Cuento la puerta negra

Escrito por Marié

10 de enero de 2022

Estar indefensos y mirar nuestros miedos de frente para encontrar la valentía de traspasarlos, requiere tener coraje. Y el deber individual es encontrarlo en nuestro interior. Vamos a leer el cuento la puerta negra, en el que veremos como preferimos elegir lo conocido, aunque sea desafortunado, a enfrentarnos a la incertidumbre de lo desconocido.

La Puerta Negra

El cuento de la puerta negra comienza así…

 

Había una vez un poderoso reino, gobernado por un rey muy sabio, que entró en guerra con el territorio vecino.

 

El soberano envío a su ejército a combatir con honor. Cada vez que sus soldados regresaban, traian con ellos a prisioneros de guerra del reino vecino.

 

En lugar de enviarlos a los calabozos, el rey hacía algo muy extraño: los mandaba a formar en filas dentro del salón del trono. Y cuando los tenia a todos ordenados, les decia:

 

– Voy a daros una oportunidad para salvar la vida. A vuestro lado derecho, como veis, se encuentran mis más expertos arqueros, armados hasta los dientes. Mirad hacia la derecha.

 

Cuando miraron en esta direccion, los prisioneros, vieron a bastantes soldados armados con arcos y flechas, preparados para cualquier orden de sus superiores.

 

– Ahora, continuó diciendo el rey, mirad hacia el rincón situado en vuestro lado izquierdo.

 

Al hacer esto, todos los prisioneros observaron que había una pavorosa y grotesca puerta negra, de apariencia espeluznante. Cráneos humanos servían como decoración y el pomo de la puerta era una mano esqueletica. Era algo verdaderamente horrible solo de imaginar, asi que verlo era aterrador.

 

El rey se colocó en el centro de la sala y gritó:

 

– Ahora escojed, ¿qué es lo que quereis hacer? ¿Morir atravesados por flechas o abrir aquella puerta negra y quedar allí encerrados? Cada uno que decida su futuro, teneis libre albedrío, elegid pues.

 

A la hora de tomar la decisión, todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento. Al llegar cerca de esa horrible y enorme puerta negra, miraban los esqueletos, los restos de sangre y las inscripciones grabadas en ellas: “viva la muerte”, y todos pensaban lo mismo: “Prefiero morir atravesado por las flechas.”

 

Uno a uno, realizaron las mismas acciones, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey:

 

“Elijo morir a manos de los arqueros, que cruzar por ese paso.”.

 

Millares optaron por lo que estaban viendo que hacían los demás: elegir la muerte.

 

Con el correr de los años la puerta negra del palacio se convirtió en leyenda. Nadie sabía lo que había al otro lado, pero los rumores decían que bien podía tratarse del mismísimo infierno.

 

El tiempo siguió transcurriendo hasta que la guerra terminó. Los reinos vecinos firmaron por la paz y la gente comenzó a olvidarse de las penas pasadas.

 

Uno de los soldados del “pelotón de flechas” estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado atosigado por la curiosidad volvió a mirar hacia esa puerta tenebrosa y se atrevió a preguntarle al rey que había al otro lado.

 

– Ábrela y averígualo tú mismo – le dijo el soberano.

 

Casi arrepintiéndose de su pregunta y con mucho miedo, el soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió el calor de un rayo de sol que besó el suelo de la enorme sala. Abrió un poco más la puerta y entró mas cantidad de luz junto con un delicioso aroma a hierba verde y flores que llenaron el lugar.

 

El soldado comprobó que la puerta negra daba hacia un campo en el que habia un gran camino. Solo con este hecho, el soldado supo que la puerta negra conducia hacia la libertad.

 

– La libertad – le dijo el rey -, es igual que esa puerta. A veces tenemos demasiado temor de enfrentarnos con nuestros propios miedos. Le tememos a lo desconocido y nos sentimos inseguros ante los obstáculos que nos paralizan. Pero solo venciendo estas cosas lograremos ser libres.

 

– Desconozco el autor

Foto de entrada: pasionlatina

Este cuento, como todos, lleva integrada una moraleja, y la de este es bastante impresionante, además de cierta.

Se puede apreciar perfectamente como, al igual que en cualquier otra situación de la vida, no tenemos la personalidad suficiente para decidir nuestro futuro independientemente de las decisiones de la mayoría. Resulta más fácil apoyarnos en los demás y dejarnos influir por sus miedos, que arriesgarnos a asumir las consecuencias de adentrarnos en lo desconocido.

En nuestra forma de ver la vida, y con las circunstancias que casi a diario vemos en cualquier ámbito, es normal que pensemos que cuando nos ofrecen una posibilidad de libertad, en realidad nos están engañando.

La puerta negra, en este cuento puede representar el abrumador miedo que nos embarga frente a lo que no conocemos, a lo que escapa a nuestro control, a ver más allá de nosotros, incluso a vernos a nosotros mismos.

Todos, en algún momento de nuestra vida, tenemos que enfrentar y cruzar alguna puerta negra. Cosas que pensamos negativas, malas experiencias que nos causan dolor, pero que al mirar tras ellas, nos muestran la versión real que no nos atrevíamos a mirar. La valentía de cruzar esa puerta es la que trae consigo lo mejor que podría haber ocurrido.

Si no tuviésemos tanto miedo, si dejasemos el dolor a un lado para vivir con más confianza y más fe, la vida nos mostrará que fluye de manera más firme y que nada es lo que parecía ser.

Quizás la vida te muestre una circunstancia adversa para permitirte maravillarte con el giro que puede dar después. Si vives estas experiencias, por sí mismas, sin pensar en el éxito o fracaso; solamente permitiéndote atravesar esa puerta y ver a donde te conduce, verás que puede llevarte a un lugar mejor que mejorará tu vida.

Al leer este cuento me viene a la cabeza también lo difícil que se nos hace enfrentarnos con nuestros propios miedos Cosas que no nos gustan de nosotros, cosas que no nos gustan en los demás.

El miedo es la mayor cadena que podemos arrastrar, nos hace perder oportunidades, experiencias y sobre todo tiempo.

Si te ves reflejado, si pasas tu vida eludiendo, evitando dificultades, distrayéndote siempre con algo, sin detenerte a observar ese reflejo, si no te enfrentas a él, porque piensas que vas a sufrir, siempre vas a ir en dirección a los soldados con sus flechas.

Sin embargo, si decides mirarte, si decides traspasar la puerta negra del miedo, significa una superación personal, una aceptación y transformación. Esa trasformación es necesaria para continuar tu camino tras cruzar la puerta.

Ya sabemos que no es fácil, pero con paciencia y tiempo el resultado será satisfactorio.

 

¿Cuál es tu  puerta negra?

¿Qué ocurriría si la cruzaras?

Quizás si te decidieras a hacerlo descubrirías tu felicidad sin interferencias.

 

¡Namasté!

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