La muerte no es el final

Escrito por Marié

3 de noviembre de 2023

Ya me conocéis, así que no os sorprenderá leer en mis reflexiones que la muerte no es el final.

Hace pocos días de la celebración del día de difuntos. Y ya habréis leído mi reflexión sobre esa noche, madrugada…  y día.

Personalmente, me gusta divertirme, las celebraciones y las reuniones con amigos, así que suelo aprovechar cualquier ocasión que se presente en mi vida para ello. Por supuesto, independientemente de sus posibles significados, por eso mi explicación de hoy:

Para todos los que se ofuscan con Halloween, voy a aclarar el origen etimológico de esta palabra. No porque esté de acuerdo o en desacuerdo, solamente como información.

La palabra Halloween es una versión abreviada o contracción de las frases All Hallows “Eve o All Hallows” Evening (Víspera de la Noche de Todos los Santos).

Proviene de un antiguo festival pagano celebrado por los celtas hace más de 3.000 años llamado Samhain.

La tradición del dulce o truco comenzó en zonas del Reino Unido, Irlanda y algunas zonas de Galicia. La gente iba de casa en casa pidiendo panes pequeños llamados “pasteles del alma” a cambio de una oración. Los adultos también iban de puerta en puerta pidiendo comida y bebida a cambio de una canción o baile.

También usaban máscaras para huir de los fantasmas. Seguían esta tradición, motivados por el miedo a los espíritus y a la oscuridad. Los disfraces (disguises), eran una especie de talismán contra la muerte, para que pasase de largo.

Aquí la cosa se complicaba un poco. Parte de la celebración de todos los santos, era sacar en procesión a los santos de todas las iglesias en la mayoría de Europa.

Sin embargo, en los campos no se tenía el dinero suficiente para tener una estatua de algún patrón. Por tanto, les pedían a algunos niños y adultos que se disfrazasen, para así tener su procesión.

Niños, o adultos, se vestían como la muerte la noche del 31, para recordar que la vida era corta, y que tenía que ser vivida lo mejor que se podía.

La gente en Irlanda, Escocia y zonas de Galicia, originalmente usaba remolachas o nabos como linternas, precursores de las calabazas.

El origen de esta palabra tiene el mismo significado que nuestra víspera del día de todos los santos. Una vez aclarado esto, voy a continuar con el tema de la muerte.

Es una pena que en nuestra cultura, este momento tan común con la vida, sea uno de los momentos más difíciles y menos comprendidos. Se nos ha enseñado a temerla, y a no aceptarla en lugar de a comprenderla y a fluir con ella. Deberíamos saber como hacerlo para que forme parte de nosotros.

Desde muy atrás en la historia borraron nuestra conexión con ella. Nos obligaron a creer que es algo traumático, en lugar de prepararnos para aceptarla como el proceso natural y trascendental que es.

Llevo toda una vida intentando entender y aceptar cualquier proceso. Desde el amor y la serenidad, honrando y agradeciendo la oportunidad que se nos regala de pasar los años que nos marcaron en esta vida.

Así que intento aceptar y mostrar lo que siento. Deseando a cualquier ser querido que parte a la eternidad que su viaje sea bueno, que la luz le guie en ese nuevo camino y que su nueva experiencia sea seguir una evolución amorosa.

Normalmente, no suelo usar la palabra muerte por la connotación negativa que nos han inculcado, tiene demasiadas influencias y se debería eliminar de nuestra manera de hablar.

Por esa razón la suelo llamar de mil maneras, más acordes con el momento trascendental que ocurre a nuestro espíritu al pasar a una nueva realidad.

Yo diría que es pasar a un estado de conciencia superior. En ese estado alcanzamos la capacidad de superar cualquier miedo que hayamos pasado en la vida. También la capacidad de perdonar, de comprender cosas que no comprendíamos, de aceptar el ciclo que tenemos que vivir, superar los apegos y percibir que la vida continua de otra forma.

Y sobe todo que la raíz de muchos de nuestros problemas reside en nuestro miedo a ese tránsito.

Los mensajes que siempre me han llegado desde ese otro lado es que debemos intentar conocerlo, escucharlo, comprenderlo desde el amor y no desde la desesperanza y la tristeza, aunque nos resulte complicado cumplirlo.

Que nuestro paso, ya lo sabemos todos, es temporal, que lo material no es lo importante y que si le damos mucha importancia será más complicado abandonar nuestra parte física.

Quizás, conocer, sentir y aceptar todo esto, me ayuda a entender, y sobre todo vivir desde el amor la comprensión del porqué nacemos, porque nuestra estancia es temporal y para qué dejamos nuestro cuerpo y continuamos de otra forma nuestro camino eterno.

Teniendo esto en cuenta, la pregunta que siempre nos hacemos debería ser sustituida por: ¿para qué usa nuestro espíritu un cuerpo? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Por qué lo abandonamos, y a donde viajamos después?

Quizás lo hayas leído muchas veces, pero realmente yo lo creo así, no somos un cuerpo que aloja un espíritu, somos un espíritu que utiliza temporalmente un cuerpo, así que no sientas tu perdida, porque realmente no lo es.

Sé que es difícil porque las he vivido, pero nuestros seres queridos que parten, no quieren que suframos. Así que debemos vivir el duelo, pero también debemos pensar en que si permanecemos en una intensa pena, ellos también sufren por nosotros.

Y como también lo he vivido y he recibido noticias de seres queridos que han partido, de varias formas, puedo decir que cuando se abandona este plano material de vida, se nace de nuevo en otros planos de existencia en donde continuamos con nuestra evolución.

También desde mi propia experiencia puedo decir que cuando somos capaces de dejar a un lado el apego, la necesidad de ver, y el sufrimiento que nos causa todo ello, sentiremos en el interior como crece nuestro amor incondicional hacia nuestro ser querido. Nuestras almas son así capaces de percibir su energía y su amor, que continúa como siempre a nuestro alrededor.

He tenido pedidas desde muy joven e intento recodar los buenos momentos compartidos, acompañar a nuestros seres queridos comunes, y aunque al principio cuesta, cuando los dejas libres, sientes también la libertad en tu propio corazón …

Cuando fui capaz de pensar sin dolor, ellos comenzaron a acercarse a mí. Hay que aprender a sentirlos.

Y, aunque mi espiritualidad no tiene relación con ninguna religión, en el funeral de mi padre, nuestro gran amigo Don Miguel, cantó este poema que me emocionó enormemente…

 

Tú nos dijiste que la muerte,
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos
carne de un ciego destino.

 

Tú nos hiciste, tuyos somos.
Nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.

 

Cuando la pena nos alcanza,
por un hermano perdido,
cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.

 

En Tu palabra confiamos,
con la certeza que Tú,
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.

 

Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo,
nos regalaste la vida,
como en Betania al amigo.

 

Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos,
vida más clara y mejor.

 

– Cesáreo Gabaráin

 

¡Cuando mi padre tenía ya la sensación de que quedaba poco tiempo, me dijo que la mejor manera de dejarle marchar tranquilo era siendo felices…!

 

En memoria de un tío de mi marido, Antonio González.

El pasado jueves 2 de noviembre viajó a la eternidad.

Mi más sincero abrazo a toda su familia y mi ánimo a sus hijos y su esposa.

 

¡La muerte no es el final!

 

¡Namasté!

 

 

2 Comentarios

  1. Pilar Valenzuela Garrido

    Buenos días,
    Qué gusto empezar el día leyendo estas palabras. Gracias, un abrazo

    Responder
    • Marié

      Cuanto me alegro de lo que me dices. Un gusto haberte podido alegrar. Un abrazo.

      Responder

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