El nictógrafo: un invento de Lewis Carroll (Charles Dodgson) para escribir en la oscuridad.
El nictógrafo es un invento de Lewis Carroll, el famoso autor de Alicia en el país de las maravillas (me fascina), y también un genio de las matemáticas y la lógica.
Consiste en una tarjeta con una cuadrícula de 16 taladros cuadrados, y un sistema de símbolos que representan un alfabeto propio.
Con este dispositivo, se puede escribir rápidamente en la oscuridad, sin necesidad de encender ninguna luz, y luego transcribir lo escrito a la luz del día.
Es uno más de sus inventos, tenía como finalidad facilitar la escritura nocturna de ideas aparecidas en esas horas intempestivas, (me suena), prescindiendo de iluminación.
Su mecanismo es sencillo: como he dicho, era una cuadricula con 16 agujeros donde se van anotando las letras de un alfabeto creado para la ocasión apoyándose en los lados de los cuadrados.
¿Por qué Lewis Carroll inventó el nictógrafo?
Pues supongo que porque era un hombre muy creativo e imaginativo, que a menudo se despertaba durante la noche con ideas que necesitaba anotar inmediatamente. (Suelen olvidarse).
Pero no le gustaba tener que encender una vela cada vez que quería escribir algo, porque le molestaba la luz y le hacía perder el sueño.
Así que se le ocurrió esta solución ingeniosa, que le permitía plasmar sus pensamientos sin interrumpir su descanso.
No solo es útil para escribir en la oscuridad, sino que también tiene un valor artístico y lúdico.
Los símbolos que usaba Lewis Carroll son muy bonitos y originales, y se pueden usar para crear mensajes secretos, acertijos o juegos de palabras. (Esto para quien desee utilizar su creatividad).
Además, es una muestra de la personalidad y el talento de Lewis Carroll, que combinaba la literatura, la matemática y la lógica de una forma única y fascinante. Gran personaje, como casi todo artista.
En la literatura Latinoamericana, el Nictógrafo quizás suene familiar por la lectura que hizo Alejandra Pizarnik del poema de Arturo Carrera “Escrito con un Nictógrafo”.
¿Por qué fabricar un Nictógrafo?
¿Una máquina que facilite la escritura en el alfabeto nictográfico?
¿Una máquina que reconozca letras del alfabeto utilizando Machine Learning?
¿Una gateway entre alfabetos?
¿Una impresora nictográfica quizás?
Y llegado el caso, ¿se podrán aprovechar fuentes existentes o será necesario recrear cada letra?
Se llevaron a cabo unas pruebas y el encanto de una impresora de banners nictográficos superó cualquier otra opción.
Fue necesario escanear cada letra, pasarla a bmp de 1 bit, convertirla a un array hexadecimal. Subirla a la memoria de una placa Arduino Mega que pudiera soportar al menos 24 de estos array. Interfacear la placa Arduino Mega con una impresora térmica y finalmente programar un mini sistema operativo para ir seleccionando con un Rotary Encoder. Para finalmente poder hacer efectiva la impresión. (Ni idea de lo anterior, eYo para los informáticos).
Origen
Usualmente, a este señor se le ocurrían muchas ideas y reflexiones en medio de la noche, (horas personalmente bastante productivas). Las cuales deseaba anotar para poder retomar durante el día.
Creo que a todos los que nos gusta escribir nos ocurren estas cosas. De lo contrario puede perderse información irrecuperable…
Sin embargo, la pesadumbre que le suponía volver a encender una llama y retomar sus notas, ya que el proceso no lo tendría preparado, solía espabilarlo demasiado. Todo ese tiempo provocaba que se le difuminaran las ideas.
Por lo tanto, comenzó a buscar un método que le permitiese tomar apuntes sin necesidad de encender nada, ni levantarse de la cama.
Después de experimentar distintos métodos, acabó por crear el nictográfico (originalmente llamado typhlograph). Según sus propias palabras:.
– «Cualquier persona que haya experimentado, como me ha ocurrido muchas veces, el proceso de tener que salir de la cama una noche de inverno a las dos de la madrugada, encender una vela y escribir un pensamiento original que de no anotarse se perdería irremediablemente, estará de acuerdo conmigo en que se trata de algo realmente engorroso.»
– «Todo lo que tengo que hacer ahora, si me despierto y pienso en algo que deseo dejar registrado, es sacar de debajo de la almohada un pequeño libro memorándum que contiene mi nictógrafo, escribir unas pocas líneas, o incluso un par de páginas, sin siquiera tener que sacar las manos fuera del pijama.»
– «Reemplazar el ‘libro’, e ir a dormir de nuevo. Hice filas de orificios cuadrados, cada uno para sostener una letra (un cuarto de una pulgada cuadrada, encontré un tamaño muy conveniente), y esto resultó ser una idea mucho mejor que la anterior.»
– «Pero las letras todavía tendían a ser ilegibles. Entonces me dije: ‘¿Por qué no invento un alfabeto cuadrado, usando solamente puntos en las esquinas, y las líneas a lo largo de los lados?
-«Pronto me di cuenta de que, para hacer la escritura fácil de leer, era necesario saber dónde comienza cada cuadrado. Por lo cual creé la regla de que todas las letras cuadradas deben contener un gran punto negro en la esquina noroeste.»
– «Piense en el número de horas de soledad que un ciego pasa a menudo sin hacer nada, cuando él grabaría con gusto sus pensamientos, y te darás cuenta de la bendición que significaría para él darle un pequeño ‘indeleble’ memorándum-libro, con una pieza de pasta que contiene filas de orificios cuadrados, y enseñarle el alfabeto cuadrado.»
Finalmente, terminó utilizando el alfabeto taquigráfico creado por el francés Julien Leroy en 1815, que se ajustaba perfectamente al nictógrafo.
Exactamente, el 30 de octubre de 1815, en Francia, se atribuía a Julien Leroy la patente de un invento que denominó nyctographie (nictografía) para ‘l’art d’écrire sans le secours des yeux’ (el arte de escribir sin la ayuda de los ojos).
Se trataba de un pupitre sobre el cual se fijaba la hoja de papel sobre la que se deseaba escribir.
Se colocaba entonces un hilo de metal transversalmente sobre la hoja, en la dirección de las líneas que se querían trazar.
El dedo meñique se deslizaba a lo largo de este hilo para dirigir y conservar la mano en la posición adecuada.
Cuando se llegaba al final de cada línea, un movimiento en cremallera provocaba una pequeña elevación de la hoja, y volvía a escribirse otra línea siguiendo el mismo hilo metálico que ya se encontraba un poco más abajo sobre el papel.
Este sistema dejaba un pequeño espacio entre la línea anterior y el hilo de metal, y se podía escribir una línea paralela a la primera, después una tercera y así sucesivamente.
Dos varillas paralelas retenían la hoja y servían para indicar el principio y el final de cada línea.
El invento estaba pensado para personas ciegas o que deseaban escribir de noche.
Si conocieras el tiempo igual que yo, no habrías de matarlo… El tiempo es todo un personaje. — Alicia en el país de las maravillas.
La única diferencia es que el verdadero nictógrafo de Lewis Carroll era mucho menos vistoso que la imagen de esta entrada (casi delirante) imagen supuestamente creada por IA.
Se trataba únicamente de un par de regletas superpuestas, cada una con dieciséis pares de muescas poligonales alineadas.
— Distintas fuentes: Culturacientifica, listennotes, agapea, cadenaser…
¡Dedicado a todos aquellos escritores que no tenían nuestros medios actuales, y a tantas personas invidentes que desde entonces pueden usarlo!
0 comentarios