Una casa imperfecta: Un albañil, ya entrado en años, estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación.
Le habló a su encargado acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más sencilla con su esposa e hijos.
Añoraría su salario mensual, pero necesitaba retirarse y descansar; ya se las arreglarían de alguna manera.
El encargado se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una ultima casa.
El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía claramente que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de calidad inferior, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era imperfecto.
Era una desafortunada manera de poner punto final a su carrera, construyendo una casa imperfeta…
Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal.
– Esta es tu casa, querido amigo dijo, – Es un regalo para ti…
– Anónimo.
Reflexión de la casa imperfecta
Si este hombre hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido.
Aceptar los problemas e inconvenientes que fueran surgiendo por sus bajas calidades y construcción deficiente. Además tendría que vivir en ella recordando siempre su mal hacer y el buen proceder de su encargado con él.
Cuando nuestros actos no se corresponden con la persona que deseamos ser y con los comportamientos que hemos tenido siempre, aparece el conflicto interno y el malestar. Nuestra autoimagen se tambalea y baja nuestra autoestima.
¡Tus actos hablan sobre quien eres!
En la vida hay motivos que explican las causas para no dar lo mejor de nosotros, en cualquier ámbito: laboral, personal o social.
Tienes que poner atención, para saber a que se debe este comportamiento.
Ver cuales son esos motivos que te llevan a actuar de tal modo y encontrar que parte interna debes cuidar. Llegar al bloqueo que provoca que no puedas mostrar tu mejor versión.
¡Siempre puedes aprender, aunque no puedas cambiar el pasado, siempre puedes construir un mejor futuro!
Moraleja.
Esta es una metáfora sobre como, en ocasiones, construimos nuestra rutina. No debes dejarte llevar por ella, tienes que vivir sin distracciones y usar tus mejores cualidades en todo momento.
Si tu esfuerzo es mínimo y no pones la atención que merecen las cosas que haces, el objetivo siempre será incompleto, imperfecto.
No importa para quien es lo que estamos haciendo, sino el resultado de lo que hacemos. Cuando miremos una creación nuestra, siempre debemos sentir orgullo y satisfacción.
Cada realización debería ser hecha como si tuviera que durar eternamente. Es el objetivo de la vida. Lo que eres es el resultado de las elecciones y actitudes pasadas.
Cuando tus comportamientos son erróneos todo lo que viene después son restauraciones que tienen como resultado que siempre exista algún problema.
Tendrás que vivir siempre con la consecuencia de tus actos y tu falta de responsabilidad.
Si te fijas en el símbolo de este cuento, construir tu vida con dedicación y amor, dará como resultado la mejor recompensa, un bienestar personal y una gran satisfacción.
Además del orgullo de tener una actitud eficiente, una buena utilización de nuestras habilidades y sacar nuestro máximo potencial.
¡Construye la casa perfecta, siempre va a ser tu hogar!
Como siempre acertadisima!!!!!
¡Hemos aprendido juntas muchas cosas!
😘🤗😘