¡¡¡PADRE CON LETRAS MAYÚSCULAS!!!
Hoy hace dos años que no está con nosotros. Hace dos años que nuestro mundo cambió para siempre. Y cada día, por no decir cada momento, nos acordamos de él; en cada cosa que hacemos, pensamos ¿cómo lo haría él?, ¡Él, que nos enseñó todo!.
Fue, es, tan grande, que es imposible no acordarse.
Hasta sus nietos después de dos años, «con todos sus días», se acuerdan de todo lo qué vivieron con él, las cosas que hacían con él.
El ejemplo que daba ha quedado grabado en ellos, ha dejado su huella en todo.
Casi todos los días le nombran, le tienen presente a pesar del tiempo que ha transcurrido y de lo pequeños que eran.
Hablan de él cómo si estuviera todavía entre nosotros:
– “¡Mira, los churros del abu, o los macarrones del abu!”, cuando ven algo que hace que recuerden como él hacía las cosas.
Usan las herramientas que preparó para ellos como les enseñó.
Tuvieron una relación tan especial, era su abuelo, pero también era su amigo, los comprendía y ellos se sentían con él cómo con un igual.
Él hacia sentir eso a todos los que le conocieron, era un Ángel en la tierra, así que ahora es nuestro gran Ángel del cielo.
TE QUEREMOS PAPÁ.
ABU PACO
Aunque todos sabemos cuál es nuestro camino, y cuál es nuestro final. Nadie se podía imaginar que el final de tu camino iba a llegar tan pronto.
Has dejado un vacío tan grande en el corazón de todos los que te hemos conocido, que va a ser muy difícil de volver a llenar.
Has sido el mejor de los maridos, con tu amor infinito hacia tu esposa hasta el final.
El mejor de los padres, con tu cariño, tu ejemplo y tu bondad, hacia tus hijas.
El mejor de los abuelos con los tres angelitos que lo eran todo para ti.
Has sido el mejor hijo…, el mejor hermano…, el mejor vecino…, el mejor compañero.., el mejor amigo…En definitiva: has sabido ser Grande entre los Grandes.
Has sabido amar al prójimo como a ti mismo, llevando tu ayuda y tu bondad allí donde te han necesitado. Incluso siendo aun muy niño le querías regalar tus sandalias al Cristo de la procesión, porque el pobre iba descalzo.
Y sobre todo has sido Maestro entre los Maestros. Has sabido aprender y enseñar. Desde pequeño, ya te gustaba más hablar y aprender de tus mayores, que jugar.
Y has sabido transmitirnos a todos, esa sabiduría con tu ejemplo.
Pero en realidad no te has ido. Sigues vivo en nuestros corazones y en nuestros recuerdos. Y dejas tras de ti un gran legado que tú supiste crear.
Dejas tras de ti una gran familia unida y tres angelitos, que son tus nietos Iván, David y Daniel, que llevan tu estirpe y que se siguen acordando de ti todos los días:
David, siempre deja alguno de sus dulces para llevárselo al “Abu Paco”.
Daniel sueña con poder subirse a un cohete y poder ver en el cielo a su “Abu Paco”.
Y sobre todo Iván, que nos dice con gran sabiduría que en el cielo tienen que estar todos muy contentos porque está allí el “Abu Paco”.
Por todo esto, y porque nunca nos has fallado a ninguno, te damos las gracias allí donde estés.
Y demos las Gracias al Señor por habernos dejado disfrutar y aprender tanto de ti durante todos estos años.
Siempre ha estado tu mano tendida hacia los demás y todos han querido tenderte la suya a ti hasta el final. Todos te recordaremos siempre.
Porque todos te queremos “Abu Paco”.
(Escrito una semana después de tu partida por tu hija Maricarmen, el día de tu misa funeral.)
Lo escribió esa misma tarde, con el corazón roto por tu ausencia. De él salieron estas bellas palabras para ser leídas en tu honor en esa tarde, pero desafortunadamente no pudo ser, hubo un apagón en el barrio y no había luz en la iglesia.
Don Miguel nos ofreció unas velas e hizo una preciosa dedicatoria en tu honor, no se veía casi nada dentro de la iglesia, solo las pequeñas velas.
Y comenzó tu funeral con esta preciosa canción: la muerte no es el final, él sabía tu historia…
Su homilía fue muy emotiva y nos hizo recordar a todos la gran persona que fuiste.
«Hace dos años que nuestro mundo cambió para siempre»
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