Está tierra que nos acoje a todos es distinta para cada uno de nosotros.
El mundo es distinto para todos también, la vida, las experiencias, las reacciones…
Así que es complicado entender otra vida ajena a nosotros, y con ajena me refiero a la vida de cualquier persona, familia, amigos o desconocidos.
Intentar comparar o convencer a alguien de algo que pensamos me parece absurdo, lo único que me parece correcto es compartir lo que pensamos.
Mejor me parecería que toda persona tuviese inquietud en el estudio profundo de la filosofía desde su inicio hasta la actualidad.
Es normal que los criterios de la juventud que no tiene estas inquietudes sean menores y más arbitrarios. Cualquier gilipollas les puede convencer de cualquier idea.
No hacer uso de ello para poder ampliar nuestra percepción del mundo es muy lógico si se quieren tener personas controladas y sin criterio. Para crear personas incapaces de comparar buenos criterios y que se queden con ideas mediocres y vacías.
Los demonios manejan los hilos, el infierno está aquí.
A la vista está.
Para mí es muy descorazonador observar a la juventud, y deseo que está juventud no sea mayoritaria porque miedo me da el futuro del mundo.
Por eso me parece importante estudiar los criterios de los grandes pensadores. Ellos pueden ayudarnos a crear uno propio y darnos las herramientas para tener pensamientos firmes y claros.
Ideas a las que llegamos tras reflexionar y buscar en nuestro interior criterios propios que nos representen únicamente a nosotros.
De esta unica forma podemos sentir que no nos están engañando, no nos están comprando.
Pero es más fácil y más cómodo dejar que pongan palabras en nuestra boca y luego defenderlas a muerte.
Esa es una de las razones de porque cuando preguntas a algunos jóvenes las causas de sus actuaciones, no tienen respuesta o sus respuestas suenan absurdas.
Por eso es tan difícil encontrar jóvenes con los que mantener una conversación inteligente.
Creo en las personas, amo a las personas. Pienso que la base de la felicidad está en hacer felices a otros, en la bondad, en la generosidad.
Lo he comprobado y no soy tan vieja. Pero hay una corriente que quiere que el mundo sea malo. Han puesto de moda ser malo, ser maleducado, ser inculto, ser irrespetuoso, ser chulo.
Yo soy chula, más chula que un ocho como decía mi padre, el era chulo, personas cercanas a mi son chulas… Pero la chulería de hoy no es la nuestra.
Creo en la bondad y he comprobado que es más efectiva que la maldad. Pero no está de moda.
Está de moda ser malote como dicen ahora, que se te oiga decir barbaridades, esconderte en el insulto rápido, en ofrecer como defensa verbal siempre un ataque, nunca una solución.
A donde vamos a llegar así, a ningún sitio, solo a pasar el tiempo y a darnos cuenta de que el mundo es cada vez más insufrible y más desconocido.
Bueno pues conmigo han dado en hueso, no pienso ser mala aunque esté pasada de moda y jamás voy a renegar de mis raíces.
Tuve buenos maestros y los sigo teniendo. Tengo muchísimo que agradecer a la vida por ellos y por la oportunidad de poder seguir teniendo conversaciones preciosas en las que sigo aprendiendo.
Tengo maestros de todas las edades y muchos no saben que lo son. Por eso mi esperanza no decae.
Lo importante es saber escuchar, no lo que se hace ahora que es imponer, avasallar, obligar a tragar ideas.
¡No! No te dejes engañar así. Piensa, piensa, recapacita y siente. Si lo que sientes es enfado, rabia, odio, no lo estás haciendo bien.
Si lo que sientes con lo que decides es paz y tranquilidad profundas, estás en el camino correcto.
La vida no es lo que piensan unos pocos, y ya se que es muy diferente para cada uno.
Depende mucho de dónde hayamos nacido y donde nos hayan educado.
Por eso son importantes las raíces. Quién pierde sus raíces está perdido siempre.
Y aunque intente enraizar en otro sitio, nunca será lo mismo. Nunca encontrarán esa tranquilidad y paz mental.
Hay quien todo lo sabe y quien quiere estar presente en todo, olvidando sus raíces. Quiere controlar su propia sombra y las sombras ajenas.
Lo importante para mí no es controlar sino intervenir, ayudar a esas sombras, limpiar cada herida.
Pero lo que tengo claro por encima de todo es que nada depende de mi, todo es por una causa mayor. Solo puedo elegir como actuar y la mayoría de veces me equivoco, espero no seguir equivocándome y aprender sin hacer daño.
Nadie escapa a lo que viene a hacer, aunque muchos luchamos sin querer en contra.
La vida puede parecer injusta, nos preguntamos que porque a nosotros, sin darnos cuenta de que aceptar y fluir es dejarnos ayudar.
Si no vemos nuestra oscuridad y la abrazamos tampoco podemos reconocer nuestra luz.
Pero hay que tener cuidado, no es necesario apagar luces para que la propia brille más.
Creo que lo importante es saber brillar en donde nos toque, aunque la situación nos provoque apagarnos. Pido fuerzas para distinguirlo.
Y pido también la capacidad para poder multiplicar cualquier chispa por pequeña que sea y que habite en mi.
Quisiera que mi propia llama alcance para alumbrar a quien lo necesite, y tener la capacidad de reconocerla para no apagarla.
Siento que mi llama se esta escondiendo, se ha debilitado y he dañado. Pido perdón y deseo avivarla de nuevo para poder expandir mi conciencia y las de los demás. Seamos conscientes del poder que tenemos, yo lo soy de mi propio poder para reflejar lo que siento, así que hoy elijo alumbrar de nuevo.
Se que soy necesaria, hoy soy muy necesaria. Y voy a dejar los juicios a un lado para que se abra paso de nuevo mi presencia y mi luz.
Voy a buscar lo auténtico, eso que no era necesario buscar pero que la culpa ha escondido y ha dañado.
Hay una voz en mi que reconoce con humildad que tengo que alejar mis miedos, mis miedos me oscurecen y me impiden ver claramente mi realidad, mi luz.
Somos luces en el mundo, y aunque sea distinta para cada uno de nosotros, nuestro deber es ayudar a su visibilidad.





0 comentarios