Todos esos pequeñajos con los que hemos crecido en peliculas, comics, cuentos, leyendas… historietas que nos han acompañado con sus melodias, sus travesuras, sus aventuras y sus tretas… A veces han sido los doctores de infinidad de niñas y niños. Voy a escribir de gnomos y duendes, pero también del resto de esos que llaman elementales: Hadas, elfos, seres de la noche, de la penumbra, de las zonas oscuras de la casa, del jardín, de los parques y los bosques…
Ellos han ayudado a sanar sentimientos, hemos crecido con ellos y cuando dejan de producirnos ilusión nos damos cuenta de que hemos crecido… Campanilla… David el Gnomo…
Nos divertian, se reencontraban con nosotros en esa parte imaginativa que tenemos olvidada y con esta historia de hoy quiero que regresen conmigo a casa.
Cuando somos adultos, muere una parte importante de nosotros, dejamos de creer en ciertos personajes y pasamos a creer solamente lo que vemos con una actitutd basicamente racional. Por eso nos resulta practicamente imposible creer en cualquier otra posibilidad de vida.
¿Podran sobrevivir si no creeemos en ellos?
Sin embargo, en otras culturas y otras corrientes creen en pequeñas criaturas que no se suelen dejar ver…
Buen ejemplo de ello es el siguiente: Si vamos unos siglos atrás en el tiempo nos podemos encontrar con una obra que abarca tratados médicos, alquímicos, filosóficos y teológicos. Su autor fue uno de los medicos más famosos de Europa del siglo XVI. Cuyo nombre fue Teofrastus Bombastus Von Hohenheim llamado Paracelso. Su obra fue inmensa y está incluido en ella: «El libro de las Ninfas, los Silfos, los Pigmeos, las Salamandras y demás espíritus» publicado en 1591.
De hecho, posteriormente los hermanos Grimm o Heine, incluso Goethe se inspiraron en el libro de Paracelso para sus obras…
A cuatro siglos de esto, todavía el hombre desconoce muchas cosas de estas pequeñas y casi invisibles vidas.
Pese a ello vamos a ver un poco de historia sobre estos traviesos o no tan traviesos acompañantes.
El escritor Premio Nobel irlandés llamado William Butler Yeats señaló en uno de sus libros:
Toda la naturaleza está llena de gente invisible.
Algunos de ellos son feos y grotescos, otros malintencionados o traviesos.
Muchos tan hermosos como nadie haya jamás soñado… y los hermosos no andan lejos de nosotros cuando caminamos por lugares espléndidos y en calma…
«Todo está lleno de dioses», decían a su vez los antiguos griegos, para quienes la Naturaleza, la Physis, estaba animada en todos sus rincones por espíritus y deidades, teniendo una comprensión holística (global) del organismo vivo que era la Tierra (Gea, la Gran Madre).
Teoría recientemente resucitada por la «hipótesis Gaia» de James Lovelock, biólogo británico, en la que el hombre está plenamente integrado con el resto de la vida natural en la tierra como organismo vivo.
Esta idea tan poetica, a la vez escandalosa y admirable, se transformó en teoria y fue la base para entender la acción del hombre sobre el clima… o acabamos con nuestra madre, llamala naturaleza… o ella termina dandonos patadas en el culo, ¡como estabos viendo!
Para ellos, los griegos, la naturaleza tenia un trato familiar con las fuerzas que animaban y representaban a los elementos, la tierra, el agua o las plantas y el resto.
Según su filosofia, existe prácticamente un mito para cada planta, río, fuente, bosque y rincón de las tierras helenas.
En las idílicas llanuras de la antigua Grecia, particularmente en la Arcadia, los mortales avistaban sin mayor dificultad a Faunos, Silvanos y Silenos, espíritus animales guardianes de los bosques que la tradición ha consagrado con cuernos y cuartos traseros de cabra.
El dios Fauno Pan, es representado tocando una flauta, la siringa, y de ella salen melodias ensoñadoras fantasticamente representadas por el compositor frances Claude Achille Debussy. Buen ejemplo de ello esta representado en su «Preludio a la siesta de un Fauno«.
Cuando leemos sobre estos «mitos» solamente creemos que son eso: «mitos» pero no tenemos a nadie que los desmienta o los corrobore…
Desde los albores del mundo, sobre todo desde la hostoria conocida, han existido pequeños seres que han ocupado posiciones importantes en todas las culturas del mundo, por separadas que estuviesen unas de otras y por dificil que fuese su contacto. Esta cuestión hace recapcitar sobre su exitencia…
En esos tiempos remotos, los arboles tenian nombre, los siervos se reconocian y se respetaban y los pequeños seres como los gnomos, vivian en los campos y las aldeas. Al menos asi aparece en sus escrituras antiguas.
Eran reconocidos y tenian nombre propio. Eran poderosos y numerosos. Tenian un papel importante en la vida cotidiana….
¿Civilización? ¿Nosotros hoy nos llamamos civilizados? Pues permiteme que lo dude… En aquellos tiempos los humanos no se consideraban dueños absolutos del planeta, ni siquera de partes del planeta… puestos a hablar de dueños, si acaso, el planeta sería nuestro dueño…
Bueno, por entonces el mundo no solo estaba poblado por nosotros, tambien nos acompañaban gigantes, dioses, monstruos, fantasmas o espiritus, elfos y otros seres de los que, en algunos casos, se han encontrado restos… Estos seres, al menos alguno de ellos, nos superaban en poder, fuerza e inteligencia.
Y… con la difusión del Cristianismo… la creencia en los espíritus y en los «falsos»» dioses fue desapareciendo, pero a pesar de que el cristianismo intentase negarlos, ellos continuaron como siempre, siguieron teniendo contacto con los humanos. No se puede negar lo que algunos no pueden ver. Sé que suena algo ingenuo, pero creo que la mayoría de las culturas ha creído en algo cuanto menos extraño, también hay quienes creen en demonios y dioses.
Vamos a aclarar lo que nos llega de ellos desde hace muuuucho tiempo:
Generalmente no están sujetos a nuestras leyes materiales y pueden poseer las virtudes de viajar de manera instantánea a través de las dimensiones y desaparecer expontaneamente.
Por eso nos ha resultado siempre dificil verlos.
Pero, ¿Quien ha tenido la oportunidad de verlos? Siempre han sido personas que respetan el entorno natural, personas de corazón puro o personas con su tercer ojo muy desarrollado. Antiguos niños poetas, algún vidente, curanderos antiguos, magos, alquimistas…
Al menos eso cuentan los relatos antiguos, esos relatos que eran transmitidos de forma oral.
Al igual que para cualquier ritual antiguo, tambien se podian utilizar algunas plantas, hongos, raices o bayas alucinogenas para inducir a un trance (ligero o profundo) en el que poder facilitar la comunicacion con estos seres. Eran experimentaciones o rituales en los que el principal requisito era poseer cierta afinidad con ellos, emocional o familiar.
Se han encontrado escritos antiguos sobre nuestras relaciones con ellos en los que se describe que las relaciones fraternales o sexuales con elfos eran dificiles por la brecha con nuestra cultura.
A partir del siglo XIX se empezaron a transcribir de manera escrita narraciones de historias orales muy antiguas, y gracias a ellas se han podido conservar.
¿Quereis que tratemos de dar una nota de color en la escala evolutiva de los llamados elementales?
Voy a resumir los que se dice sobre ellos…
Elfos y duendes
Trabajan alejados del hombre, generalmente en los claros de los bosques o montanas.
Crean círculos de poder dentro de los cuales trabajan.
En el tiempo que transcurren en el plano astral se pueden transformar en fares o hadas, que ya pertenecen al plano mental, y que veremos más adelante en detalle.
Modelan sus propios cuerpos de acuerdo al poder adquirido, y es un orgullo para ellos los grados de hermosura que van logrando, ya que esto es producto de su trabajo.
La multitud de formas que puerden adoptar engloba seres con una gran belleza iridiscente, o ancianos jorobados; animales como cabras, langostas, gatos; también piedras o plantas, incluso ráfagas de viento, dependiendo de lo que les solicitemos y como puedan mostrarlo.
Viven en el plano fisico alrededor de 500 años. Ellos deciden cuándo regesar, pero rara vez lo hacen antes de pasados 5000 años.
Tenemos que aprender mucho de estos seres ya que la armonía y el trabajo son su estilo de vida.
Gozan cuando han realizado bien su tarea, respetan los tiempos de recreo y juegan alegremente, para luego volver al trabajo en el mismo estado.
Son espíritus que pueden aparecer tristes, ser vengativos o pesados, también bromistas o llenos de odio, dependiendo de las circunstancias, polifacéticos como la propia naturaleza.
Alcanzan medidas que van desde la talla de un hombre hasta la pequeñez de algunos que pueden esconderse tras una brizna de hierba.
Duendes
Existen muchas clases de duendes. Son esos seres diminutos que, según el folklore popular, viven entre las flores, entre los altos arboles de los bosques, y no hay que confundirlos con los gnomos, porque los duendes tienen poderes mágicos.
El color de su piel puede variar: los hay azules, verdes… rojos, los más frecuentes son los que se parecen al hombre, aunque muchísimo más pequenos.
Sus casas son a menudo grandes setas, y es muy difícil localizar donde se encuentran sus diminutos poblados.
Diminutos en cuanto al tamaño de sus viviendas, pero no en población, porque a los duendes les encanta vivir en comunidades grandes.
Si quieres buscarlos no es sencillo, pero tampoco imposible; porque al igual que las hadas o las ninfas, sienten debilidad por los niños. Porque en el fondo ellos son niños, y es fácil encontrarlos si conservas esa chispa de niñez en tu interior. Esa luz de inocencia y fantasía.
Entonces puedes llegar a verlos y disfrutar de su compañía y sabiduría. Los duendes son seres mágicos y les gusta transmitir y enseñar su magia, pero para que ello suceda, debes ser de corazón puro y noble.
Ahora que los gnomos se han retirado y retraído ante el hombre, a causa de sus ciudades ruidosas y contaminadas y de todo el daño que los humanos causan a la Naturaleza, aún es más difícil establecer contacto con ellos.
Muchos relatos de encuentros recientes son tan fragmentarios que fácilmente se olvidan y quienes se encuentran realmente con un elfo, se inclina a creer que su experiencia fue tan sólo una quimera o que la imaginación les jugó una mala pasada.
Es algo difícil tratar de explicar, o hablar sobre seres que no son espíritus, ni ángeles, ni humanos, pero, que, sin embargo, tienen algo de todos ellos y mas.
Podemos darle el nombre genérico de elementales, espíritus de la naturaleza. Todo ellos habitan el mágico mundo de las hadas.
A pesar de que, el hombre ha causado estragos en la naturaleza, obligándolos a ocultarse en la selva o bosques, muchos de ellos conviven y sirven con agrado a los humanos.
Para comunicarnos con ellos, debemos amar todo lo que nos rodea.
Según la ocasión y las circunstancias pueden aparecerse y no darnos cuenta, ya que tienen la virtud, de escoger la forma en la que se mostrarán, que puede ser semejante a la propia naturaleza, ya sea, en forma de una piedra, un árbol, un animal, una planta y también con apariencia humana.
Estos seres, hablan, se ríen, son prudentes, pobres, ricos, sabios y locos, al igual que nosotros. Son la imagen grosera del hombre, virtuosos y viciosos, puros e impuros, mejores y peores.
Duendes domésticos
Viven en el interior o en los alrededores de las casas.
Hace siglos eran habitantes de zonas agrestes, boscosas y montañosas, viviendo en interior de cuevas y grutas, hasta que alguno de ellos, se acercaron a hogares humanos, primero por curiosidad y luego con el único objetivo de divertirse.
Se manifiestan preferentemente de noche.
Miden aproximadamente 50 cm de alto y son de aspecto humano.
Salen de noche y les encanta divertirse a costa de los durmientes, molestándolos y asustándolos, aunque a algunos, les encanta colaborar con los hombres en las tareas domésticas.
Su nombre según algunos estudiosos del tema proviene del árabe duar, que se traduciría como: el que habita o habitante.
Duendes de los dormitorios
Pertenecen a una extraña familia de duendes, agresivos e individualistas, provocan pesadillas y eligen como sus víctimas, a mujeres y niños.
Son seres sobrenaturales, sin alma y de estatura menuda variable entre los 30 cm y el metro de altura.
Tienen una actitud generalmente benévola con los seres humanos, para los que realizan trabajos domésticos o en los campos a cambio de un poco de comida.
La mayoría de los duendes habitan en el bosque, teniendo como vivienda el interior de algún árbol o, incluso, en el subsuelo de la tierra, dentro de algún habitáculo o cavidad.
Sus costumbres son nocturnas y poseen un carácter extremadamente susceptible que les conduce a adoptar actitudes despectivas u hostiles contra los hombres que les ofenden
Tienen habilidades tales como mimetizarse, hacerse invisibles, pasar por el ojo de la cerradura, imitar los sonidos de los animales y hacerse sentir, tocando a un ser humano con sus manos, produciéndole un escalofrío.
La naturaleza de los duendes se reparte entre la del hombre y la del ángel, en partes iguales, por ello pueden moldear sus cuerpos a su antojo. Están bien provistos de poderes y talismanes para poder hacer toda clase de conjuros.
En la mitología de cada región se les ha dado nombres muy distintos según el idioma, la religión o el folklore, pero generalmente se les conoce por formar parte de los seres elementales. Algunos pueden llegar a vivir hasta 500 años.
Los duendes suelen ser traviesos, bromistas y descarados; casi siempre están de buen humor, aunque existen duendes de naturaleza malvada capaces de torturar incansablemente a un hombre
Existen varias clases de duendes, entre ellos podemos encontrar a los gnomos, que actúan como guardianes de la naturaleza a la que protegen poniendo a los seres humanos obstáculos aparentemente naturales.
Son traviesos pero no hacen daño y quienes conviven con ellos aseguran que los ven, los escuchan y hasta les sacan fotos con cámaras especiales. Los investigadores de duendes están seguros de su existencia, pero no pretenden convencer a nadie. Invitan a pensar que existe un mundo que está mas allá de lo que de ve o de puede explicar.
Rudimes
Son los seres con menos evolución de toda la escala.
Corresponden al plano Astral.
Miden 2,5 cm. de altura.
Carecen de inteligencia y conciencia.
Trabajan en grupos de a miles, se mueven constantemente, logrando con su movimiento aumentar la frecuencia vibratoria de los vegetales.
Sienten amor grupal y hacia la vida vegetal. Se alimentan de la frecuencia poder.
Están en plano físico alrededor de un mes para luego ir al plano astral por diez años.
Unites
Miden alrededor de 5 cm.
Permanecen 1 año en plano físico y 100 años en plano astral.
Trabajan en grupos y forman dentro de éstos, sub-grupos.
Tienen ya un poco de conciencia y forman parejas.
En las parejas de los elementales se intercambian poder.
Minutes
Miden entre 1 y 2 pulgadas.
Viven 5 años en plano físico y luego se trasladan al plano astral por 500 años.
Trabajan distintos elementos comandados por las hadas.
Nomenes o Gnomos
Viven 25 años en el plano físico y luego van al plano astral alrededor de 1000 años.
Trabajan el suelo y las raíces de los árboles dándoles poder.
Hacen sus casas en los troncos de los árboles.
Poseen mediana inteligencia, tienen apariencia de viejitos y son muy graciosos.
Los primeros tiempos que pasan en este plano lo hacen alejados del hombre ya que no les resulta fácil adaptarse a la frecuencia que nosotros manejamos, mucho menos soportan los ruidos de las ciudades.
Son muy similares en conductas a los niños ya que suelen ser muy traviesos.
Diablillos familiares
Son unos pequeños duendecillos, con aspecto de diablo, que no están ligados a una casa, sino a una persona, a la que ayudan, convirtiéndola en su dueño.
Se encuentran vinculados a la brujería.
Objetos que cambian de lugar, desaparecen y vuelven a ser encontrados; ruiditos de inhallable origen; mascotas absortas, tirando mordiscos al aire.
Aquellas personas que estén rodeadas de tales síntomas pueden pedir ayuda a psiquiatras detectives y enviados papales. 0, tal vez, simplemente, deben aceptar, con resignación y alegría, que conviven con duendes.
Porque estos pequeños seres existen y no sólo dentro de los cuentos, aseguran Liliana Chelli y Nayra Lee, con chapa de investigadoras del mundo feérico formado por gnomos duendes y hadas, y a quienes no les da nada de vergüenza confesarlo:
«De chiquita empecé a verlos, conversaba y jugaba con ellos. Mi mamá pensaba que era un amiguito invisible y me mandó al psicólogo. Pero yo los veía, no era una invención», cuenta Liliana detrás de su escritorio repleto de fotografías e imágenes de duendes.
La oficina parece un pequeño bosque, con estantes cubiertos por plantas y más hombres pequeñitos.
Algunos, los visibles, son de barro o arcilla, con barbita y sombreros de colores.
Otros, los invisibles, andan dando vueltas por ahí: «¿Escuchas? Están jugando con las semillas del palo de lluvia», dice.
Para Nayra, en cambio, las apariciones no son tan nítidas. «Percibo ráfagas que cruzan de un lado al otro, como luces, además de otros indicios como la desaparición de objetos, aparatos que se encienden y apagan, cosas que se caen», afirma mientras acaricia sus muñequitos, duendes que modela en barro.
Las dos se conocieron en la búsqueda de explicaciones que no encontraron ni en la parapsicología, ni en las ciencias ocultas, ni en la angelología ni en esoterismos varios.
Hasta que Liliana supo de las cámaras kirlian, que pueden retratar en colores el aura de las personas y la energía invisible a los ojos.
Con esto y otros aparatos como proyectores de luces infrarrojas para ver de noche, Liliana y Nayra se pusieron a investigar.
Pura energía «No queremos convencer a nadie. Es imposible. El aire tampoco se ve, y sin embargo, respiramos», argumenta Liliana.
Quien con enorme sonrisa y mucha calma se decide a responder la ansiosa pregunta ¿pero qué son?.
Según explica, se trata de espíritus de la naturaleza, seres de pura energía que a veces se corporizan y adoptan una imagen para que podamos verlos.
Viven en árboles, flores, bajo tierra, en los desvanes de la casa o entre las plantas del jardín y como son ecologistas, lo único que piden es que cuidemos el hábitat y a cambio, protegen a la familia con la que eligen vivir.
La clasificación que cita Liliana Chelli los divide en:
Gnomos: los más viejos y sabios.
Duendes: que conviven con los humanos y hacen travesuras.
Hadas: unas mujercitas que habitan en las flores. Son amigas de los duendes y siempre van juntos.
Elfos: los masculinos de las hadas, una especie de hombrecitos con alitas.
Liliana y Nayra están lejos de ser las únicas visionarias de gente pequeña.
La astrólogo Ley Süllós es otra ferviente defensora de su existencia y a las pruebas se remite: «Justo en este momento estoy con un disgusto… Me falta un reloj que quiero mucho y no me lo robaron porque carece de valor material.
Siempre me desaparecen cosas que ellos me esconden y al tiempo las encuentro».
A veces, les juegan bromas a sus gatos siameses, pero también se acercan a consolarla.
Cuando estuve enferma vi a unas hadas muy hermosas que bailaban frente a mí vestidas en colores lila recuerda la astróloga.
Sin embargo, Lily dice que su misión no es conceder deseos: «Nunca les pido nada porque no se sabe cómo pueden reaccionar».
El arquitecto y empresario Jorge Caputo también se rindió a las evidencias.
Dueño del cerro San Martín, en Bariloche, les encargó a Liliana y Nayra que investigaran si allí había duendes.
Confirmada su presencia («en las fotos que tomamos se ven claramente», aseguran las especialistas), Caputo proyecta inaugurar a fin de año un parque temático: la Aldea de los gnomos.
Convencidas «El aire tampoco se ve, y sin embargo, respíramos», les dicen Nayra Lee y Liliana Chelli a los incrédulos.
Ellas fotografían duendes con cámaras especiales.
«No me como cualquier sapo», alerta desde el principio.
Roberto Rosaspini Reynolds es recopilador de cuentos sobre seres mágicos de la mitología celta, los mismos que le contaba su abuela irlandesa cuando era chico. «Nunca vi un duende por ahí caminado, con esos sombreritos colorados que les adjudican».
Sin embargo, este ex fotógrafo y camarógrafo de fauna que en los 60 trabajó en el equipo documental de la BBC de Londres, es un agnóstico que duda y respeta al mismo tiempo porque le tocó vivir algunas anécdotas que lo dejaron perplejo: «En el Bolsón fui a visitar a una familia que decía convivir con un duende.
Todo lo que guardaban en un armario al otro día aparecía afuera.
Me quedé toda la noche sentado vigilando, sin ver nada, hasta que me quedé dormido. Por la mañana, mi portafolio -que había guardado en ese placard- estaba al lado de mi silla», narra.
Reynols acepta con humildad que existen manifestaciones que van más allá de lo comprensible y que se presentan en todas las culturas con distintas formas.
La lección la recibió en diciembre, en un encuentro sobre esta temática, cuando se acercó a un dirigente toba para hablarle acerca de sus estudios de leyendas.
Al mencionar esta palabra, el aborigen lo miró serio: «Leyendas, no. Para nosotros, son historias».
Las investigadoras Liliana Chelh y Nayra Lee confesaron algunos secretos para que, de la mano de los duendes, la abundancia no falte en ningún hogar:
-Enterrar tres monedas doradas, en el jardín o en una maceta.
-Colocar en la ventana una copita de miel que sólo sea para ellos.
-Atraerlos con helechos y palmeras, sus plantas preferidas.
-Llamarlos con amor, con oraciones específicas o de cualquier otra forma amable y bien intencionada.
Quien no se anime a tanto, puede tenerlos como amuletos o figuras en tierra y piedra.
Como hay muchos y cada uno posee poderes específicos, lo mejor es invocarlos por su nombre.
Entre otros, se encuentran Stágoros (cuida las plantas), Abaturc (protege los trabajos), Priscob (concede todos los deseos), Truppty (acude en problemas sentimentales), Sumizíuss (protector del dinero), Jurry (cuida a los niños), Igor (duende de la abundancia).
Provienen de la naturaleza con toda su energía.
Les gusta jugar y comer, pero también están dispuestos a ayudar a las personas de buen corazón.
Estos seres mágicos han sido rescatados de la mitología por los investigadores de fenómenos llamados feéricosy aportan su cuota de esperanza al siglo XXI.
Incluso quienes necesitan probar todo y quieren «ver para ser» ya no pueden negar la verdad probada por filósofos y científicos de que existen energías invisibles como los aníes, las plantas, el planeta.
Los objetos están animados por una energía, un espíritu o un soplo divino de vida, según la creencia. Estas energías no sólo habitan los cuerpos visibles, sino que tienen identidad propia. Una de estas formas de energía intangible son los duendes.
Gnomo significa hombre de la tierra o espíritu de la naturaleza. Estos seres están presentes en muchas culturas con distintos nombres.
Por ejemplo, los aborígenes sudamericanos convocaban al espíritu de la Pachamama (Madre Tierra), el Sol, el agua y cada especie. En otros países se les definió como duendes, gevas o genios.
Antes de talar un árbol que necesitan, los aborígenes le piden permiso a su espíritu. Asimismo, antes de cazar un animal solicitan autorización a la Naturaleza.
En cambio, los habitantes de las ciudades no prestamos atención a este tipo de cosas y arrasamos con los «recursos naturales» sin tomar en cuenta las verdaderas consecuencias de esta acción.
Por eso, los gnomos se mezclan entre las personas y buscan la forma de que tomemos conciencia de que la naturaleza está viva y necesita respeto y protección.
Estas criaturitas, que no siempre son verdes, suelen acercarse más que nada a los chicos en sus juegos, mientras los adultos tratan de desmentirlo.
Sin embargo, cuando perciben buenas intenciones, y con un poco de entrenamiento, también los pueden ver los adultos.
Hay quienes los describen claramente como pequeños hombrecitos de 15 a 120 centímetros de altura de acuerdo a cómo se condense la energía y cómo se quieran hacer visibles.
Otros, sólo observaron ráfagas de luz, ruidos y cosas que cambian de lugar. A pesar de que provienen de la naturaleza, ellos se acercan a las ciudades porque quieren acompanar a las personas.
Los duendes viven hasta 350 años y es más probable que los vean las personas puras de corazón.
Los gnomos son los integrantes más viejos de la tribu. A ellos recurren los más jóvenes e inexpertos, que son los duendes.
Como les gusta acompañar y ayudar a las personas, los duendes víven en las ciudades. Son los más chistosos, hacen travesuras, esconden las cosas, prenden y apagan el televisor y hacen ruidos durante la noche.
Antes de la guerra, los gnomos también convivían con la gente, pero cuando empezamos a dañar la naturaleza con los avances tecnológicos y el desarrollo, se alejaron.
Desde las cuevas de la región celta la historia cuenta que antiguamente, antes de Cristo, la tribu Tuatha de Danann habitaba la región celta -península ibérica, sur de Alemania, países de! Rin, islas de Gran Bretana y Este y Centro de Franciay adoraba a Anu, la diosa de la fertilidad, que es como la Madre Tierra.
Una vez, los Tuatha de Danann llegaron por mar hasta Irlanda y al desembarcar quemaron sus barcos para no dejar señales y quedarse allí. Por ese gesto, fueron llamados los dioses del fuego.
Esa tribu era descendiente de los druidas, los sacerdotes celtas. Ellos tenían dotes y poderes mágicos de la buena magia que les había entregado Anu, como la cura con las plantas y el poder de la naturaleza.
En esa época estaban enfrentados por el territorio con los guerreros españoles comandados por el rey Mil!. Los milesianos también eran conocidos como celtas, y los Tuatha de Danann, como druidas.
Luego de la pelea, al ver tanta muerte, ambos bandos sellaron la paz.
Entonces acordaron que los Tuatha de Danann vivirían en cuevas subterráneas y los milesianos se quedarían en la superficie.
Los Tuatha de Danann eran especialistas en túneles y también conocían el secreto de las piedras, por lo que vivieron por muchos años allí.
Con la llegada de Cristo, San Patricio fue consagrado a propagar la fe cristiana.
El santo conocía toda esta historia de los Tuatha de Danann y los convocó por sus poderes mágicos para que lo ayuden a propagar esta fe. San Patricio también tenía algunos poderes y, junto con su ejército de duendes, empezó a enseñar el misterio de la Santísima Trinidad usando el trébol de tres hojas como ejemplo.
Por eso, todos los 17 de marzo se celebra el día de San Patricio y la gente se disfraza de verde y con canastas de tréboles para repartir.
Junto con la inmigración, muchos gnomos y duendes europeos saltaron a América.
En Francia, España y en todos los países escandinavos hablar de ellos es algo muy común. Inc
uso, por medio de mediciones científicas, con aparatología específica, los geólogos y otros especialistas han comprobado que la Tierra posee energía.
Una de las formas de detectar su energía en forma gráfica es por medio de la cámara Kirlian El colorido naranja y amarillo señala la energía paranormal de los lugares.
Otro método es el aurímetro, que es un sencillo artefacto similar al péndulo que se mueve al «recibir» energía paranorrnal del medio.
En Bariloche es uno de los lugares donde más se percibe este tipo de presencias, aunque pueden estar en cualquier lugar, sobre todo si la naturaleza está presente.
Cada árbol y planta tiene su propia energía. Por eso no hay que hacerles daño.
En cuanto a las investigaciones, aquí están empezando.
Existen muchos nombres y descripciones, pero todas las versiones coinciden en que provienen interior de la tierra, las rocas y los árboles. Atraviesan estos materiales como si fueran aire, aunque para ello abandonan la apariencia humana y se transforman en tierra, agua, fuego o aire.
Cuando se «humanizan», suelen tener piernas cortas, torso fornido, panza grande, brazos fuertes y cabeza grande. Su cara suele ser arrugada como la de un anciano y adornada con una larga barba blanca o gris.
Sus rostros son toscos y hasta podría decirse que algo grandes, con mandíbulas prominentes, nariz ancha y achatada, ojos pequenos y hundidos y frente amplia y abultada.
También son fáciles de reconocer por su vestimenta, que generalmente consiste en calzas ajustadas, chaquetas amplias con cinturón ancho, calzados blandos con las puntas respingadas y una especie de gorro frigio cuyo extremo cae al costado de la cabeza.
Cuando están en la naturaleza, puede resultar difícil observarlos porque se mimetizan con los colores y las formas de su entorno.
En cuanto a las gnómidas, se dice que son bellas, amables y serenas. Se comportan con gran capacidad de servicio y trabajo. Suelen ser muy alegres y su risa resuena en su hogar.
La ropa es similar a la de sus hombres, pero decoradas con piedras preciosas. Sólo pueden dar a luz una vez en la vida, pero pueden tener más de un hijo por vez.
Dice la leyenda que por cada muñeco de duende que tenga en su casa se corporizaran siete reales. Como no representan ningún peligro, usted puede tener cuantos muñecos quiera. A lo sumo, tendrá que lidiar con sus travesuras, pero si les exige que se porten bien respetuosamente, lo logrará.
Además, para mantenerlos entretenidos, puede poner una copa de cristal llena de monedas antiguas, pero no vaya a sacarles una moneda, porque ahora serán de ellos.
En represalia, empezarán a esconder sus cosas. Es probable que ellos las retiren y dejen en su lugar un montoncito de piedras. Les gusta mucho todo lo que hace música o brilla, como las geodas (piedras huecas), las campanitas o los palos de lluvia.
Si quiere pedirles un favor, como que cuiden su casa o lugar de trabajo, ofrézcales moneditas.
Dicen que éllos son nuestros amigos y a los duendes les encanta la miel, el pan con miel o azúcar, la leche y el vino tinto. Si les deja estos manjares junto a una plantita es muy probable que contemos con ellos.
Si alguien se enoja con usted, por ejemplo en la oficina, es probable que los duendes se diviertan escondiendo lo que esa persona necesita para que usted se ría.
Aunque sean sólo espíritu, pueden mover objetos con su energía, pero no acostumbran hacerlo delante de las personas.
Desde películas infantiles, hasta grandes producciones cinematográficas, personajes como los duendes y hadas siempre han despertado el interés de grandes y chicos, seres que simbolizan la magia del universo, pero ¿son reales, o tan solo forman parte de una historia imaginaria? Comencemos por conocer, que son estos personajess desde otra perspectiva:
¿Qué son las Hadas y Duendes?
Las hadas son seres míticos, pertenecientes a la cultura nórdica del siglo XVI, los cuales destacaban por sus cualidades sobre naturales. El nombre Hada se usó por primera vez hace más de 700 años, como una forma de identificar a los seres de otro mundo, y eventualmente se sustituyó, con los nombres de Elfo o Goblin.
Se dice que las hadas provienen de un pueblo conocido como folk, o Good Folk. Y la forma en la que tradicionalmente han sido representadas es a través de una silueta humana, de tipo angelical, pero de tamaño muy pequeño, sin embargo, en las leyendas se habla de que las hadas pueden llegar a tener muchas formas distintas.
El origen de las hadas, es un tema muy debatido, pues diferentes leyendas se atribuyen la existencia de estos seres, sin embargo, una de las más aceptadas es que son seres provenientes de la naturaleza, y por esto habitan en la profundidad de los bosques. Para muchos las hadas solo son parte de nuestra imaginación, sin embargo, dentro de muchas culturas en el mundo, las hadas se reconocen como seres reales, que pueden encontrarse cerca de los humanos, aunque en una dimensión o plano diferente al nuestro, aunque en ocasiones podrían traspasar a nuestra dimensión.
Dentro del mundo espiritual, se dice que las hadas pueden establecer contactos, aunque no es precisamente una tarea simple de lograr.
Los Duendes, también llamados goblin, son criaturas sobrenaturales, que surgieron en la mitología nórdica, durante el siglo XIV, aunque también se vio representado en Escandinavia, las Islas Británicas y los Estados Unidos. Generalmente, tienen una apariencia extraña e incluso desagradable y tenebrosa, los duendes suelen ser criaturas traviesas, y en ocasiones algo maliciosas, aunque también se cree que un pequeño grupo de duendes pueden llegar a ser criaturas amables y bondadosas.
Se dice que los duendes tienen habilidades mágicas, los cuales pueden tener similitud a las habilidades de las hadas, aunque en ocasiones pueden relacionarse con brujos, ya que sus acciones pueden tener un sentido algo malévolo.
Se dice que los duendes pueden vivir en la profundidad de los bosques, aunque también pueden permanecer estratégicamente entre los humanos para poder apoderarse de sus artículos de valor. Al igual que las hadas, existen muchos tipos de duendes, los más siniestros se conocen como Los hobgoblins, los cuales tienden a hacer bromas pesadas, con el único fin de causar daño. Otros tipos de duendes pueden ser más amigables y accesibles a los humanos, aunque siempre con su esencia traviesa y algo gruñona.
A pesar de ser esta la forma en la que las leyendas describen a los duendes, es imposible pensar en estos personajes, sin que venga a nuestra mente los pequeños ayudantes de santa, los cuales derrochaban bondad y amabilidad en su entorno.
Tal y como las hadas, los duendes son personajes mágicos capaces de moverse en nuestra dimensión y la dimensión mágica a la cual corresponden.
¿Cómo se ven los duendes y las hadas?
Uno de los principales desafíos cuando intentamos describir duendes y hadas, es que cada tipo es diferente, y pueden tener distintas cualidades que los identifican.
Se conocen más de 20 tipos de hadas, cada una de ellas con apariencias diferentes, las más conocidas son las Brownies, Pixies, Elves y Dryads. Las Pixies, se conocen como hadas de la naturaleza, por lo que tienden a estar vestida de colores verdes o amarillos, su tamaño es bastante pequeño, pueden llegar a medir unas 4 pulgadas, y tienen alas, con las que se mueven dentro de sus comunidades.
Se dice que los duendes pueden lucir de diferentes formas dependiendo de su lugar de origen, sin embargo, la característica en común es su una silueta humana, pero de estatura muy baja, con facciones fuertes, un color de piel de tono verdoso y un tipo de cabello bastante esponjado, y orejas puntiagudas, básicamente son criaturas feas, y en ocasiones algo tenebrosos
Duendes y hadas: características generales
Los elfos y hadas son personajes peculiares, que pueden ser reconocidos por una serie de características únicas, como:
Su profunda conexión y amor por la naturaleza, por eso se dice que establecen sus aldeas en la profundidad de los bosques.
Se encarga de proteger la naturaleza, bosques, árboles, ríos y cosas que crecen.
Tienen poderes mágicos, pero sus poderes son susceptibles al hierro.
Pueden vivir cientos de años.
Les encanta bailar y hacer bromas.
Los duendes al igual que las hadas y elfos, tienen características que los representan por completo.
Son más pequeños que los humanos, pero su estatura es mayor a la de los elfos.
Su color tiene a ser un tono verdoso y sus orejas puntiagudas.
Suelen tener muy mal carácter y les gustan hacer bromas pesadas.
Tienen poderes mágicos que generalmente se vinculan a las brujas, y fuerzas demoniacas.
Son expertos en ciencias ocultas y en adivinación.
Son poco amigables, aunque en ocasiones pueden relacionarse con humanos.
¿Existen las hadas?
Muchas teorías afirman que las hadas son mucho más que una simple creencia basada en historias mitológicas, incluso existen algunas evidencias que demuestran la existencia de las hadas.
A pesar del complejo que puede llegar a ser que estos seres mágicos establezcan comunicación con los humanos, en algunos casos se han podido establecer conexiones emocionales de estas con los seres humanos.
Algunos expertos en hadas aseguran que existen hadas fueron humanos que quedaron atrapadas en la dimensión mágica de las hadas, o incluso que puede ser posible encarnar de hadas a seres humanos.
¿Existen los duendes?
Al igual que las hadas y elfos, se dice que los duendes viven en una dimensión paralela a la nuestra, y que eventualmente puedes mantenerse cerca de los humanos.
Su peculiar forma de ocultar objetos o hacer bromas pesadas es, una forma de identificar su cercanía en esta dimensión.
Aunque para muchos puede tratarse de historias fantasiosas, para muchos estos seres en realidad existen, y representan un elemento mágico de la naturaleza.
Historias de duendes
Imagen cercana de un hada en un entorno verde al aire libre“Los duendes que se convirtieron en piedra”. Los goblins un grupo de duendes primos primos de los kabouters, que eran tan feos que se les había ordenado vivir bajo tierra durante el día, y si salían se convertirían en piedra.
Los duendes pudieron hacerse invisibles usando pequeños sombreros rojos.
Una noche, un duende se coló en la habitación de una anciana por el ojo de una cerradura.
Esa noche. Se quitó el sombrero rojo para intentar asustarla y la anciana, aunque se asustó por un momento, comenzó a arrojar zapatos a la criatura que intento escapar rápidamente, pero antes de lograrlo la mujer le robó el sombrero rojo.
La mujer ideó un plan para destruir a os duendes. Dejó una nota para el duende que había perdido el sombrero diciéndole que iba a ponr el sombrero rojo en un arbusto y que debería traerle un collar de oro, pero se trataba de una trampa. Cuando los duendes vinieron a buscar el sombrero, los aldeanos les tendieron una emboscada. Como los duendes eran invisibles, la meujer había dado instrucciones a los aldeanos para que agarraran y tiraran tanto como fuera posible, incluso si no podían ver nada, para tratar de obtener la mayor cantidad posible de sombreros rojos.
Los aldeanos no pudieron conseguir todos los sombreros de los goblins, pero consiguieron algunos. Una vez que algunos de los goblins fueron visibles, los aldeanos persiguieron a grupos de ellos por el campo. Los goblins no pudieron regresar a la clandestinidad antes del amanecer, y todos se convirtieron en piedra.
El duende y la olla de oro, se dice que al final de un arcoíris en donde el cielo se une con la tierra, aparecen duendes, estos duendes llevan consigo una olla repleta de oro, pero son invisibles al ojo humano, y la única forma de verlos es cuando aparece un arcoíris, pues este es un puente de unión entre el cielo y la tierra.
Los duendes detrás del arcoíris tienen la barba roja, un sombrero y vestimenta verde, son muy escurridizos y al más mínimo descuido desaparecen.
Cuenta la leyenda que una forma de capturarlos es mirándolos fijamente y atarlos del pie derecho usando una cuerda gruesa.
Al hacerlo, el duende, se sentirá desesperado por escapar y para ser libre te ofrecerá su olla llena de oro, pero son tan escurridizos, que esta es una tarea muy difícil de lograr.
¿Son los duendes y las hadas amuletos de la suerte?
Depende de las creencias y la cultura, hay muchas formas en las que estas criaturas míticas, se han mostrado durante décadas.
Como amuletos de suerte, se dice que estos pueden ayudarte a atraer fortuna.
Además son ampliamente usados como guardianes de los jardines, para obtener jardines frondosos y fértiles.
– Resumen de distintas fuentes. Pinturas de mi autoría.
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