Buenas noches, mejor dicho madrugada de viernes insomne. Cuando digo amigo peludo no me refiero a ese amigo de la juventud que presumía de pelo en pecho… Ja, ja, ja.
¡Con todo mi respeto por todos los hombres con bastante pelo! Empezando por mis hombres peludos.
Pero no, hoy esta historia no es sobre humanos. Esta historia va de amigos peludos de cuatro patas. Esos amigos incondicionales a los que tanto amamos.
Sí, ¡amamos!. Por qué quien tiene uno de estos amigos aprende a amar y sobre todo a recibir amor de manera incondicional. Así son ellos, ¡incondicionales!.
Y te lo dice una persona que no sabía que se podía amar tanto a una pequeña mascota, hasta que tuvo una.
No. No lo podía imaginar, nunca había sentido especial interés por tener una. Nunca me detuve a pensar mucho en ellos, no sabía tratarlos, me daban un poco de miedo… igual que los niños. Tampoco sabía tratarlos…
No es que no me gustasen, pero no tenía habilidades para mantener su atención y parece que yo tampoco les gustaba, a ninguno de los dos… Esas cosas se perciben…
En cuanto a los niños, continuó siendo así hasta que mis grandes amigos Patricia y Daniel pusieron en mis brazos a la bebé más bonita que había conocido… ¡Mi niña! ¡Mi ahijada! Cande. El mayor de los honores para nosotros, haber sido elegidos como sus padrinos.
Aprovecho para darle a ella mi más sincera enhorabuena, por el esfuerzo, por ese trabajo y dedicación que han dado los mejores resultados esperados. Deseo que la vida te dé todo lo mejor, todo eso que mereces, y tengo claro que así va a ser. Te quiero.
Marie, ¿Hoy no íbamos a hablar de amigos peludos?… ¡Sigo con ellos!
Todos estos sentimientos no son por no haber tenido bastantes personas cercanas con amigos peludos… Pero no es lo mismo… Como con los niños…
Los primeros, mi tía Elisa y mi tío Pepe (unos de mis abuelos queridos). Ambos con un cariño especial por las personas y por bastantes amigos peludos que pasaron por su vida. De ellos recibieron el mayor amor incondicional, y sin esperar nada a cambio, como debe ser.
Yo creo que tener una mascota (nombre que no me parece lo suficientemente especial para definirlos), nos hace mejores personas, nos enseñan el amor más puro.
No tengo recuerdos muy definidos de ellos, era demasiado pequeña, pero sí tengo fotos… Y lo que nunca olvidaré son sus nombres: Cati, Sultán, Oso, Chispa… casi todos pastores alemanes, enormes y nobles…
¡Y sin apenas darme cuenta, comenzó mi amor por ellos!
Otro amor peludo que recuerdo con especial cariño es Cora, la preciosa y blanca amiga peluda de mi primo Julián, siempre olía los bolsillos de mi padre, llenos de almendras, pipas de calabaza…
Y ¡Como no! Kiko, el peludo de mis tíos Carmen y Julián, del que cuidan desde el cielo, y que permanece acompañando a mi prima Pepi, pese a ser ancianito.
Poco a poco todos fueron abriendo un hueco en mi corazón.
Más amigos peludos, los que conocí gracias a mis grandes amigos Candi y Elvira. A ver si recuerdo algunos nombres: Dingo, Otón (con el que pasé un verano y me dio un buen susto), Lola, Buuffy, Yosi, estos dos últimos son los papás de mi primer amor peludo.
Los papás de la Yorkshire más bonita que he visto en mi vida: Chispa. Mi Chispita pequeña, traviesa, con un carácter juguetón y divertido…
Si no tenías especial cuidado, se escapaba (a veces, sin que nos diésemos cuenta) y de pronto, por la acera frente a nuestra casa veíamos pasar su gran lazo rojo, dando saltitos… Ufff qué sustos nos daba…
U otra ocasión en la que desapareció y no sabían donde estaba… Era muy asustadiza, y si la llamabas insistentemente, creía que la ibas a regañar por algo, así que no salía de su escondite… Qué mal rato… Qué llorera todos pensando que se había caído al pozo o ¡quién sabe qué!
Si se escapaba a la calle y corrías detrás de ella… más corría ella, ¡mi Chispa bonita!.
10 años humanos estuvo con mi madre, ella que no quería animales en casa, siendo su fiel compañera… Siempre bajo su mecedora… Mi chispa, la que percibió a mi abuela tras su partida a la eternidad… la que besaba a mi madre en las piernas donde ella sentía dolor… 10 años de amor.
Y un domingo al medio día, marchó también ella a la eternidad… Sin ruido. Dejándonos a todos desolados.
En sus últimos días, ella lo sabía, nos miraba con algo indefinible en sus dos preciosos ojitos negros. Es algo que mi madre tiene grabado, esos ojitos que la miraban tristes, como sabiendo lo que ocurría, y despidiéndose de ella…
Espero haberle dado todo el amor que ella mostró por nosotros.
David tuvo un bonito detalle para despedirla:
Hoy un pedacito de mi corazón se ha desprendido y ha echado a volar hacia una nueva vida, mi Chispita pequeñita.
Con lo chiquitita que eres y los sustos que nos dabas, pequeña cabronzota, ella sí que era lista.
Todavía me acuerdo cuando te vi por primera vez con mesecitos, que cabías en la palma de la mano de un niño de 8 años, como yo en ese momento.
Por eso te llamamos Chispa, pero creo que a lo largo de estos preciosos 10 añitos que nos has dado, ese nombre ha cobrado otro sentido.
Te has convertido en la Chispa de alegría de todos los días, la Chispa de luz que brillaba cada vez que te decían “ay qué bonita”.
La Chispa de una mezcla entre miedo y gracia cada vez que salias corriendo cuando veías la puerta abierta, la Chispa de pelaje azabache que parecía una bolita de pelo de lo gordita que estabas.
La Chispa de amor que cualquier humano en este mundo desearía tener y que nosotros tuvimos la suerte de ver vivir y gozar, de la perrita rebelde que eres.
Hoy un pedacito de mí se ha desprendido y ha echado a volar, pero una nueva estrella se enciende en el cielo, y brillará tanto o más que tú, mi Chispita.
Descansa en paz y jamás te olvidaré.
Te quiero mucho.
Chispa (2012-2022)
Ella ya estará por siempre con nosotros, y hoy precisamente David la ha notado en casa de mi madre, la ha oído y la ha acariciado. Mi amor. Esa gran sensibilidad. Somos afortunados.
Y por último, hasta el momento, mi fiel amiga Lisa. El amor peludo más intenso que he experimentado. Desde su llegada a mi vida nunca más he estado sola. Cuando me mira, siento un amor que no se puede medir, mi Lisa.
Amores incondicionales… No hay mayor ejemplo…
Imagina esta situación: metes a tu pareja en el maletero de tu coche y en otra ocasión metes a tu amigo peludo… Cuando abres el portón. ¿Qué reacción? ¿Cuál de los dos se alegrará de verte? … Ja, ja, ja
Son las 4:30 de la madrugada de un sábado, de no importa que mes…
¡Hora de dormir un rato, otro día más!
Es el sentimiento mas bonito que nos hace mejores personas. Lo dan todo !!! Yo echaré a mi pequeña de menos toda la vida.
Que bonito relato 😘
Muy cierto Ana.
Me alegro de que te haya gustado.
La verdad es que no sabía que dolería tanto una perdida así. Son incondicionales 💕💕
😘
Para mi, Nelly es mi niña 😘😘😘🐶
Hola Mariiii.
Pues claro, no puede ser de otra manera.
Son el amor más incondicional.
💕💕
Hola corazón, nosotros tenemos a nuestra Reina , llegó a casa con un mes y medio y no sabíamos cómo iba a llenar tanto nuestros corazones, es maravilloso sentir este amor por ella. Un besazo amiga.
Son ángeles.
Un beso también para tí, Nieves. 😘