Mi abuela Carmen opinaba que cada día tiene su afán y así me lo decía en muchas ocasiones, lo necesario para que se satisfagan las necesidades del día. Pues hay días en los que parece que mi necesidad es vivir en un caos. ¿Suena ilógico?
Creo que ella me conocía demasiado bien y entendía mis sensaciones, ¿quizás por qué se veía a sí misma reflejada en mí?
Puede ser. ¡O porque era sabia!… ¡O porque era vieja!… ¡Quiero llegar a vieja, y parecerme a ella!.
Hay algo que me caracteriza y que me hace recordarla, recordar y analizar porque siempre estaba en movimiento. Y es que yo siempre he precisado de más horas de las que tiene un día para lo que he tenido necesidad de hacer.
En momentos parecía que quisiese hacerlo todo a la vez, sentirlo todo a la vez. El sentir era de tal intensidad que no lo podía contener. Demasiada pasión, energía, fuerza, vigor excesivo y demasiado poco tiempo. Un caos que en determinadas circunstancias parecía volverme loca.
Con el tiempo esas sensaciones se han ablandado algo, pero a veces asoman su obsceno rostro, sin propósito de lastimar, ¡por supuesto!. Pero si pudiesen contemplarse, se me antoja que poseerían una apariencia un tanto absurda e ilógica… Como disparatada me siento a veces, incluso contradictoria. Y pienso, ¿por qué algunas cosas no sirven para mí?
De hecho, mis hijos a veces me llaman «caos».
Ellos, como no puede ser de otra forma, me conocen muy bien… demasiadas horas (aunque para mí nunca suficientes) conversando lo han facilitado. Y probablemente por eso cazan mis reacciones y mis absurdeces al vuelo, así que ¡por supuesto!, son los primeros en darme un toque.
Hay momentos en los que lo agradezco, aunque me cueste reconocerlo, por eso en algunas oportunidades terminamos todos riéndonos a carcajadas de la situación. Sin embargo, en otras ocasiones mi propio caos hace que me sienta incomprendida y mi niña herida comparece diligente para defenderse.
Pero no se queda durante mucho tiempo, solo el suficiente para que pueda percibir la absurdez de mi comportamiento y entonces la situación se transforma de nuevo en algo divertido.
Aunque llevo unos pocos años sobre este absurdo, pero bendito mundo, hay cosas en mi personalidad que parecen no querer cambiar el rumbo, es complicado contenerlas, caótico. Y mucho más interrumpirlas o detenerlas.
El caos me acordona repentinamente, envolviendo todo mi ser y se manifiesta como una apisonadora.
Cuando me siento así, mis batallas internas y externas se sienten como ensordecedores truenos, seguidos de sus inseparables relámpagos. Mi invisible fulgor parece salir por cada poro de mi piel.
No obstante, el resplandor habitualmente suele mantenerse en mi interior.
Pero el caos se manifiesta, estas explosiones inesperadas, a veces, me instigan a moverme de forma espontánea, muy directa y nada tiene el poder de distraerme.
Entonces el caos me envuelve, aunque pocos lo conocen de primera mano, solo mis más íntimos. Espero que no lo tengas que conocer… tiene excesiva fuerza… no sé está preparado para algo así.
Cuando advierto sus brazos anárquicos en torno a mi cuerpo, cuando lo contemplo envolviendo mi vida, no me es posible modificar el trayecto, soy muy peleona, y batallo hasta el final…
Llegada a esta situación, la lista de incongruencias y de absurdeces es infinita. Es mi propio repertorio, además sin profundizar demasiado en opiniones personales, ni ideologías, ni creencias.
¿Por qué lo que veo que funciona no sirve para mí? Quizás por qué mi caos se transforma en timonel, y si no le acompaño me siento flotar en un mar de nubes grises en el que el vacío es inmensamente profundo y un tanto desesperado.
Seguramente que mis hijos tengan razón en llamarme caos, entonces. Probablemente mi lista absurda sea excesivamente larga.
Y además, con el agravante de que veo, también demasiadas veces, cosas absurdas en el mundo. Tal vez veo lo ilógico fuera de mí, pero no sé cómo responder ante mi propia absurdez. Consejos vendo…
Siempre transgresora, siempre contra corriente, ¿absurdo? No lo sé. Tal vez un poco contraria a otras razones, pero si es mi propia razón ¿puede que para mí no sea absurda?
Otra cuestión subjetiva…
Hay veces que me siento como mi perrita Lisa, que es feliz sacando la cabeza por la ventana del coche, pero si yo le soplo en la nariz me gruñe… ¿Extraño?
En momentos así me apetece alejarme de todo, pero no sé donde se encuentra ese sitio, ¡otro absurdo!.
Si soy tan absurda que no me entiende apenas nadie, ni en ocasiones me entiendo yo, ¿Será cosa de personalidad?
¿Es lógico sufrir? La vida tiene más dolores que placeres, es injusto y absurdo.
Bueno, son mis razones y son las únicas que me pueden ayudar a intentar entender, no conozco otra manera de razonar. ¿Estará mi lógica basada en lo absurdo?.
Probablemente sea la persona más absurda que conozco, porque casi todas las cosas que intento razonar me parece que tienen alguna parte ilógica y no logro darles otra explicación que no sea que la absurda soy yo.
Voy a intentar explicarlo con un ejemplo.
¿Quieres desayunar conmigo?
Vamos a desayunar a la terraza..
– Coge una taza, están en el mueble superior al lado del fregadero, en la cocina.
En el lado derecho y al fondo según entras en ella, encontrarás unas cuantas, coge la que quieras.
La leche está en la nevera en la parte derecha también, pero al principio de la cocina.
El azúcar o la estevia están en la parte izquierda en un armario alto, justo en el que está detrás de la despensa.
La cafetera en la parte derecha central y los cubiertos en la parte izquierda también central, en el primer cajón.
¿Debería estar todo junto? ¿Es absurdo?
Además de absurda, ¿Un poco desorganizada? ¿O es cosa de todos?…
Me vuelve un poco loca pensar en casi todo en esta vida…
Algo que molesta a todo el mundo es que puede juzgarse a sí mismo, pero no puede aceptar el mismo juicio de un extraño, o incluso de un amigo. ¿Ya no soy la única absurda? ¿A ti no te pasa?
Debido a muchas de estas cosas te digo: – Si no me preguntas por como me siento, ¿por qué crees que tienes el derecho de asumir ciertas afirmaciones sobre mí? ¿Se debe a mi forma de vivir la vida? ¿O por qué mis decisiones no son las comunes?
Pese a sentirme en caos muchas veces, creo que es sinónimo de que al menos intento conocerme. No me conformo con colgarme un papel para que se sepa que pertenezco a un colectivo, a un grupo, a un equipo, o a algo.
Yo pido respeto, y te aconsejo que si quieres recibir algo que no llega, lo pidas. Quizás no te llega porque no lo has pedido y todo el mundo no es igual, hay quien tiene una forma de pensar menos pensante.
Muchas personas precisan que les digas lo que necesitas, pero lo que realmente necesitas, no que te solucionen tus errores. Tienes que empezar por reconocer tus propios errores, aunque esto te lleve al caos, como a mí.
No podemos esperar que los demás sean adivinos. Entenderlo puede ser difícil de «entender».
¿Somos todos absurdos? ¿Vivimos en un mundo absurdo? ¡Que caos!
Mi rebeldía me permite vivir y aceptar pasear como en una cuerda floja sobre el otro lado de la línea de mi vida.
Ser libre me permite vivir fuera de las reglas absurdamente comunes, viviendo mi libertad sin perjudicar a nadie.
Mi vida apasionada me permite gritar que no creo en el mundo, pero, ¿es absurdo decir esto?, porque si creo en mí misma.
Probablemente, intentar entender el sinsentido de las cosas que cuestiono de mi vida significa que, aunque no llegue a entenderme nunca, mi vida merece que la valore y luche por vivirla.
¿Merecerá la pena? Espero que sí.
👍😘muy buen caos
🤣🤣🤣 Si, ¡Aunque en ocasiones es agotador! 🤦 😘😘