Nacemos, nos cuidan, comenzamos a caminar, a hablar, aprendemos muchas cosas. ¿Pero cuál sería el aprendizaje perfecto?: vivir jugando.
Unos aprendizajes son correctos y otros no. Unos tenemos la capacidad de ver los errores y otros no.
Es complicado. Estamos todavía en pañales.
La vida no consiste en lo que hacemos en ella, sino en tener siempre algo que hacer que te divierta, pero es complicado hacerlo entender.
¿Quién vive totalmente satisfecho independientemente de las condiciones en las que le haya tocado vivir?
Yo diría que nadie o casi nadie. Y la razón es esa, no vivimos de acuerdo con lo que deberíamos experimentar en esta vida.
Normalmente, venimos y nos vamos poco menos que de la misma forma. Unos pocos generan cambios positivos, pero el resto no hace nada o los cambios son negativos.
Soportamos demasiada insatisfacción, y ya que estamos aquí, deberíamos pensar en la vida de una forma más divertida, al menos.
Hay cosas que no podemos cambiar, o por lo menos no inmediatamente, así que lo mejor es intentar vivir lo más tranquilos y lo mejor posible.
Yo te invito a descansar un poco la mente, no pensar tanto, porque casi nunca sirve de nada.
En ese ratito que tienes libre, sal a la calle, ahora que estamos en plena temporada de esaciones cálidas. No te olvides ponerte cremita protectora y sal a disfrutar de un ratito de sol.
Mis perris es lo primero que hacen cuando se despiertan por las mañanas, buscan un rinconcito donde les dé el sol y se tumban a dormir mientras se les calienta el lomito.
¡Disfruta tomando el sol! Seguro que es un hábito largamente descuidado. Tomar sol por el placer de sentirlo en el rostro, no por ponerte morenita.
Pues no lo pospongas más, aunque sea en esa habitación de casa o del trabajo donde entre un poquito de sol. ¡Caliéntate el lomo!
Básicamente, hay quien vive como escondido en pequeños armarios, en cajas de sorpresa para que nadie sepa quién es y no le puedan dañar.
Pero en algún momento, cuando más cómodo estás, esa caja de pronto se abre, mostrando tu verdadera realidad.
Muchos conocidos se sorprenden al verte, incluso tú misma en algunas ocasiones, sobre todo cuando has pasado demasiado tiempo escondida y mostrando una realidad distinta. Todo ese tiempo ha servido de aprendizaje negativo y has creído ser eso que mostrabas a los demás.
¿No es una lástima?
Algo que llevo bastante tiempo observando y creo que es otra forma habitual de esconderte, es vestirte como se visten los demás.
Lo considero el mayor de los errores, vestir igual, caminar e incluso hablar o gesticular como los demás.
Sin embargo, ¡tú no eres los demás! Nunca lo has sido y afortunadamente nunca lo serás. Tienes que ser tu, tu única forma de vivir, de sentir y de exteriorizar, ¡muestra eso!
Vivir así es fingir, por eso esa insatisfacción generalizada, una insatisfacción grabada en las células. Humanos iguales que visten igual, hablan igual y se obligan a sentir igual. ¡Qué desperdicio de vida y de personalidad!
Deja ya de fingir y muestra en esta vida lo que has venido a aportar.
Deja de ensayar una manera de hablar. “Escucho a muchas personas que hablan de maneras tan poco entendibles que me hace pensar que tienen que ensayar para hablar así”.
Hazte una pregunta, o varias preguntas. ¿Quién eres tú? ¿Quiénes son ellos? Ellos son cualquiera menos tú.
Tú eres tú, únicamente. Y tu forma única es lo que debes vivir.
Vamos escondiendo lo que sentíamos en la infancia, vamos desaprendiendo. Y yo creo que para volver a aprender debemos regresar a esa infancia, a jugar, a divertirnos, y desde esas sensaciones, volver a comenzar.
¡Pero no!, es más sencillo esconderse en el montón y pasar desapercibido, para no tener problemas ni preocuparte por el resto.
Yo creo que si te detienes un momento y piensas, tu primera inclinación es lo que tú sientes, lo que te hace feliz, pero no encuentras el valor para vivir desde tu verdad. Quizás la observas demasiado diferente de la que ves fuera, pero ese es tu tesoro, tu diferencia, lo que puedes aportar para mejorar.
No obstante decides seguir escondida en un conjunto, encajar en el, seguir sus reglas, dejarte conducir por el perro ovejero, para que nadie sepa de tu verdad. ¡Insatisfacción!, porque cuando te quieres dar cuenta ves que te estás tratando como el último en tu lista, por detrás de absolutamente todos los demás.
Desaprender jugando, volver a aprender para interiorizar nuestra divinidad. Dios o Diosa, sal de tu escondite.
A no ser que el escondite forme parte de un juego divertido.
Supongo que algún recuerdo tendrás de tu infancia. ¿Nunca has detenido tu día para pensar en ello?
No me refiero a vivir en el pasado, sino a intentar aprender de él. Muchas cosas de nuestro pasado nos muestran como vivir para disfrutar más, y otras cosas nos sirven para no volver a repetirlas. Eso es lo que quiero que mires, los pensamientos, sensaciones o sentimientos que llegan a ti.
Yo creo que el más importante, al menos para mí, es que me amaba a mí misma, vivía para complacerme, para divertirme, jugar, reír, abrazar, besar, ayudar, hacer amigos, hacer pandilla. ¡Unión!
Que no te parezca egoísta, no lo es, egoísmo es lo que se observa hoy en todas, casi todas las situaciones cotidianas…
No es egoísmo pensar en ti mismo, para estar feliz, en paz y tranquilidad, viviendo alegre, ¡jugando!, esa energía nos envuelve y engulle todo a nuestro alrededor, y a nuestro paso, ¡Así se cambia el mundo!
Salta sobre esa barrera autoimpuesta que crees tan importante. No dejes que pase más tiempo así, es perderlo.
No te retrases en lo más significativo, cuidar de tu propio bienestar. ¡Por favor!
Si tú estás bien, yo estoy bien, todo a tu alrededor está bien.
Si te dejas atrapar por esos pensamientos limitantes se transformarán en tu droga habitual, y de las drogas es complicado salir. Hazlo lo antes posible para evitar posibles recaídas más adelante.
Deja que suceda, deja que salga la alegría. Yo creo que es algo que a todos nos gusta, estar alegres.
Puede que observes tus circunstancias como un cristal que se estrella contra el suelo y se rompe en mil pedazos, salpicando a cada rincón por alejado que se encuentre. ¿Por qué no podemos intentar que lo que salpique sea totalmente distinto, alegre?
Tenemos que vivir lo que nos toque vivir, ¿por qué no vivirlo desde la aceptación y disfrutando de la vida? Tanto lo positivo como lo negativo. Todo forma parte de la experiencia. No podemos hacer nada mejor.
¿Una perdida? Si esa persona te amaba o te ama, siempre va a querer tu mayor bien, ¡vamos a dárselo!
Todo sucede, todo continua, todo es movimiento, solamente tú puedes crear un nuevo tú y a través de ti una nueva tierra. E incluso así, participes o no en el proceso, todo sucederá de igual manera. La diferencia es lo que tú sientes, lo que dejas aquí y lo que tu alma se llevará.
Eres distinto a todos, no quieras ser como ellos, no creas que no tienes un talento único y maravilloso, o que no puedes ser un líder. Cualquiera que genere cambios positivos, por pequeños que sean, es líder.
Si te escondes en un corte de pelo que no te diferencia de otros, te desvanecerás en la nada.
Pero si desvanecerte en la nada es solamente para esperar la transformación que te muestre todo lo que eres, está permitido en este juego.
Yo, a veces, me desvanezco en la nada y espero un tiempo, ahora cada vez menos, pero en otras ocasiones hasta dias o incluso algo más, hasta ver alguna parte mía completa para seguir con mi propia construcción.
Si vives en una continua protesta por como eres, porque no encuentras capacidades o habilidades personales, es que no estás buscando bien. No protestes, tienes el título más alto que se puede conseguir: ¡la vida!
Busca esa habilidad, quizás la puedes encontrar si buscas aficiones o hobbys, reclámalos, reconoce tu papel único aquí y ahora y juega, juega, juega, hasta que comprendas a la perfección las reglas y seas el mejor jugador. Disfruta el proceso.
¿La palabra jugar no te parece adecuada? Yo no soy mucho de jugar, nunca lo he sido, pero en cuanto a la manera de vivir si me gusta desempeñarla jugando, riendo, compartiendo, disfrutando.
¿Dónde encuentras el problema? No se puede empezar la casa por el tejado y muchos jóvenes estáis acostumbrados a la inmediatez en todo. ¡Pues no!, hay que disfrutar de los procesos!
Ascender, aunque sea trabajoso, es gratificante, al final está la recompensa. Y la meta es la que tú te pongas, no tienes que superar a nadie, solo crecer sobre tus límites.
¡Proclama tu verdadero valor y haz lo necesario, no esperes!
¿Hecho? Dame la mano, es un contrato.
Todo necesita de una preparación, cuando la completes y te pongas en el camino adecuado hacia tu felicidad, te reconocerás como nunca antes lo habías hecho. Jugando, con alegría, mostrando lo que verdaderamente eres.
¿Ya estás en camino?, ¿has reunido todas las piezas para este puzzle? Has escalado sobre una montaña de sufrimiento innecesario y la meta es la esperanza y la felicidad.
Admitir tu realidad y afirmarte en ti plena y alegremente, puede ayudarte a no correr de nuevo a tu pequeño armario. Mantente firme, sobre todo cuando se den cuenta y te comiencen a ver como único. Intentarán devolverte de nuevo a tu lugar en la antigua fila. ¡No¡, no lo permitas, sigue siendo único.
Si ya has comenzado a amarte por encima de todo, has colocado la primera pieza.
Tu pieza es una nueva lección aprendida. Siéntete en la comodidad que se siente al amarse uno mismo.
Escala tu montaña, no te sigas castigando. Y para vivir en ella no lo hagas rodando de nuevo cuesta abajo, excepto si es por diversión.
Siéntete el mejor en tu juego, vive tus gustos jugando, es una maravillosa transición. Sé la estrella de tu película.
Somos muchos jugadores, muchas personalidades distintas y singulares, no te escondas de nuevo, ¿Quién eres? ¿Que dones únicos tienes para compartir? Muéstralos para iluminar el camino de quien viene detrás, de manera que también puedan subir a la montaña.
Permítete jugar mucho más y trabajar mucho menos. Prosigue apostando por el conocimiento, por las capacidades y descubre la belleza a tu alrededor, en tu mente y te mantendrás en la cima de la colina mirando a los otros divertirse rodando por ellas, en este caso está permitido. Pues viendolos jugar encontrarás sus destellos de alegría.
Jugar es la palabra clave para siempre. Busca tus juegos en todo lo que haces, igual que en la infancia.
¡Ahora es el mejor momento!
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