Sálvese quien pueda de esta vida.
Y como me llaman loca, sobre todo que se salven los locos.
Poderosos para salvar al mundo.
Esta bendita locura me hace sentir así, empoderada.
No quiero razón, ni cordura, si ellas significan formar parte de lo que observo.
Vamos a salvar a los filósofos, a los pensadores, a las ovejas negras, a los diferentes, a los locos soñadores, a los ingenuos que no ignorantes, a los que creen en las utopías, a los heridos, a los descosidos y zurcidos, a los rotos, a los frikis.
Todos ellos son los expertos para hacer del mundo un mundo mejor, ya han visto la versión del planeta que no quieren. Todo lo demás que les queda es vivir mejor, es agradecer por vivir, es seguir caminando y sintiendo el viento revolviendo sus cabellos.
Afortunadamente, me incluyo, y las personas de las que me suelo rodear entran dentro de estos parámetros, si se puede decir así.
Los demás me sobran. No quiero realidad. No me gusta la realidad de hoy, no quiero ningún baño de ella.
A muchos de ellos, decirles que no serían nada sin nosotros, no podrían estar donde están sin nosotros, así que deberían empezar a cuidarnos más. ¡Que vivan los locos!
… Hay locos por conveniencia, hay locos por convicción, hay locos por la lujuria, hay locos por el amor, hay locos por el dinero, hay locos del corazón, hay locos que vuelven locos a los que locos no son, hay cuerdos que se hacen locos para pasarlo mejor… como dice la letra.
Yo soy loca sin más apellidos y vuelvo loco a mi hombre, ja, ja, ja
Mi saludo más afectuoso a mis amigos locos, ellos saben que lo son, aunque la vida nos ponga lastres que nos causan estrés, esta bendita locura nos salva de todo ello. Les envio, desde mi alma, toda la luz necesaria para iluminar cada uno de sus días. Os quiero mucho, vosotros formáis en pedacitos mi corazón.
Ya sé que desde la infancia nos persigue la mala reputación, pero ni somos peligrosos, ni solemos transgredir nada, ni hacer nada ilegal… al contrario que muchos que dicen hablar desde la razón.
En momentos nos aíslan, pero no saben que nos gusta, tenemos una forma de pensamiento diferente. Y muchas opciones donde elegir, exactamente todas, porque partimos de abajo, cuando tienes que subir del averno todo lo que adviertes es bueno, gracias universo, me siento bendecida.
Desde todas partes intentan explicarnos, explicar lo que somos, unos dicen que estamos poseídos… “El demonio anda suelto”, otros que algo pasa en nuestros cerebros, “problemas sociales, emocionales, o psicológicos”, pero los que más nos hemos acercado a nuestra propia descripción somos los artistas… Así que si eres artista o eres loco, lo sabrás reconocer.
Somos los poetas cuyas heridas, ejecutadas por estos seres sin alma, lloran poesías. Los que hacemos la vida bonita, a los que nos gusta reír por todo y no tenemos miedo de perder, ¿qué más vamos a perder? ¿Qué nos queda por perder?
Pues la verdad es que nada, ni mucho ni poco, simplemente lo mismo que todos los demás, ¡nada!, pues con nada vinimos y con nada nos tocará marchar.
Y, sí, nos llamáis “los sufridores”, pero lo vivimos con inteligencia, con alegría, sin miedo, con valor, pues eso nadie nos lo puede quitar, ni dar tampoco. Nosotros nacimos valientes por donde nos tocó nacer, y no lloramos, ni rezamos a ningún santo para que nos “obsequie” nada.
Tú, tú eres el único con el poder de materializar, pero tu versión loca.
Me encanta reír, intento vivir todo riendo, excepto en contadas ocasiones, que normalmente son injusticias.
Para esos injustos mis bendiciones, las necesitáis, no hay alma más vacía que la que no puede ver el alma con la que se cruza. Soy nostálgica, que no conservadora, añoro cosas bonitas, pero no injusticias.
Estoy enamorada de la vida, de mi vida, y sé con total seguridad que he venido a ser la artista que va pintando sonrisas. Es algo que me enorgullece, pero no me hace ni mejor ni peor, solo seguir enamorada de esta hermosísima misión.
Quien no sienta gratitud no lo merece. Y veo tantos.
Pero no es loco quien quiere sino quien puede. Por eso somos únicos e irremplazables.
Todos los tiranos nos quieren transformar a su “realidad”. A mí me asusta más esa realidad que ser loca.
Y ser como soy no es porque sea extravagante, ni por qué me guste llamar la atención de nadie, eso sí es normal en el mundo de hoy, pero tampoco llama la atención quien quiere, sino quien puede.
Nosotros solo vivimos mostrando nuestro mejor yo y de mostrar una realidad especial.
“Oh ciertamente que vivan los locos
candor de sabiduría
fruto de viejas estaciones”
Alda Merini
(Italia, 1931-2009)
Vivo intentando entender a muchos conocidos que dan consejos gratuitos, que quieren regalar ideas diferentes sin preguntar si las queremos. Pues no, no las queremos, tenemos las nuestras propias, con las que hemos enraizado en lo más hermoso, en idealismos románticos.
Vamos regando la tierra sangrando melodías que no sois capaces de entender. Somos los amantes, somos los disruptores que nos revelamos ante los prejuicios. El prejuicio no existe, ni los formalismos, ni las aprensiones, ni los protocolos estúpidos.
Realmente somos los pacificadores en esta vida caótica, los que levantamos la voz por quien no puede, o no sabe. Somos los agraviados, a los que niegan cualquier derecho a decir lo que piensan, y a la vez intentan atragantar con sus pensamientos. Somos los “anormales” soñadores, los heridos que continúan cantando ante las provocaciones.
Siempre eternos enamorados, y nada se puede hacer, pues con ello nacimos. Somos los desechados y melancólicos que defienden el amor. Nacimos sabiendo que somos los pocos que insisten en tener esperanza y ternura, los que las regalan sin esperar nada a cambio, porque eso son los verdaderos regalos, como decía mi abuela Carmen, otra cosa sería un mero intercambio.
Me enorgullezco de ser sensible, inocente, incomprendida e incluso ilusa… mi mundo es hermoso.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sabana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad…
¡Ya vas a ver!
— Adriana Varela
Que vivan los locos, que viva nuestro mundo, porque yo soy loca y tránsito por este camino corto alejándome de todo lo que no me agrada, de los que hablan a mis espaldas “sé quién lo hace, no me preguntes como, no obstante les dejo formar parte de mi vida”. Aunque perciba sus juicios por mi manera de vivir.
Y no, no encajo en un mundo como este, como este mundo actual, por eso tengo mi propio universo, tan mágico y especial como lo somos los locos. Por ello lo diseñé así, para vivir feliz. Y luego están los gilipollas, que no son locos, solo son como son.
Todos nosotros, los locos, nos atrevemos a seguir amando en estos tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir.
Pero sabemos que con nuestra alegría creamos conciencia, cambiamos el ambiente, cambiamos el mundo. Porque nuestra estrategia en el juego se hace con el corazón en la mano, porque ponemos el alma en la vida, Y también porque nuestra ideología es transparente, no tiene color, solo amor.
“Así son los locos artistas, dibujan cuando son niños, escriben cosas cuando apenas aprenden a escribir, se les ve venir, algunas personas persiguen la fama, el dinero, el poder, tú debes perseguir la vida, la que te llevará a todo lo que seas o no, la que te llevará arriba y abajo, la que te hará volar y caer, creer en ella y aborrecerla”
— Agricultor polaco
Nací niña, en lo que en ese año era un pueblo, con una sensibilidad especial, como cualquier artista. No jugaba, solo a mis juegos de inventar cosas que no existían, cosas creadas. Siempre esperando algo. Y después de tantos años en esta tesitura he sido muchas cosas, menos normal. Y sigo diciendo:
Que vivan los locos, porque el resto, los “normales” terminaran por pulsar el botón.
0 comentarios