión nutre la pertenencia y el arraigo.
Sentirte comprendido es sentirte libre para proyectar tú yo sobre la confianza y protección del alma del otro.
El arte del amor
Pablo Neruda describe este reconocimiento en un bello verso:
Eres como nadie porque te amo.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
Este arte del amor revela la identidad especial y sagrada de la otra persona.
El amor es la única luz que puede leer realmente la forma secreta de la individualidad y el alma del otro.
En el mundo primigenio, solo el amor es sabio, solo él puede descifrar la identidad y el destino.
Explicado en el libro de J. O´Donohue
Libro sobre sabiduría celta
– Resumen y adaptación del libro de J. O´Donohue
Qué extraño es estar aquí.
El misterio nunca te deja en paz.
Detrás de tu cara, debajo de tus palabras, por encima de tus pensamientos, debajo de tu mente, acecha el silencio de otro mundo. Un mundo vive en tu interior.
Nadie más puede darte noticia de este mundo interior.
Cada cual es un artista.
Al abrir la boca sacamos sonidos de la montaña que hay debajo del alma.
Esos sonidos son palabras.
El mundo está lleno de palabras.
Son muchos los que hablan al mismo tiempo, en voz alta o baja, en salones, en las calles, en la televisión, en la radio, en el papel, en los libros.
El ruido de las palabras conserva para nosotros lo que llamamos mundo.
Intercambiamos nuestros sonidos y formamos pautas, vaticinios, bendiciones y blasfemias.
Nuestra tribu lingüística cohesiona el mundo diariamente.
Pero el hecho de pronunciar palabras revela que cada cual crea incesantemente.
Cada persona extrae sonidos del silencio y seduce lo invisible para que se haga visible.
Los humanos somos aquí unos recién llegados
Las galaxias del cielo se alejan bailando hacia el infinito.
Bajo nuestros pies hay tierra antigua.
Fuimos bellamente formados con esta arcilla.
Sin embargo, el guijarro más pequeño es millones de años más viejo que nosotros.
En tus pensamientos busca un eco el universo silencioso.
Un mundo desconocido anhela reflejarse. Las palabras son espejos indirectos que contienen los pensamientos.
Si contemplas estas palabras-espejo, vislumbras significados, raíces y refugios. Detrás de su superficie brillante hay oscuridad y silencio.
Las palabras miran a la vez hacia dentro y hacia fuera.
Si nos volvemos adictos a lo externo, nuestra interioridad nos acosará.
Nos dominará la sed y ninguna imagen, persona o acto podrá saciarla.
Para estar completos, debemos ser fieles a nuestras complejas debilidades.
Para conservar el equilibrio, debemos mantener unido lo interior y lo exterior, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido, lo temporal y lo eterno, lo antiguo y lo nuevo.
Nadie puede afrontar esta misión por nosotros
Cada cual es umbral, único e irrepetible, de un mundo interior.
Esta integridad es santidad.
Ser santo es ser natural, acoger los mundos que encuentran equilibrio en cada uno.
Detrás de la fachada de la imagen y las distracciones, cada uno es un artista en este sentido primigenio e inexorable.
Cada uno está condenado y tiene el privilegio de ser un artista interior que lleva consigo y da forma a un mundo único.
La presencia humana es un sacramento creativo y turbulento, un signo visible de la gracia invisible.
No existe otro acceso a misterio tan íntimo y aterrador.
La amistad es la gracia dulce que nos libera para afrontar esta aventura, reconocerla y habitarla.
Recapitulación
Este libro quiere ser un espejo indirecto donde vislumbrar la presencia y el poder de la amistad interior y exterior.
La amistad es una fuerza creadora e inquietante, revolucionaria. Asegura que la intimidad es la ley secreta de la vida y el universo.
El viaje humano es un acto continuo de transformación.
Lo desconocido, lo anónimo, lo negativo y lo amenazante nos revelan poco a poco su secreta semejanza, si lo afrontamos amigablemente.
El ser humano, en tanto que artista, está siempre activo en esta revelación
La imaginación es la gran amiga de lo desconocido. Invoca y libera constantemente el poder de las posibilidades.
Por consiguiente, la amistad no se reduce a una relación excluyente o sentimental; es una fuerza mucho más extensa e intensa.
El pensamiento celta no era expresivo ni metódico. Pero en sus meditaciones poeticas los celtas expresaron la majestuosa unidad de la vida con todo y la sabiduría que da la experiencia.
No dividía lo que naturalmente ha de estar unido.
La imaginación celta expresa la amistad interior que abarca como un todo la naturaleza, la
divinidad, el mundo subterráneo y el mundo humano.
El dualismo que separa lo visible de lo invisible, el tiempo de la eternidad, lo humano de lo divino.
Su sentido de la amistad real y verdadera, generaba un mundo experimental impregnado de una rica textura, al poder cambiar tu perspectiva por la de otra persona, polaridad, simbolismo e imaginación.
Para nuestra separación dolorosa, la posibilidad de esta amistad fecunda y unifícadora es el don de los celtas.
La concepción celta de la amistad encuentra su inspiración y plenitud en la sublime idea del anam cara.
Anam es la palabra gaélica que significa alma; cara es amigo. De manera que anam cara significa alma gemela, amigo espiritual e íntimo.
Anam cara era una persona a quien uno podía revelar las intimidades ocultas de la vida.
Esta amistad era un acto de reconocimiento y pertenencia.
Cuando se tenía un anam cara, esa amistad trascendía todas las convenciones y categorías.
Los amigos espirituales estaban unidos de una manera antigua y eterna. Inspirándonos en este concepto, voy a resumir las partes de este precioso libro:
Capitulo a capitulo
– Primero se analiza la amistad entre personas.
La idea central es aquí el reconocimiento y despertar de la antigua comunión que hace de dos amigos uno. Puesto que el nacimiento del corazón humano es un proceso evolutivo, el amor es nacimiento continuo de creatividad en y entre nosotros. Se explora el anhelo en tanto que revela lo divino y el alma como origen de las raíces.
– En el siguiente capitulo se esboza una espiritualidad de la unión con el cuerpo.
Tu cuerpo es tu templo de barro, el único que tienes en el universo. El cuerpo está en el alma; este reconocimiento confiere al cuerpo una dignidad sagrada y mística.
Los sentidos son antesalas de lo divino. La espiritualidad de los sentidos es la espiritualidad de la transformación.
– Después se explora el arte de la amistad interior.
Cuando uno dejas de temer a tu soledad, una nueva creatividad despierta en tu interior.
La riqueza interior olvidada o descuidada empieza a revelarse.
Vuelve a tu morada interior y aprendes a descansar en ella.
Los pensamientos son los sentidos internos, infundidos de silencio y soledad, que te revelan el misterio de tu paisaje interior.
– Continúa con una reflexión sobre el trabajo como poéma evolutivo.
Lo invisible anhela volverse visible, expresarse en nuestras acciones.
Éste es el deseo íntimo del trabajo. Cuando nuestra vida interior se une con el mundo exterior del trabajo, se despierta una nueva imaginación y se producen grandes cambios.
– Pasa a contemplar la amistad a lo largo del tiempo, de las cosechas de la vida, la vejez.
Explora la memoria, el lugar donde nuestros días pasados se reúnen secretamente y reconocen que el corazón apasionado nunca envejece.
El tiempo es eternidad que vive ardientemente
– Posteriormente indaga en la amistad inexorable como compañero primero y último, la muerte.
Reflexiona sobre la muerte como el compañero invisible que nos acompaña en el camino de la vida desde el nacimiento.
La muerte es la gran herida del universo, la raíz de todo miedo y negatividad.
La amistad con nuestra muerte nos permitiría celebrar la eternidad del alma, que la muerte no puede tocar.
La imaginación celta amaba el círculo.
Veía que el ritmo de la experiencia, la naturaleza y la divinidad, seguía un camino circular.
La estructura del libro así lo reconoce al seguir un ritmo circular.
Comienza con la exploración de la amistad como despertar, luego indaga en los sentidos como puertas inmediatas y creativas.
Así prepara el terreno para una evaluación positiva de la soledad, que a su vez busca expresarse en el mundo exterior del trabajo y la acción.
A medida que disminuye nuestra energía exterior, afrontamos la misión de envejecer y morir.
Esta estructura sigue el círculo de la vida en su espiral hacia la muerte y trata de echar luz sobre la profunda invitación que presenta.
Todos los capítulos giran alrededor del ultimo capitulo, mudo y oculto, que abarca el antiguo centro sin nombre del yo humano.
Aquí reside lo indescriptible, lo inexplicable.
El libro es esencialmente una explicación extraordinaria de la amistad en forma de especulación poética.
Se inspira en la trancendencia poética implícita en la espiritualidad celta.
Más que un análisis individual de datos sobre los celtas, es una reflexión, una meditación interior con la imaginación celta que se propone exponer la filosofía y la espiritualidad de la amistad que la caracterizan.
– Adaptación y resumen del libro de J. O´Donohue
– Foto de la entrada: Belesia
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