Las mayores transiciones

Escrito por Marié

17 de mayo de 2024

Las mayores transiciones de la vida consisten en morir, nacer, morir, nacer… ¿Hasta cuando?

¿Qué será lo que sucede tras la vida? Seguro que te lo has preguntado montones de veces. Lo que ocurre es que normalmente no quieres saber la respuesta.

Un gran misterio cotidiano, del que no se hallan respuestas en los libros, en ningún libro. Nadie ni nada puede responder con seguridad a algo tan básico.

Será que no lo tenemos que saber. Es el enigma más antiguo y el que nos sobrevivirá.

Quizás lo que podemos hacer es intentar entender los relatos de personas que han pasado por experiencias muy cercanas a la muerte, suelen ser muy similares.

¡El alma! La gran desconocida. El fenómeno más maravilloso que nos acompaña en las sucesivas vidas … El alma ancestral es para siempre.

Incluso esa alma ancestral por iluminada que llegue a estar no entiende realmente lo que sobreviene cuando cierra los ojos por última vez.

Constante aprendizaje, ir y venir, vidas, mundos, cuerpos.

Yo no creo que sea ningún fracaso en ningún ámbito, solo un proceso natural y necesario.

Y lo que menos ayuda es que a casi nadie le gusta hablar sobre ello.

No es algo que forme parte de nuestras conversaciones habituales.

Cuando hablo sobre la muerte, lo normal es que me digan que soy desagradable y morbosa.

Tratan de evitar hablar de ella y alejarse de estas conversaciones.

Así que yo me pregunto, ¿cómo es posible intentar entender algo de lo que no queremos hablar?

¿Cómo nos podemos acercar a comprender su por qué y prepararnos para ella?

No queremos pensar en ello, ni lo comprendemos; sin embargo, es el único suceso ineludible de nuestra vida.

En nuestra cultura, para las familias y seres queridos, ese momento en el que el alma queda libre es enormemente doloroso.

Pero nunca nos ponemos en el lugar de ese alma, quizás sea lo que necesita. Desprenderse de una vida que se ha transformado en dolorosa, y esa transición es en realidad una liberación.

No me voy a basar en dogmas de ninguna religión, que aunque estén escritos en “libros sagrados” no satisfacen mis inquietudes.

Realmente tengo fe, una fe grandiosa que me mantiene, pero no en ellos.

No la tengo en probables marcos que me resultan inverosímiles e irrazonables. Algunos parecen salidos de las mil y una noches… Me resultan más edificantes las metáforas escondidas en Alicia en el país de las maravillas o en montones de libros, novelas, poemas…

Todo lo relacionado con los procesos del alma tienen infinidad de explicaciones diferentes en cada religión. ¿Cuál está en la verdad?… Todo es relativo y depende de dónde hayas nacido.

Condenas eternas… Infierno… ¡Miedo!

Sin embargo… ¡Indulgencia para quien confiesa horrores!

No hay perdón para ningún mal, todo tiene consecuencias, independientemente de la penitencia impuesta.

Ese infierno del que se habla es un plano inferior, un lugar siniestro y oscuro al que retroceden las almas también oscuras.

He tenido la oportunidad de ser observadora de mundos de ese tipo, en los que habitan seres difíciles de contemplar.

Son mundos que algunos hemos dejado atrás, otros no han tenido ni que pasar por ellos y otros regresarán allí después de esta vida… ¿Infierno? ¿Purgatorio? Llámalo como quieras, a mí no me dijeron el nombre. Yo solamente quería salir inmediatamente de allí y solo fui a observar y ayudar…

No tienes que creerme, no es mi intención, soy lo que soy independientemente de lo que creáis los demás. Y mis verdades existen, pero son eso, mis verdades, lo que yo he experimentado.

Me gustaría no volver a regresar a ese tipo de mundos, así que trabajo para ello.

Por otra parte, considero a la transición de algunos lugares desconocidos hasta la vida y el regreso de nuevo a ellos o a otros, algo tan natural como cualquier otro proceso, por doloroso e incomprensible que nos parezca.

Mi conclusión y solo eso es, que todo ocurre sucesivamente tantas veces como sean necesarias… Cientos… Miles… ¿Más?

Muerte, todo muere, pero no desaparece…

Hoy me siento como el sereno que anuncia lo que todo el mundo conoce y no quiere escuchar:

Mueres y dejas todo como quede, el polvo sin limpiar, la casa que estás construyendo a medio terminar. El dinero de tus cuentas, tu casa o tus casas, el coche que mostrabas para sentirte envidiado, los planes…

Alguien marcha de tu vida y lo único que sientes es un gran vacío que desplaza hasta hacer desaparecer cualquier problema aparente.

Y quien parte también deja todos esos problemas, que creía tener, suspendidos en el aire tras su marcha. Energías que pueden afectar a personas y a lugares, lo he visto muchas veces.

Somos poderosos y creamos, podemos crear energías inmensas con diferentes influencias, las que demos el permiso de ser.

No hay que marchar con cosas por decir, por perdonar o con preocupación y miedo, esa energía no se marcha con nosotros porque pertenece a este mundo y no puede atravesar con nosotros el velo que nos espera. Hay que esperar esa transición en tranquilidad y esperanza.

De tal manera que, es un deber abrir y liberar nuestra mente e integrarnos desde la consciencia, para saber cuál debe ser nuestro proceder cuando un ser querido esté próximo a esa transición. Además de acompañarle. Incluidos nosotros mismos ante nuestra propia partida.

Todo debe ser un proceso tranquilo, con energías de luz y paz.

No hay que esconder los sentimientos, pero sí intentar hacerlos hermosos, aunque duela.

¡No queremos oscuridad! Así que ofrezcamos luz a las personas que cuidamos, luz del sol, luz propia y luz eterna, como alimentos para su alma en esta transición.

Paz, confianza, tranquilidad ante un proceso muchas veces experimentado.

Que perciba agradecimiento y amor, estamos para acompañarnos en cualquier proceso. No obstante, sobre todo, para reconfortar a las almas próximas a volar de nuevo.

Yo diría que incluso con alegría por dejar atrás sufrimientos quizás necesarios en esta experiencia. Intentar mostrar que es una bendición abandonar su actual templo.

Nuestra cultura nos ha negado mucho, cambiemos los patrones, para que el resultado sea el mejor.

Existe una vinculación, una confluencia de cada uno de nosotros y de manera individual con la Fuente. Corresponde al libre albedrío permitir que los hilos se conecten o no. ¿Lo sientes al entrar? Tu salón te dio la bienvenida.

¿Puedes dejar a un lado los protocolos sociales de lo que es adecuado o inadecuado, respecto a quién te dice hola, a quién conoces, a quiénes abrazas? Y por un momento suspender todo eso para sonreír y decir hola a un amigo o a un desconocido, puede ser su último hola o el tuyo.

El exclusivo dolor que hay en la parca es para quienes quedamos aquí, muchos creen que se han ido y no es así, porque realmente es un velo que los cubre y nos impide ver la belleza del sistema.

Antes de cerrar las puertas intenta observar a tu alma antigua y sabia. Ella tiene los conocimientos necesarios para que no la convenzan los sesgos del miedo que otros quieren que tengamos, utiliza su inteligencia, su libre albedrío para elegir saber qué es real y qué no lo es.

Esa alma nos permite diferenciar lo cierto de lo falso. Son puntos cruciales. ¿Tenemos una chispa divina? Yo me di el permiso de creer que sí.

Si tú apruebas y aceptas tu propia muerte, vivirías mejor. Apreciarías y valorarías todo lo importante mucho más y lo no significativo mucho menos.

La pena es que somos demasiado pequeños y a la vez demasiado soberbios.

 

Usa el vestido que más te guste, tu perfume favorito y natural, come chocolate, perdona, ríe, baila y canta aunque creas que lo haces mal.

¡Escucha la hermosa melodía de la madre tierra!

 

Y sobre todo ¡Dale una patada en el culo a la prisa!

 

¡Namasté!

5 Comentarios

  1. Yolanda Carretero

    Me gusta la reflexión que tienes sobre El alma.

    Y lo que me ha gustado es la última frase «Dale una….».

    Eso tendríamos que hacer muchas veces.

    No somos capaces de paráramos y mirar nuestro alrededor.

    Como siempre te digo continúa con tus pensamientos expresándolos aqui.

    Responder
    • Marié

      Pues si, aprender a disfrutar todos los momentos. 💞

      Responder
    • Carmen vega

      Me encanta la reflexión que haces del alma y como tenemos que prepararnos para la muerte,y sobre todo me ha gustado mucho que no tenemos que vivir tan deprisa y olvidarnos de tanto estrés y darle importancia a lo que realmente importa.sigue haciendo estas reflexiones me gusta mucho.

      Responder
      • Marié

        Gracias Carmen. Seguiré por este camino que tanto ha despertado en mi.

        Responder
  2. María del Carmen

    Me encantan tus reflexiones, me gustaría vivir sin prisas, preocupaciones, como a todo el mundo, disfrutar de cada momento.

    Esto último lo intento, pero las prisas y preocupaciones creo que me morire con ellas.

    Yo pienso que cuando morimos debe haber algo muy bonito, porque ya varias amigas me han dicho que cuando su padre, madre… han muerto, justo antes de irse han sonreído, al menos eso quiero pensar❤️😘😘

    Responder

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