Las cosas que nos definen

Escrito por Marié

7 de octubre de 2024

Buenos y lluviosos días. Hoy quiero reflexionar sobre las cosas que nos definen.

Aún sin saber si nos define una sola cosa o es un conjunto de características.

En realidad lo que define lo que verdaderamente somos son nuestros actos.

Nuestra manera de comportarnos, y sobre todo mas que nuestra manera de comunicarnos o de utilizar el lenguaje, es lo que nos define.

Por eso hay tan poca credibilidad, no hay una armonía perfecta entre lo que decimos y lo que hacemos.

Sobre todo, la escased de autenticidad es más evidente en quien debería dar más ejemplo,  pero bueno no voy a caer otra vez en esa trampa.

Lo que cada uno decide para hacer frente a una situación, sobre todo si es complicada, es lo que le define. Eso que se muestra al resto de personas, a los espectadores.

Nuestros actos son proyecciones de nuestro sentir, aún así, hay que hacer buenas elecciones a pesar de que nos sintamos rotos.

¿No querrás que en cualquier acto de presentación al mundo piensen equivocadamente de ti? Pueden estar más o menos de acuerdo, pero las actuaciones deben ser, al menos, correctas.

Todas las situaciones tienen infinitas soluciones, unas mejores que otras, de la que decidas elegir dependerá tú día, además del día de otras muchas personas.

Por eso suelo pensar que yo elijo y defino mi entorno, igual que todos.

Como siempre, la base radica completamente en la educación, considero que es lo más importante para forjar confianza y sobre todo afianzar la personalidad.

La educación se advierte en muchos aspectos que van más allá de ayudar a un mayor a cruzar una calle o cederle el asiento en el metro. Teniendo en cuenta además, que estos brillan por su ausencia.

Yo creo que a estos comportamientos alcanzamos casi todos los que vamos por la vida observando un poquito hacia fuera.

Ser educado pasa también por ser agradecido, ofrecer un saludo y otras muchas cuestiones.

Pero la realidad es que somos un poco hipócritas cuando nos creemos educados, afirmando que tenemos una conducta correcta y creyendo que formamos parte de una sociedad en desarrollo, porque es incierto, vamos como los cangrejos.

La realidad es otra, la falta de educación es cada vez más notoria, para mí llega a ser preocupante.

Me parece alarmante que esta manera de actuar se imponga como tejido creador de futuras generaciones.

Si se continúa con estos comportamientos, la humanidad va camino de ser cada vez menos civilizada, menos desarrollada.

¡Parece no importarle a nadie!

Yo sancionaría infinidad de pequeñas cosas que me parecen primordiales para la convivencia sana de una sociedad.

Algo que todos hemos oído a nuestros mayores e incluso hemos comenzado a decir llegados a cierta edad: son nuestras historias tan diferentes de la juventud que nos sucede. Todos opinamos que nuestros tiempos fueron mejores.

Realmente es una afirmación relativa, pero en ciertos aspectos puede tener algo de cierto.

Hasta mi generación, lo que yo he experimentado, es que el respeto era una seña de identidad.

En mi experiencia, por seguir el ejemplo que observé en mi entorno, y en la anterior, supongo que por haber vivido en una sociedad autoritaria y represiva.

Aunque no creo que la autoridad represiva sea correcta, prefiero la que yo viví, aprendida desde el ejemplo sin imposiciones y es la que he utilizado.

Si se utiliza siempre, los niños crecen imitando… No hace falta más.

¿Que esperar entonces de los niños de hoy? Pues el reflejo de sus maleducados padres.

Igualmente, yo creo que ninguna forma de represión pueda ser lo ideal en ninguno de los ámbitos.

Hoy vemos que lo que más pesa es la imagen, todo está a la vista de todos, todo se muestra, todo se escucha y en todo ello lo que rige es la fuerza verbal. A ver quién insulta más, quien hace el mejor chiste a costa de otro, ver quién grita mas alto.

La gente de hoy piensa que siendo así son individuos más fuertes y necesitan demostrar hasta donde pueden llegar.

Solo por aprobación, por visibilidad, sin un valor real.

No hay día en que no me crucé con alguien, conductor, peatón, vecina, conocido o desconocido que no tenga una actitud chulesca y presuntuosa, incluso amenazante.

No estoy sorda, no necesito que nadie me grite o me insulte para intentar convencerme de algo. Es de la peor manera que alguien puede utilizar para convencerme de nada. Más me parecen ganas de someter.

Hay personas que creen necesitar actitudes dominantes para solucionar todo, creo que denota desequilibrio entre las partes que los forman. Podredumbre, berrinches inmaduros.

Algunas veces me parece que se van a pelear físicamente, pues esa sensación transmiten al escucharles. Prefiero irme, no vaya a ser que reciba también algo de regalo. Me da dolor de cabeza.

Hay quien elige estos comportamientos voluntariamente, independientemente de lo que hagamos los demás. Prefieren hacer lo que les da la gana, pasar por encima de cualquiera. Ellos están por encima del bien y del mal…

Falta de civismo lo llamo, vulgaridad a manos llenas.

Intolerancia, agresividad en las formas, mala educación, inmadurez, utilización de lenguajes groseros y malsonantes, cinismo. Yo que sé.

Si lo metes en una coctelera, no se necesitaría más explosivo…

Y que todo sea decidido voluntariamente dice mucho de las personas… Esos actos las definen. No me gusta ser tratada así, ni ver que traten así a nadie.

Les invito a que rompan con ello, con ese aprendizaje irrespetuoso en el que la persona mas perjudicada es la autora.

Estas elecciones me resultan morbosas y hay quien se alimenta del morbo para vivir. Parece que el insulto ha venido a quedarse y cada vez está más cómodo.

Nuestra cultura está cambiando y a los que venimos de otras generaciones, nos da miedo a lo que pueda llegar.

Todos estos actos de provocación verbal están haciéndose insostenibles.

Esta manera de actuar crece y crece, se retroalimenta y cada vez que veo o escucho algún medio, es lo mas habitual.

Va enraizando y creciendo, da la sensación de que las personas que eligen actuar así desean hacer el mayor daño posible.

Pero vuelvo a repetir que no creo que una educación autoritaria sirva para desarrollar una u otra conducta.

En generaciones anteriores primaba el respeto independientemente de la clase social, es más, yo creo que en clases sociales más humildes, en las que no tenían acceso a educación fuera de las casas, no tuvieron impedimentos para desarrollar comportamientos correctos. Sus actos se fueron conformando a través de valores inculcados en cada casa, que son los básicos.

Hoy, observo, como ya he dicho en ocasiones, que si alguien corrige en público los actos inadecuados de otra persona, se comienza un conflicto que a veces puede llegar a ser agresivo. Por eso suelo decir: en algún momento me van a pegar, a veces no puedo morderme la lengua, sobre todo en lo concerniente a niños o ancianos.

Estás cosas provocan que la mayoría de personas elijan mirar a otro lado, aún teniendo la seguridad de que no es lo correcto.

Creo que estas decisiones van definiendo unos comportamientos silenciosos, conformistas con todo, en los que se va a ir cimentando una sociedad cada vez mas violenta.

Recuerdo una ocasión en la que paseaba a recoger a mi hijo, cuando un grupo de chavales se me acercó en manada, de esto hace tres o cuatro años y yo volvía de una clase de autodefensa.

Llevaba el móvil en la mano y procedí a guardarlo, ellos se miraron confusos, y empezaron a escupir muy cerca de mis pies. Eran españoles, por si alguien piensa mal.

Andes de llegar a donde yo estaba ya habían estado desafiando y escupiendo cerca de otras personas.

Les mire y sonreí, con lo que se sintieron todavía más sorprendidos. Después saqué mis guantes de boxeo del bolso que llevaba colgado.

Eran por lo menos seis, de unos dieciséis años y si hubiesen querido podrían haberme agredido, pero a uno de ellos le sorprendió ver mis guantes y comenzó a preguntarme cosas.

Les dije que pasasen a preguntar al polideportivo para apuntarse a autodefensa o a karate… Les gustó la idea…

La actitud de verdugos que traían al principio desapareció dejando paso a lo que realmente eran, unos adolescentes con ganas de llamar la atención.

Realmente no sabes cómo reaccionar ante algunas situaciones, si con miradas de reproche que es lo habían recibido de los transeúntes que observé antes, o esta mía que fue totalmente espontánea y sin pensar en las posibles consecuencias.

Ellos solo estaban reaccionando a lo que todos vemos en todos lados: ¡Imposición de la voluntad porque yo lo valgo! Y al encontrar una respuesta diferente, la suya también lo fue.

La violencia no se combate con violencia, solo se implementa.

Además, no nos disculpamos por malos comportamientos, ni los asumimos. Solemos escudarnos en que los demás también lo hacen… Menuda explicación. ¡Y menuda bronca le eché a un abuelo que dejó un carro del supermercado en medio del parking! Estaba imitando comportamientos inadecuados y vergonzosos ¡sin sonrojarse siquiera!

Me encantaría poder dar los buenos días en el semáforo o en cualquier otro sitio, pero alguna vez lo he hecho y me han mirado raro, sin contestarme. Realmente no sé si seguir haciéndolo.

Siendo así cada vez vas ser más complicado dar un saludo a un desconocido. Es una pena, cada vez menos interacción de manera correcta.

Todo lo contrario, cada vez veo mas comportamientos erróneos, las plazas para discapacitados son ocupadas sin respeto, se quita la autoridad a los educadores por parte de padres que quieren hijos con notas altas a costa de todo, incluso de su baja educación y cultura. No les importa que no tengan conocimientos, solo que su voluntad sea superior a la del docente. Comentarios maleducados, xenófobos, racistas, sexistas…

Irracionalidad a manos llenas, problemas, falsedad, violencia, falta de respeto…

No quiero ver el día en que decida por mi alguna voluntad ajena con estos valores vacíos.

 

Los actos incorrectos no deberían definir a una sociedad.

 

¡Namasté!

 

 

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