Mira el cielo todos los días

Mira el cielo todos los dias

Escrito por Marié

10 de diciembre de 2020

Mira el cielo todos los días. Mueve cosas en tu casa, permite que tu cama se mueva, mueve tu cuerpo. Camina, sube a la montaña, aunque la montaña no pueda moverse, una pequeña piedra puede hacer milagros, muévela. Olvida la rutina y las relaciones por un momento, también tus patrones repetitivos. Acércate a quien te acepta, con quien puedas mostrar tu autenticidad y te permita nutrirte con tus sueños locos.

Toca tu cuerpo, es tu templo, toca las partes que amas, y toca las partes que debes amar. Aunque esta situación no nos lo permite, cuando sea posible, da abrazos a todos tus amigos, a todos tus seres queridos, mientras tanto, envía ese abrazo y siéntelo en tu corazón como si lo dieras. Coge a tu gato, a tu perro y a el si, abrázalo, comparte la preciosa energía que se genera con ese contacto. Toca una suave tela, un pañuelo de seda, un trozo de madera, una roca, una rama, la corteza de un árbol, el agua de un lago, de un rio…siente todas sus texturas. Absorbe el placer que te provoca el tacto.

Siéntate, observa en silencio todo cuanto esta a tu alrededor para ser escuchado. Escucha a las personas, pero escúchalas de verdad, entiende lo que te están diciendo. Escucha música, esa música que hace vibrar tus fibras, siente cada nota de esas canciones o melodías. Escúchate a ti, tu voz interna, esa voz que oyes cuando te quedas en silencio y nota como la confusión del día disminuye. Escucha el crujido de las hojas y su susurro en los arboles, las ranas, la madera al arder. Oye a tu corazón y siente todo eso que no dice.

 Experimenta el gozo hasta percibir que tu alma va a salir de ti, ríe hasta que el cuerpo te duela, ama desde lo mas profundo de tu corazón, vive tu sensualidad, enfádate pero solo para expresar tu dolor, preferiblemente a solas. Si no sientes no vives.

No tengas dudas, en tu interior esta todo lo que necesitas. Solamente tú sabes lo que es mejor para tí. Si tu día lo ocupas pintando, es lo que debes hacer. Si lo pasas caminando, hazlo en la naturaleza, campo, rio, mar, montaña, bosque… encuentra la manera de ir ahí, no dejes enmohecer tus anhelos.

Haz reuniones con cualquier persona que ames, toma café acompañado, ve a ese bosque, rio o lago también acompañado. Habla, lee en voz alta para alguien que no pueda. Brinda porque las historias de todos son diferentes, tu cuerpo, tu piel, tus cabellos son diferentes, pero la esencia es la misma, el amor, el dolor, la esperanza es la misma. Cocina para otros y come en su compañía.

 Aprende a recibir de los demás, deja que te devuelvan algo de lo que tu das, y si no puedes dejar de dar y dar a los demás, date también a tí. Acepta los cumplidos con humildad y sin soberbia. Hay voces que necesitas oír, abrazos que necesitas sentir, conversaciones que necesitas mantener, comida en tu mesa, dinero para subsistir. Ábrete a recibir lo que mereces, abre las manos para que se llenen de abundancia. Recibe con amor todo lo bueno que mereces y agradece todo eso que llega, pero sobre todo da gracias siempre por el milagro de tu vida.

¡Mira el cielo todos los días!

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